Susto o muerte para la banca y el impuestazo: Podemos, Bildu y ERC proponen doblarlo y Hacienda hacerlo permanente

La división entre los socios de Gobierno muestra el encaje de bolillos que tendrá que hacer el Ejecutivo para contentar a todos con el impuesto a la banca

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, interviene en el Pleno del Senado este martes, en Madrid. EFE/ Fernando Villar

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Tres socios clave del Gobierno han hecho una pinza de la que difícilmente se podrá librar la coalición de PSOE y PP, atrapada entre dos frentes. ERC y EH Bildu mostraron este martes su apoyo a una proposición de ley de Podemos, en el grupo Mixto del Congreso, para reforzar el impuesto temporal a la banca, duplicando el gravamen y creando un tipo adicional sobre los márgenes de la banca.

Al mismo tiempo, el PNV, otro de los puntales fundamentales del Ejecutivo, se subía a la tribuna del hemiciclo a acusar a Podemos de una medida «populista» y de «legislar a golpe de marketing» con el sistema tributario.

Las dos almas de los socios del Gobierno de Pedro Sánchez escenificaron en este debate sobre el impuesto a la banca las posturas que la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, tendrá que acercar si quieren convertir en permanente el gravamen este año.

El Gobierno se comprometió a reformar estos impuestos

La falta de Presupuestos Generales del Estado (PGE) obliga al Ejecutivo a presentar un proyecto de ley para convertir los gravámenes -ahora mismo configurados como prestaciones patrimoniales de carácter público no tributario- en impuestos al uso. Por varios motivos. El fundamental: darle estabilidad a estas figuras, con los cambios necesarios para pasar de ser una medida coyuntural a un pilar del sistema tributario, lo que incluye las exenciones al tributo energético con las que se comprometió el Gobierno.

El resto, de conveniencia. Por ejemplo, para concertar los tributos con el País Vasco y Navarra -una de las exigencias del PNV- es necesario que sea un impuesto al uso y no una prestación patrimonial. O para cumplir con el acuerdo con Sumar. Pero, además, el Gobierno ha tratar de acercarse al sector financiero y a las energéticas. Tratar de distanciarse de sus socios de izquierda, por parte del PSOE, sin echarse a las posturas más liberales o cercanas a la derecha. Mantener esa promesa electoral sin ahogar a la banca, toda vez que la situación extraordinaria de subidón de los tipos parece que remitirá pronto.

Todos esos elementos están encima de la mesa y Montero debe calibrarlo al milímetro para conseguir una mayoría que permita que salga adelante ese paquete fiscal. Todo en un contexto electoral fundamental para Podemos, que aspira a conseguir representación en las europeas; para el PNV y EH Bildu, que compiten por la primera posición en las vascas; y para ERC, que se juega todo en las catalanas.

Triple campaña en el Congreso

«¡La gran banca ha vuelto a estafar a los españoles y españolas! De la estafa de la crisis hipotecaria de 2008 a la gran estafa bancaria de 2023″, subrayó la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, desde la tribuna del Congreso, donde presentó la proposición de ley como diputada del Grupo Mixto, tras salir de Sumar.

La exministra deploró que la banca pasó de ganar 15.000 millones en 2021 a casi el doble en 2023, todo ello «mientras el país pagaba la cesta de la compra más cara de nuestra historia».

La propuesta de Podemos pasa por elevar el actual tipo al que están gravados esos beneficios extraordinarios del 4,8% al 10%. Además, se crearía un impuesto complementario sobre los márgenes extraordinarios de un 75% «a aquella suma de margen de intereses y de los ingresos y gastos por comisiones derivados de la actividad que figuren en su cuenta de pérdidas y ganancias correspondiente al año natural anterior al nacimiento de la obligación del pago que se encuentren por encima de un 5% de la misma suma correspondiente al primer semestre de 2022, sin que la cuantía abonar pueda resultar inferior, en ningún caso al 50% del beneficio bruto obtenido en el periodo de referencia».

La exministra, que acusó de «lamebotas del poder» a un grupo de diputados, desgranó una serie de ideas para los ingresos derivados de estos beneficios. Con los 845 millones que ganó Bankinter pagaría la factura de la luz a 1,2 millones de ciudadanos, por ejemplo, mientras que utilizaría los dividendos para cesta de la compra o plazas de educación infantil.

Impuesto hasta devolver 60.000 millones del rescate

ERC y Bildu compraron el discurso. «El impuesto que ahora es temporal tiene que ser permanente, por lo menos hasta que se resuelva la deuda contraída con la ciudadanía», defendió el abertzale Oskar Matute, que recordó los 60.000 millones de rescate al sector financiero. «Cuando una iniciativa como esta sale adelante para socializar una parte de los beneficios de los bancos, ERC no puede hacer otra cosa que estar a su lado», defendió Inés Granollers.

En total, 17 diputados de estos grupos de izquierda son fundamentales para el futuro del impuesto a la banca. Como también lo son los cinco del PNV. Junts, con 7 diputados, no participó en el debate. Y María Jesús Montero y el PSOE -que ha rechazado apoyar la norma- tendrán que hacer las cuentas minuciosamente.

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