El zumo de naranja, amenazado por los altos precios y los nuevos hábitos alimenticios

Distintos estudios advierten acerca de los perjuicios para la salud que conllevan los niveles de azúcar que contienen los zumos de frutas

Zumo de naranja. Foto: Freepik.

Zumo de naranja. Foto: Freepik.

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Los altos precios que están alcanzando los cítricos y los nuevos hábitos alimenticios amenazan al antaño rey del desayuno pudiente, el zumo de naranja.

Mientras que el Banco Mundial advierte que el precio de la naranja va a seguir incrementándose por la sequía en España, universidades y organismos internacionales destacan contraindicaciones en la ingesta de los zumos de frutas.

Se comercializan distintos tipos de zumos de frutas, cada uno con unas características específicas, como el exprimido o el concentrado. Sin embargo, el único al que se le puede añadir azúcar, edulcorante o miel en el proceso de producción es el néctar, que engloba los zumos, purés o concentrados a los que se les añade agua.

El consumo de zumo, a la baja

El año pasado el consumo de zumos por parte de las familias rspañolas se desplomó más de un 9%, según los datos recogidos en el ‘Informe del Consumo Alimentario en España’ elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

El consumo de zumo de frutas por parte de las familias se desploma un 9%. Foto: Freepik.
El consumo de zumo de frutas por parte de las familias se desploma un 9%. Foto: Freepik.

Es la única bebida dentro del análisis en la que el consumo ha evolucionado peor en comparación con los datos previos a la pandemia. Si se toma como referencia el año 2019, se desprende que la compra de zumos por parte de las familias se ha reducido casi un 15%. La tendencia a la baja viene de lejos, ya que si se contrapone el consumo registrado en 2022 con el de 2008, este se ha contraído cerca de un 38%.

Uno de los factores que ha motivado esta caída, según el departamento encabezado por Luis Planas, es el incremento del precio medio de este tipo de productos, que ha escalado por encima del 8% hasta situarse en los 1,19 euros el litro. Teniendo en cuenta la sequía y las condiciones extremas que se están registrando este año, que comportarán una reducción de la producción de naranjas del 8,2% hasta las 2.643 millones de toneladas en la campaña 2023-2024, el precio podría continuar aumentando durante los próximos meses, tal y como viene advirtiendo el Banco Mundial.

El precio de la variedad Navel Lane Late se dispara hasta los 0,520 euros por Kg

Por el momento, la subida ya se comienza a apreciar en los precios en origen de las principales comunidades autónomas productoras de cítricos en el país.

La Lonja de Cítricos de Valencia muestra el aumento en el precio de la variedad Navel Lane Late, que se ha elevado de los 0,353 euros hasta los 0,520 euros por Kg (IVA incluido) en el transcurso de un año. Lo mismo ha sucedido con la variedad Navelina, que ha incrementado su precio desde los 0,282 euros hasta los 0,380 euros por Kg y la Salustiana, que lo ha elevado desde los 0,241 euros hasta los 0,300 euros por Kg.

El Observatorio de Precios y Mercados de Andalucía evidencia que los precios en origen de la variedad Navelina en la región han subido desde los 0,27 euros hasta los 0,37 euros por Kg, mientras que la variedad Salustiana ha experimentado un incremento en sus precios desde los 0,27 euros hasta los 0,41 euros por Kg en los últimos doce meses.

El zumo de naranja, en el punto de mira

Los nuevos hábitos alimentarios también afectan al consumo del zumo de naranja. Expertos, universidades y organismos internacionales advierten desde hace unos años sobre algunas contraindicaciones.

Un estudio elaborado por la Universidad de Glasgow en 2014 asegura que la ingesta de zumo de frutas es «potencialmente igual de perjudicial» que las bebidas azucaradas, precisamente, por su alto contenido en azúcar.

En líneas similares se sitúa otro estudio impulsado por la Universidad de Oxford. Tras estudiar una población de más de 110.000 personas, el equipo de investigadores concluyó que los azúcares libres, es decir, los que añade el fabricante en productos como los zumos o los refrescos, incrementan el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular.

Un estudio advierte que los azúcares libres que contiene el zumo elevan el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una «ingesta reducida» de azúcares libres a lo largo de toda la vida para controlar el aumento de peso hasta niveles perjudiciales para la salud, así como prevenir enfermedades dentales como la caries. Concretamente, aconseja que sea inferior al 10% de las calorías consumidas a lo largo del día e, incluso, emplaza a bajarla en la medida que sea posible hasta el 5%.

El zumo de naranja incluye varias piezas de fruta. Foto: Freepik.
El zumo de naranja incluye varias piezas de fruta. Foto: Freepik.

A pesar de que el impacto en la salud de un alimento siempre está sujeto a «la frecuencia de consumo y a la cantidad que se ingiera», la nutricionista y tecnóloga alimentaria, Sara Martínez, destaca a Economía Digital que los zumos comerciales, de forma general, son poco recomendables. «Un zumo de naranja se produce a partir de dos o tres raciones de fruta, ahí nos dejamos la fibra, muy interesante para la salud intestinal», explica la experta en nutrición con consulta propia en el Centro Saramaes Nutrición.

Además, este tipo de productos comporta la ingesta instantánea de grandes cantidades de azúcar, especialmente, cuando se trata de un zumo comercial al que se le puede añadir esta sustancia, ahonda. Martínez remarca que es preferible priorizar un zumo que el consumidor pueda preparar en su casa, o bien, comprar uno de los que comercializa el supermercado, pero que se pueda exprimir en el momento en el establecimiento.

Con este planteamiento coincide la responsable de comunicación de la clínica de nutrición Alimmenta, Belén Rubio, quien va un paso más allá y enfatiza que lo recomendable es «comer dos o tres piezas enteras de fruta al día, alternarlas y priorizar las de temporada». El hecho de que sean enteras es importante, puesto que de esta forma «se incorpora la fibra y la masticación», con la que el consumidor se sacia.

Cuando la fruta se transforma en zumo, se están incluyendo varias piezas, explica Rubio. «La fibra hace que el azúcar se comporte de manera diferente, por lo que cuando exprimes la fruta ya no tienes esa fibra y el azúcar ya no se comporta de la misma manera», alerta para después zanjar: «Lo que venía siendo bueno y recomendable, se transforma en algo que tiene demasiado azúcar que, además, se toma de golpe como si fuera un vaso de agua».

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