Así es Víctor Font, el nuevo aspirante a presidir el Barça
El empresario prepara sigilosamente una candidatura alternativa que cuenta con el apoyo del antiguo directivo Marc Ingla
Victor Font nació en Granollers en 1972 y es padre de tres hijos. Es el líder de la consultora Delta Partners, trabaja sobre todo en Dubai y quiere ser presidente del Barça. Para conformar los detalles biográficos del aspirante a sustituir a Josep Maria Bartomeu cabe subrayar que también es socio del diario nacionalista Ara, junto a la familia Carulla y a Ferran Rodés. Los tres son el actual núcleo duro accionarial del rotativo barcelonés.
El propio Font ha admitido que estaría interesado en presidir el club de fútbol. Lo ha dicho, en una entrevista y a través de Twitter, con la timidez propia del principiante y de quien no enseña todas sus cartas antes de tiempo.
¿Quiénes son sus apoyos?
La pregunta que se hace una parte del entorno blaugrana más próximo a las decisiones de poder es si el empresario vallesano trabaja para sí mismo o si, por el contrario, es un candidato auspiciado desde otros ámbitos diferentes.
A este respecto existe una cierta unanimidad en subrayar que tanto Marc Ingla como Ferran Soriano, antiguos directivos en la presidencia de Joan Laporta, serían su sustento en la pretensión de presidir el club. El entorno del dirigente del Manchester City niega que Soriano mantenga su interés por regresar a la dirección blaugrana, ni tan siquiera de influir. “Ferran se ha instalado allí muy bien, con su mujer, está a punto de ser padre y el propietario del City no perdonaría que tuviera un ojo puesto en el Barça”, asegura una fuente conocedora de sus movimientos.
Antiguos socios en Cluster
Caso diferente es el de Ingla, quien no ha dejado de seguir la actualidad barcelonista desde que abandonó los órganos de gobierno. En 2010, cuando Sandro Rosell ganó las elecciones a la presidencia, Ingla era uno de sus rivales en las elecciones. Quedó el tercero de los cuatro candidatos aspirantes.
Font, Ingla y Soriano coincidieron en Cluster Consulting (hoy Oliver Wyman) una consultora especializada en el sector de las telecomunicaciones que tras una fuerte expansión logró gran éxito en el sector. Su venta produjo un pingüe beneficio para los socios y fundadores, lo que situó a sus impulsores como acaudalados inversores. Sin embargo, Font era uno de los más jóvenes de todos ellos. “Era una especie de becario de Ingla y Soriano”, relata otra de las fuentes consultadas.
Font ya participó en la candidatura de Ingla y su papel era el de futuro responsable de la economía del club, el papel que hoy ocupa el vicepresidente económico, Javier Faus.
Encuentros discretos de preparación
La preparación de la candidatura ha comenzado ya. “Tanto Laporta como Rosell mostraron al stablishment blaugrana que esto debe prepararse con tiempo, que nadie puede aparecer de la noche a la mañana y aspirar con posibilidades a dirigir el club”, explica un directivo del Barça. Con esa argumentación se justifican las cenas, encuentros discretos y otras reuniones que el entorno de Ingla y Font han desarrollado en los últimos tiempos.
El grupo, no obstante, parte con un hándicap. Para disponer de alguna garantía de éxito, las elecciones a la presidencia del Barça no pueden convocarse antes de junio de 2016, cuando finaliza el mandato de la actual junta directiva. “Si por accidente se hubieran de adelantar –indican algunos de sus colaboradores— no tendrían tiempo material para armar su candidatura”.
Control del calendario
Font no puede regresar precipitadamente de Dubai para atender un proceso electoral, agregan otros conocedores de su situación. Además, en la línea de ganar tiempo y adhesiones, la campaña de quienes aspiran a relevar al actual presidente no ha hecho más que comenzar. Joan Laporta, Font-Ingla, Bartomeu e incluso el vicepresidente actual Carles Vilarrubí figuran como posibles aspirantes. El último, no obstante, se comprometió a apoyar al presidente actual si este acaba su mandato.
Otro elemento une a una parte de los aspirantes a una futura presidencia del Barça: su radical inclinación nacionalista. Salvo Bartomeu, a quien se sitúa en un espacio político próximo a la sociovergencia, el resto destacan en diferentes ámbitos por su compromiso con tesis soberanistas.