Dancausa y Bankinter: Por qué el nuevo rol de la presidenta no es del gusto del BCE 

El Consejo de Administración dio 'ok' a que Dancausa sea la nueva presidenta no ejecutiva y a que Gloria Saiz releve a la actual CEO en ese cargo

María Dolores Dancausa, CEO de Bankinter

María Dolores Dancausa, CEO de Bankinter, en un acto de Deloitte.

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Bankinter ha puesto mimbres a la nueva cúpula directiva en la que María Dolores Dancausa pasará a ser presidenta no ejecutiva y Gloria Ortiz asumirá el rol de la actual consejera delegada. El Consejo de Administración sentó las bases de la que será la nueva alta esfera del banco el pasado miércoles y la firma data para el próximo 21 de marzo el momento en el que ambas directivas tomen sus respectivos nuevos puestos.  

En primera instancia, el nuevo organigrama de la entidad no es un problema. Pese a ello, este modelo dista de lo aconsejado por el Banco Central Europeo, quien está intentado hacer ver que lo mejor para los bancos es contar con un presidente/a independiente y con un/a CEO con funciones ejecutivas. A partir del próximo 21 de marzo, y sí todo fluye, Bankinter cumplirá con lo segundo, pero no con lo primero.

Bankinter mantiene el modelo  

Se trata de una manera de equilibrar los poderes, o lo que es lo mismo, que una sola figura no concentre todo el poder. Pese a ello, los bancos se escudan en que la normativa del país lo permite, lo que ha hecho que Bankinter no varíe el modelo que, hasta el momento, predomina.

Esta situación se ha producido días más tardes de que el supervisor europeo haya informado de la resolución del proceso de revisión y evaluación supervisora (PRES) de 2023. Pese a que la mayoría de las conclusiones son positivas para la banca europea, el BCE señala a las crisis de gobernanza y los modelos de sucesión seguidos por las entidades como una de sus preocupaciones. 

El BCE desgrana los diferentes aspectos en lo que trabaja la banca, como el modelo de negocio, la gestión de la liquidez, el riesgo del crédito y la gobernanza interna. Y es en el último apartado donde el regulador se muestra más tajante y en el que reclama a las entidades del sector más insistencia. 

La gobernanza, talón de Aquiles de la banca europea

«A pesar de los avances realizados por las instituciones en los últimos años, la gobernanza interna y la gestión del riesgo siguen siendo áreas de preocupación para el BCE«, indican los de Lagarde en las conclusiones del PRES. Tras ello, la institución monetaria desgrana los distintos apartados en los que considera que la banca debe trabajar para obtener una mejor calificación. 

Por un lado, el Banco Central Europeo muestra su preocupación «sobre la eficacia de los órganos de dirección, por su composición, por la planificación de sucesión, la idoneidad colectiva y por la eficacia de la función de supervisión». De cara al regulador continental, estos problemas se manifiestan entre las grandes entidades bancarias por «la ausencia de una fuerte cultura de desafío» y por la «toma de decisiones débiles»

Pese a que la institución monetaria no precisa los nombres de aquellos bancos que tienen las peores valoraciones en lo referido a gobernanza interna, sí que indica en los resultados del PRES que ninguna entidad del continente obtiene una valoración de 1 o 2+, es decir, las mejores. Según establece el BCE, el 80% de las firmas obtiene una valoración de 3+ o 3-, es decir, la cuarta y quinta peor valoración, respectivamente.  

Los problemas de gobernanza se manifiestan a través de la toma de decisiones débiles, según el BCE

El BCE critica la «atención insuficiente»

Además de ello, la institución liderada por Christine Lagarde remarca que «los órganos de dirección de los bancos prestan una atención insuficiente las funciones de control interno», como la auditoría interna, la gestión de los riesgos… Tal y como indica el BCE, estos problemas generan contratiempos en la «funcionalidad operativa».  

Para el Banco Central Europeo, la gobernanza y todo lo que entraña es la pata coja de los bancos europeos. Pese a que no todas las entidades evidencian problemas internos, sí que hay algunas en las que el propio regulador europeo ha tenido que interferir para solucionar distintos sobresaltos de gobernanza.  

Banca europea y depósitos
Christine Lagarde, presidenta del BCE – EFE

Unicaja, el último gran ejemplo en España de los problemas de gobernanza  

Un ejemplo de ello -el último ocurrido en España- es Unicaja Banco. La compañía ahora liderada por Isidro Rubiales vivió una crisis interna desatada por la entrada en el Consejo de Administración de Mayoral a principios de 2022. La irrupción de la empresa malagueña en el consejo trajo consigo un baile de consejeros que, entre otras cosas, terminó sacando de la Fundación Unicaja a Braulio Medel, y supuso la salida del entonces CEO, Manuel Menéndez. 

Precisamente es el directivo procedente de Liberbank al que gran parte de la compañía tacha de generador de la crisis interna y el motivo por el que el clima laboral de Unicaja ha sido, y es, inestable. Los cambios en el Consejo de Administración del banco malagueño transcendieron hasta las altas esferas, puesto que el poder comenzó a oscilar entre Manuel Azuaga y Manuel Menéndez.  

Este es uno de los múltiples ejemplos en los que una gran institución bancaria ha vivido una crisis de gobernanza. De hecho, el BCE fue uno de los agentes más insistentes en que Unicaja resolviera con la mayor brevedad sus problemas internos y las carencias de idoneidad.  

El Banco Central Europeo no baja la guardia con las cuestiones de gobernanza y la toma de decisiones de los órganos de dirección de la banca europea. Pese a que los de Lagarde respiran tranquilos por los amplios colchones de liquidez y las métricas sólidas que presentan las entidades del sector, las cuestiones internas y las posibles crisis mantienen alerta al regulador.  

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Alejandro Montoro

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