Esta empresa de mecánica entra en concurso de acreedores tras casi medio siglo en activo y una deuda de 1 millón

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La veterana empresa Mecàniques Hober, especializada en soluciones mecánicas para la industria alimentaria, ha iniciado un proceso concursal que pone fin a 45 años de trayectoria empresarial en la comarca de Girona. La compañía, que en sus inicios fue un referente en el mantenimiento y fabricación de maquinaria, acumula en la actualidad pérdidas recurrentes y una deuda superior al millón de euros, según consta en el expediente abierto por el Juzgado Mercantil número 1 de Girona.

La decisión supone el último capítulo de una empresa que, desde finales de los años setenta, formaba parte del tejido industrial de Olot. Los juzgados han llamado a los acreedores a presentar sus reclamaciones y examinar el nombramiento del administrador concursal, paso previo a la liquidación definitiva de la sociedad.

Crisis prolongada y sin activos disponibles

Los balances recientes de la empresa reflejan un panorama crítico: ausencia total de masa activa y un volumen de pasivo inasumible. Esto significa que no existen bienes ni recursos que puedan cubrir las deudas pendientes, lo que obliga a los acreedores a registrar sus créditos como incobrables en sus respectivas contabilidades.

Esta situación no ha surgido de forma repentina. Durante los últimos seis años, Mecàniques Hober ha encadenado pérdidas en cuatro ejercicios, lo que debilitó progresivamente su estructura financiera. A pesar de diversos intentos de reorientación, la empresa no consiguió revertir la caída de ingresos ni encontrar nuevos nichos de mercado que compensaran la disminución de contratos en su área tradicional de actividad.

Fundada en 1979, la compañía nació como un pequeño taller dedicado a la reparación de maquinaria para factorías de alimentación en la comarca. Su buena reputación técnica permitió que, en 1992, tras un cambio accionarial, el empresario Ramón Berenguer Bosch asumiera el control total de la firma, impulsando una nueva etapa de expansión.

En ese periodo se creó un departamento de fabricación de utensilios industriales, que posteriormente evolucionó hacia la construcción de maquinaria a medida por encargo de grandes clientes. Estas líneas de negocio permitieron a la empresa posicionarse como proveedor de referencia en varios proyectos de modernización de plantas agroalimentarias de la zona.

El relevo generacional no logra revertir el declive

La llegada de Jordi Berenguer Mercader, hijo del fundador, a la dirección marcó un intento de renovación estratégica que no dio los frutos esperados. Pese a la apuesta por nuevas soluciones tecnológicas y la diversificación de servicios, el volumen de pedidos continuó cayendo en los últimos años, afectado por la creciente competencia y por la deslocalización de parte de la industria alimentaria.

En 2024, ante el deterioro progresivo de las cuentas, la dirección decidió cesar la actividad de forma ordenada y preparar la disolución de la sociedad, una medida que ahora culmina con la declaración formal de concurso de acreedores. Las instalaciones de la empresa, situadas en la calle Francia número 35 del polígono Pla de Baix en Olot, permanecen inactivas desde entonces.

El concurso abierto es de carácter terminal, lo que implica la extinción definitiva de la empresa al concluir el proceso. Dada la inexistencia de bienes con los que hacer frente a las deudas, el procedimiento se centrará en la liquidación y en el reparto proporcional —si lo hubiera— entre los acreedores, aunque los expertos descartan que haya posibilidad de recuperar cantidades significativas.

El Juzgado Mercantil número 1 de Girona ha instado a todos los afectados a presentar la documentación de sus créditos y a participar en la designación del administrador concursal, quien se encargará de supervisar la liquidación y cerrar los aspectos legales y contables pendientes.

Un ejemplo más de la oleada de insolvencias en Cataluña

La caída de Mecàniques Hober se suma a una serie de insolvencias recientes en el tejido empresarial catalán, que afectan a sectores muy diversos. Los juzgados mercantiles de Cataluña han decretado también la insolvencia de firmas como Arrosseria Serallo (restauración), Brands Illusion (moda), Celler del Tast (comercial de vinos), Ecotradició (alimentación), Full Events Serveis Integrals (servicios) y Grupo Risk Barrado Novellas (seguros).

Este contexto evidencia las dificultades que atraviesan numerosas pymes ante la presión de costes, la competencia global y los cambios estructurales en los mercados, factores que han hecho inviables muchos proyectos empresariales históricos.

Con la desaparición de Mecàniques Hober, la comarca de La Garrotxa pierde uno de sus referentes industriales tradicionales, símbolo del auge de la mecanización en el sector agroalimentario durante las décadas de los 80 y 90. Su trayectoria deja tras de sí un legado técnico y profesional que marcó a varias generaciones de trabajadores especializados en la zona.

El cierre de esta empresa supone, además, un recordatorio de la fragilidad de muchas pymes industriales, cuya continuidad depende en gran medida de su capacidad para adaptarse a los cambios del mercado y garantizar el relevo generacional en condiciones competitivas.

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Alba Carbajal

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