Iberdrola y Endesa chocan sobre cómo abordar el futuro de la energía nuclear
Gran parte del futuro de la energía nuclear se resolverá en 2024, y una de las cuestiones que cada vez está más clara es que las propietarias de las centrales tienen ideas propias
Iberdrola y Endesa van de la mano en el negocio de la energía nuclear, pero el camino lo entienden de manera distinta. Las dos grandes eléctricas abordan el cierre de las centrales con intereses contrapuestos. De momento no quieren trasladar públicamente sus expectativas.
El calendario de cierre de las centrales nucleares arranca en 2027, con Almaraz I, y finaliza en 2035 con el cese de la actividad de Trillo y Vandellós. Aunque entre finales de 2024 y principios de 2025 existe un hito importante: se debe dar por asumido dicho calendario de cierre, y empezarán los preparativos para el cierre.
Iberdrola y Endesa, a través de la patronal Foro Nuclear, llevan meses trasladando la idea de que “no existe nada escrito en piedra”. Ese juego de palabras a través de dicha organización evita que las dos grandes eléctricas tengan que pronunciarse de manera directa sobre el asunto. Detrás de esta decisión se esconden posturas encontradas por motivos económicos.
Según ha podido conocer ECONOMÍA DIGITAL en fuentes del sector, Iberdrola y Endesa no se pronunciarán públicamente sobre el asunto nuclear, más allá de posicionamientos conjuntos en materia impositiva que, además, gestionan desde Foro Nuclear.
Estas posturas distantes se basan en lo que supone la generación de electricidad a partir de energía nuclear para cada una, el orden en el cierre de las centrales y el impacto que tendrá para su negocio.
Iberdrola y Endesa ante la nuclear
Iberdrola generó 23.784 GWh gracias a la energía nuclear en 2023. En ese mismo periodo, Endesa produjo 24.865 GWh. Es el valor que se obtiene de la producción total entre el porcentaje que cada compañía tiene de las centrales.
En Almaraz, que cuenta con dos reactores, tiene el 52% Iberdrola, mientras que Endesa cuenta con el 32%, por un 11% de Naturgy. En cada parque nuclear cada compañía tiene una participación.
El problema para la compañía dirigida por José Bogas es que su producción renovable en 2023 fue de 14.200 GWh, muy por debajo de su generación nuclear, y muy lejos de los 29.000 GWh ‘verdes’ que inyecta Iberdrola en el mercado.
Y aquí surgen las discrepancias. La nuclear, al menos hasta ahora, servía a las compañías para comprar energía barata, puesto que son empresas verticalmente integradas —y se venden a sí mismas la luz—, y por tanto Endesa está más interesada en que el parque nuclear prolongue su vida útil.
Aunque hay un aspecto donde Iberdrola y Endesa coinciden, y por eso también les aleja del foco. La primera en cerrar es Almaraz, cuyo propietario principal es Iberdrola, y quien saca más partido. Las siguientes, los reactores catalanes de Ascó, empiezan a cerrar en 2030.
La jugada en la que Endesa se beneficia es un cierre de Almaraz y una continuidad en buenas condiciones de Ascó y Vandellós, donde también es el principal propietario. Pero esa carta no tiene que jugarla ahora, puede esperar.
En este contexto se entiende que Iberdrola y Endesa no tengan ninguna necesidad de defender públicamente el mantenimiento de las centrales, y de momento han dejado que sea Foro Nuclear, sobre todo en el aspecto fiscal, quien presente la batalla. De esta manera las eléctricas tampoco tienen que airear sus discrepancias en los próximos meses.