La banca calcula que la morosidad repuntará en el primer semestre de 2022

Los últimos datos del Banco de España apuntan a que la morosidad está en niveles no vistos en 12 años por los ICO y los ERTE

Informe de Estabilidad Financiera del Banco de España - Adhesiones al Código de Buenas Prácticas - Banca española

Fachada de la sede del Banco de España. EFE/J.J. Guillén/Archivo

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La morosidad da una tregua a la banca. Según los últimos datos publicado por el Banco de España, se redujo ligeramente al 4,39% en julio y sigue en mínimos de 2009. Los expertos coinciden, los créditos ICO, los ERTE o las ayudas a empresas han contenido un repunte que llegará en los primeros seis meses de 2022.  

Desde la asociación bancaria CECA explican que, a pesar del impacto negativo provocado en la actividad económica por el Covid-19, este no se ha trasladado en un repunte de la tasa de créditos dudosos al sector privado.  

Por el contrario, esta tasa se sitúa en el 4,3% en julio en el conjunto de entidades de depósito (lo que supone 45 puntos básicos menos que en febrero 2020, antes del inicio de la crisis), algo que se explica por las medidas adoptadas para hacer frente a la pandemia; en particular, las líneas de avales Covid-19 y las moratorias legales y sectoriales.  

Pese a ello, desde finales de 2020 comienzan a advertirse indicios de deterioro de la calidad crediticia, especialmente en los sectores más afectados por el Covid – transporte y hostelería-. Para estos sectores, se observa un repunte de la tasa de morosidad en el primer semestre de 2021, advierten.

Pero también, un aumento del crédito clasificado en vigilancia especial o Stage 2 (aquellas operaciones que, sin cumplir los criterios para clasificarlas como riesgo dudoso, presentan aumentos significativos del riesgo de crédito desde su reconocimiento inicial) y un ligero incremento en el volumen de operaciones refinanciadas y reestructuradas.   

El fin de los avales públicos marcará el repunte de la morosidad

El fin de la vigencia de los avales podría provocar un mayor repunte en las tasas de morosidad en 2022, si bien su magnitud «es difícil de estimar», añaden, dado que dependerá del ritmo de recuperación de la actividad económica y de la aplicación de nuevas medidas de apoyo al sector empresarial derivadas del Código de Buenas Prácticas. 
 
En Caixabank coinciden, hasta ahora la calidad crediticia se ha mantenido estable, gracias al elevado volumen de medidas de apoyo desplegadas por el Gobierno y el sector (moratorias, ERTE y esquemas de garantías públicas), que han mitigado significativamente los efectos de la pandemia sobre los ingresos de hogares y empresas y han evitado que se produzca un importante y repentino aumento de la morosidad. 

Debido a ello y tras el esfuerzo en provisiones realizado en 2020, el sector ha reducido las dotaciones a provisiones hasta niveles prepandemia, hecho que se ha visto reflejado en la recuperación de la cuenta de resultados.  

En los próximos trimestres, la velocidad y consolidación de la recuperación económica y la retirada de los programas de apoyo público a empresas y hogares serán claves para determinar el alcance del deterioro de la calidad de los activos y la evolución futura de la rentabilidad del sector, añade la entidad catalana.

Banc Sabadell también prevé que con el final de las diferentes medidas de apoyo financiero tanto a particulares como a empresas tomadas a raíz del Covid-19, el pico de morosidad llegue en 2022, según explica en su informe semestral.

S&P Global Ratings incluso se aventura con la cifra y calcula que el pico de la morosidad en la banca española alcanzará el 9,5% en 2022. Precisamente por esto, el Banco de España dejó claro en el último informe sobre Estabilidad Financiera, que la banca debería mantener las provisiones realizadas en 2020 e incluso incrementarlas dependiendo de la efectividad de las medidas de apoyo y de la evolución del escenario macroeconómico.   

Sin embargo, a cierre de junio el Banco Santander ya había liberado parte de estas provisiones y BBVA informó de que seguiría sus pasos. El resto de entidades las mantuvo y solo Unicaja volvía a incrementarlas.
 

Cristina Hidalgo

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