Banco Santander acelera el cierre de oficinas en España para adaptarse a los nuevos hábitos de los consumidores

La entidad concentra la mayoría de los cierres del sector y apuesta por nuevos formatos híbridos como Work Café o centros de asesoramiento

Archivo – Logo de Banco Santander

Banco Santander ha intensificado su estrategia de cierre de oficinas en España, reduciendo de forma notable su presencia física en el último año. Según los últimos datos publicados en su informe semestral, la entidad presidida por Ana Botín contaba a finales de junio con 1.724 sucursales, lo que supone 109 menos que un año antes. La cifra representa casi el doble del ritmo de ajuste registrado en el periodo previo, cuando el recorte se limitó a 51 oficinas.

El Santander concentra tres de cada cuatro cierres de sucursales en el país, ya que el conjunto de la gran banca española eliminó 142 oficinas en el último año. Esto refleja que la entidad cántabra es la que más rápidamente está adaptando su red a los nuevos hábitos de los clientes. Los sindicatos ya habían advertido de esta tendencia, y prevén que en la segunda mitad del año se clausuren al menos otras 50 oficinas más.

Banco Santander alega un cliente mayoritariamente digital

El consejero delegado del banco, Héctor Grisi, explicó que la reducción de oficinas responde a un cambio radical en el comportamiento de los clientes. Actualmente, cerca del 79% de los usuarios principales son digitales, lo que significa que la mayoría realiza sus gestiones a través del móvil o la banca online. Sin embargo, Grisi aclaró que el objetivo no es desaparecer del mapa físico, sino reservar las sucursales para servicios de mayor valor añadido, como la contratación de seguros o la planificación financiera.

La apuesta de Santander pasa por transformar sus sucursales tradicionales en centros de asesoramiento experto y espacios para empresas. Según Grisi, las operaciones más sencillas, como transferencias o consultas de saldo, ya están digitalizadas, mientras que las oficinas se orientarán a servicios donde el cliente “quiere sentarse con un profesional y recibir explicaciones detalladas”. Este enfoque forma parte de la estrategia de transformación digital que la entidad desarrolla desde hace más de dos años.

Uno de los modelos más innovadores dentro de esta transformación son los Work Café, un concepto de oficina que combina espacios de coworking, cafetería y servicios bancarios. El formato nació en Chile en 2016 y en los últimos años ha sido exportado a varios países, incluida España. Santander cuenta actualmente con más de 220 Work Café en todo el mundo, y los considera una pieza clave para mantener la relación presencial con los clientes en un entorno cada vez más digitalizado.

Archivo – Work Café en Santander

Una tendencia que viene de lejos

El ajuste en la red de sucursales no es exclusivo de Santander, sino una tendencia que el sector bancario español arrastra desde hace más de una década. Tras la crisis financiera y las posteriores fusiones, los bancos iniciaron un proceso de concentración que redujo drásticamente la red de oficinas. En 2023, por primera vez, la banca española bajó de las 10.000 oficinas en todo el país, un hito que marcó el final de una era en la relación presencial con los clientes.

No todas las entidades están avanzando al mismo ritmo. Sabadell, por ejemplo, ha reducido al mínimo sus cierres, con solo seis oficinas menos en el último año, frente a las 62 clausuradas en el ejercicio anterior. CaixaBank también ha pisado el freno, cerrando 75 oficinas entre 2023 y 2024, pero apenas una treintena en los últimos 12 meses.

Unicaja y BBVA han sido más conservadores, con solo dos cierres cada uno, mientras que Bankinter se desmarca por completo y ha llegado incluso a abrir una nueva oficina en Valencia. Este movimiento eleva su red a 447 sucursales, en contraste con la estrategia de reducción generalizada del resto de entidades.

Impacto en el empleo

A pesar de los recortes en la red física, el sector bancario en su conjunto ha aumentado su plantilla un 1,5% en el último año, pasando de 120.932 a 122.792 empleados. CaixaBank y BBVA han liderado este incremento de personal, mientras que Santander ha sido la entidad que más ha reducido su equipo. El ajuste, en este caso, se debe a la reestructuración interna asociada a la digitalización y a la búsqueda de eficiencia.

El plan de Banco Santander no se limita a un cambio estético en las sucursales. Se trata de un proceso profundo de simplificación operativa y de reducción de costes, que busca mejorar la eficiencia y reforzar la competitividad del grupo en un entorno de banca cada vez más digital. Los cierres de oficinas permiten liberar recursos para invertir en tecnología, ciberseguridad y nuevos canales de atención al cliente.

La entidad defiende que el futuro de la banca será híbrido: la mayoría de operaciones se realizarán online, pero seguirán existiendo oficinas físicas para servicios especializados. El reto está en encontrar el equilibrio adecuado entre proximidad y eficiencia, algo que Santander intenta lograr con la combinación de centros de asesoramiento, Work Café y canales digitales de última generación.

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Alba Carbajal

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