Pendiente la firma de la compra de Astilleros Balenciaga por el grupo árabe: incertidumbre entre la plantilla
La operación de 11,2 millones de euros aún no se ha formalizado un mes después de la aprobación judicial, mientras los trabajadores esperan que se concrete el acuerdo para asegurar su futuro laboral

Astilleros Balenciaga. Foto: LinkedIn
A punto de cumplirse un mes desde que el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Donostia aprobara la venta de la unidad productiva de Astilleros Balenciaga al grupo internacional Safeen Drydock, la firma del contrato definitivo sigue sin materializarse. Esta demora ha generado creciente preocupación entre los más de 70 empleados de la histórica compañía naval de Zumaia, que temen que el proceso pueda alargarse más de lo previsto.
El grupo árabe, formado por las empresas Premier Marine y Abu Dhabi Ports, presentó una oferta de 11,2 millones de euros que fue seleccionada por el tribunal como la más ventajosa tanto para los acreedores como para la continuidad de la actividad industrial. La propuesta, además, garantiza el mantenimiento del empleo y establece un plan de viabilidad a tres años vista, con horizonte hasta 2028. Sin embargo, el retraso en la formalización ha reavivado la inquietud dentro de la plantilla.
Una compra clave para evitar el cierre del astillero
Astilleros Balenciaga, con más de cien años de historia y considerado uno de los referentes del sector naval vasco, entró en una situación concursal que amenazó su supervivencia. La oferta de Safeen Drydock se presentó como una tabla de salvación para una empresa que ha sido símbolo de innovación y empleo en el litoral guipuzcoano.
El juez que supervisa el proceso mercantil avaló la propuesta del consorcio árabe por considerar que era la que mejor garantizaba la continuidad productiva y ofrecía una solución estable tanto para los trabajadores como para los acreedores. El plan incluye inversiones en modernización tecnológica y un compromiso de mantener la actividad en Zumaia durante al menos tres años, ampliable en función de los resultados.
A pesar del visto bueno judicial, la operación todavía no se ha cerrado de forma efectiva. Según fuentes cercanas al proceso, la formalización requiere completar una serie de condiciones suspensivas, entre ellas el desembolso de los fondos, la firma del contrato de compraventa, la transferencia oficial de activos y el registro de la unidad productiva a nombre del nuevo propietario.
También quedan por definir los planes de inversión a corto plazo y la garantía de carga de trabajo para los próximos años, aspectos esenciales para asegurar la viabilidad del astillero. “Hasta que no se firme y se transfieran los activos, la incertidumbre sigue presente”, reconocen desde el entorno sindical.
Inquietud entre la plantilla ante el silencio empresarial
La falta de avances en las últimas semanas ha generado inquietud entre los trabajadores, que permanecen a la espera de noticias oficiales. El comité de empresa mantiene una postura de prudencia, pero reclama mayor transparencia y comunicación por parte de los administradores concursales y del futuro comprador.
“Sabemos que las negociaciones están avanzadas, pero no tenemos fechas concretas ni información detallada sobre cuándo se producirá la firma”, comentan desde el comité, que insiste en que el retraso “no hace más que alimentar la incertidumbre de unas familias que llevan meses pendientes de su futuro laboral”.
En este sentido, los empleados confían en que la entrada del grupo árabe permita reactivar la actividad del astillero y recuperar contratos que habían quedado en pausa durante el proceso concursal. Mientras tanto, las operaciones permanecen limitadas a tareas básicas de mantenimiento y supervisión técnica.
El grupo árabe, nuevo actor industrial en el norte de España
Safeen Drydock es una marca operativa del grupo Abu Dhabi Ports, conglomerado público de los Emiratos Árabes Unidos que ha emprendido en los últimos años una estrategia de expansión internacional en sectores logísticos y navales. Su filial Premier Marine, con experiencia en la construcción y reparación de embarcaciones, busca convertir a Balenciaga en un centro estratégico de producción en Europa, especializado en buques de apoyo offshore y servicios portuarios.
Fuentes conocedoras del acuerdo explican que el consorcio planea invertir en nuevas líneas de producción y formación técnica del personal, con el objetivo de aumentar la competitividad del astillero frente a otros polos industriales europeos. El compromiso incluiría mantener la plantilla actual y potenciar la colaboración con empresas locales para reforzar la cadena de suministro.
Según la legislación concursal, la compra garantiza una viabilidad mínima de tres años, es decir, hasta 2028, siempre que se cumplan las condiciones pactadas. En ese periodo, Safeen Drydock deberá mantener la actividad, respetar los puestos de trabajo y ejecutar las inversiones comprometidas.
El tribunal considera que el acuerdo tiene la capacidad de estabilizar la empresa, atender los créditos pendientes y pagar los salarios atrasados de los trabajadores. Una vez firmada la transferencia, los primeros fondos se destinarán a cubrir los pasivos existentes, entre ellos costes laborales, proveedores y gastos judiciales derivados del procedimiento concursal.
La esperanza de una nueva etapa para Balenciaga
A pesar del clima de incertidumbre, en Zumaia predomina el deseo de que la operación se materialice cuanto antes. “Después de tantos meses de espera, lo que queremos es volver a construir barcos, que es lo que sabemos hacer”, señala un veterano empleado del astillero.
Para el municipio, el futuro de Balenciaga no solo representa la continuidad de más de setenta empleos directos, sino también el mantenimiento de un tejido industrial clave para la comarca. El ayuntamiento y los agentes económicos locales confían en que el grupo árabe aporte solidez financiera y nuevas oportunidades de desarrollo.
Mientras las partes ultiman los detalles finales, el ambiente entre los trabajadores es una mezcla de esperanza y cautela. La operación, que en principio debía cerrarse en cuestión de semanas, sigue sin fecha confirmada, lo que mantiene en vilo a una plantilla que ha resistido meses de inestabilidad y cambios.
Si la firma se produce finalmente en los próximos días, se pondrá en marcha un nuevo capítulo en la historia centenaria de Astilleros Balenciaga, una empresa que ha sido emblema de la construcción naval en Euskadi y que ahora podría renacer de la mano de capital extranjero.