Mapfre urge al Gobierno a resolver el problema energético para que las empresas españolas sean competitivas

El servicio de estudios de la aseguradora también ve importante que se resuelva pronto la crisis de suministro de chips y se aprovechen de manera "eficaz" los fondos europeos

Antonio Huertas, presidente de Mapfre/APIE

Antonio Huertas, presidente de Mapfre/APIE

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Mapfre Economics, el servicio de estudios de la aseguradora, indica que este 2022 los riesgos en España se centran especialmente en la inflación, tanto por la factura eléctrica y del gas, como por el aumento de costes de producción y servicios. En este contexto, urge al Gobierno a resolver el problema energético español «si se pretende mantener la competitividad de la industria y los servicios».

Además de poner solución a los problemas energéticos, la firma entiende que debe solventarse la crisis de suministro y recuperar la movilidad de turistas extranjeros para alcanzar la recuperación económica. «Es importante que se resuelva pronto la crisis de suministro de chips«, apuntan, ya que está afectando gravemente a la producción de la industria del automóvil, un sector muy relevante en el PIB español. Actualmente, la producción de vehículos se encuentra a la mitad de su nivel pre-crisis.

A Mapfre Economics también le preocupa la caída del turismo. La llegada de turistas se ha recuperado solo parcialmente, y sigue también a la mitad de los niveles habituales. Las nuevas variantes, como Ómicron, no ayudan a la economía a recuperarse. Por eso insisten en que hay que aprovechar de manera «eficaz» los fondos de la Unión Europea. Ya que «son clave» para la recuperación y de no hacerlo, el impacto sería significativo.

Asimismo, advierten de que el final de la moratoria de insolvencias en junio de 2022 revelará las cicatrices de la crisis. Con todo, prevén que el crecimiento del PIB español este año se deberá situar en el entorno del 5,5% si se apoya en un nivel de empleo que va mejorando, unas exportaciones que deberán aumentar si se superan los obstáculos de costes energéticos y las dificultades de la cadena de suministro, y una inversión creciente por la llegada de los fondos europeos.

De cara a 2023, las previsiones son que el crecimiento económico de España se modere al 4,3%. Pero advierten, que para que se cumpla este escenario es importante que no se vuelvan a cerrar fronteras ni haya confinamientos, ya que en los primeros días de Ómicron, a finales de 2021, se empezaron a verificar cancelaciones hoteleras significativas.

Las esperanzas están puestas en el aprovechamiento adecuado de los fondos europeos de recuperación para que sirvan de impulso en 2022-23, y para que ayuden en una transformación de la economía que produzca ganancias de productividad y de empleo más duraderas. Está previsto que parte de esos fondos sean utilizados en proyectos de producción de energía, un aspecto fundamental para reducir la dependencia energética del exterior y eliminar la volatilidad en precios.

A nivel global, Mapfre Economics presenta un corredor de previsiones a partir de dos escenarios, uno base y otro estresado (alternativo). Su visión central (escenario base) contempla que, tras crecer en 2021 un 5,8%, el mundo crecerá en torno al 4,8% en 2022 y al 3,6% en 2023, con crecimientos de los mercados desarrollados ligeramente por encima de los emergentes.

La empresa entiende que el crecimiento económico podría sorprender al alza si los costes energéticos bajaran rápidamente, la inflación remitiera, los problemas de la cadena de suministro se pudieran solucionar rápidamente y el consumidor trasladara su gasto hacia áreas del sector servicios aún deprimidas.

La visión estresada supone un retorno a la normalidad más tardía, con shocks epidemiológicos que se mantienen hasta bien entrado 2023, aunque de forma progresiva impliquen medidas económicas menos lesivas. De forma relevante, en este escenario el impacto de las cadenas de suministro se torna más adverso, con disrupciones que se propagan a un abanico mayor de bienes y servicios, impulsando la inflación al alza hasta finales de 2022.

Así, la previsión en este escenario sería que la economía mundial crezca solo un 4% en 2022 y un 2,6% en el 2023. Esta visión central de la economía global concibe, además, que el petróleo mantenga la senda actual de elevados precios, hasta los 80-85 dólares el barril en la primera mitad del año, para luego retomar una senda hacia su precio de equilibrio, con precios de entre 60-65 dólares el barril a partir de 2024, derivada de factores de oferta y demanda global normalizados.

Impacto en España del sector seguros

Desde el servicio de estudios de Mapfre explican que la escasez de suministros continúa ralentizando los niveles de producción en determinados sectores de actividad, como es el caso del automovilístico, lastrando las exportaciones y las nuevas matriculaciones de vehículos.  

No obstante, prevén que esta situación mejore en los próximos meses, lo que puede ayudar a recuperar el negocio de los seguros de autos que viene sufriendo esta situación y que puede estar generando una demanda embalsada que se traduciría en mayores crecimientos en esta línea de negocio cuando se normalice la situación.  

El cuanto al negocio de los seguros de Vida vinculados al ahorro, continuará marcado por el entorno de bajos tipos de interés, a pesar del repunte de la inflación y del cambio de orientación de la política monetaria del Banco Central Europeo hacia una retirada gradual de los estímulos monetarios aplicados a consecuencia de la pandemia.

De momento, afectan únicamente a los programas de adquisición de activos con el fin de reducir el ritmo de compras netas de bonos soberanos y corporativos, por lo que la previsión es que las primas de los seguros de Vida ahorro y rentas vitalicias tradicionales todavía queden lejos de los niveles precrisis.  

En cuanto a la renta variable, sigue percibiéndose como una alternativa para protegerse contra el entorno de bajos tipos de interés y el repunte de la inflación en un entorno de tipos de interés reales negativos, situación que está favoreciendo el desarrollo de los productos de seguros de Vida en los que el tomador asume el riesgo de la inversión, los cuales siguen cobrando importancia en el mercado español en volumen y en número de asegurados.

Mientras que el negocio de Vida riesgo, por su parte, puede verse beneficiado de una mayor sensibilidad al riesgo de fallecimiento de hogares y empresas a consecuencia de la pandemia, concluyen.

Cristina Hidalgo

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