BBVA prevé que el PIB crezca cuatro veces menos hasta junio y se suma a pedir cautela en los salarios

BBVA Research mantiene que el PIB crecerá un 5,5% este año pese a ómicron y las tensiones inflacionistas, 1,5 puntos por debajo de la estimación del Gobierno, y augura un alza del 4,9% en 2023

Presentación informe ‘Situación España’ de BBVA Research. Foto de BBVA.

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BBVA Research, el servicio de estudios de la entidad, opta por la prudencia en sus estimaciones al rebajar en una décima el crecimiento de 2021, hasta el 5,1%, por el menor consumo del previsto, y mantener para este año la estimación de un avance del 5,5% pese a ómicron y las tensiones inflacionistas, aunque, eso sí, prevé un crecimiento cuatro veces menor los dos primeros trimestres respecto al último del año pasado. La cautela en sus previsiones también la traslada a la hora de abogar por ligar las subidas salariales a la productividad ante la alta inflación.

Así se desprende del último informe ‘Situación España’ del servicio de estudios de la entidad, correspondiente al primer trimestre del año y presentado este jueves por el director de BBVA Research y economista jefe de Grupo BBVA, Jorge Sicilia; el responsable de Análisis Económico de BBVA Research, Rafael Doménech, y el economista jefe para España, Miguel Cardoso. 

Pese al mantenimiento general de las previsiones en el 5,1% en 2021 y el 5,5% en 2022, en buena medida gracias al aumento progresivo de la inversión por los fondos europeos, el pronóstico sigue siendo inferior a las estimaciones de un 6,5% y 7% que augura el Gobierno. De cara al 2023, BBVA Research estima que la economía crecerá un 4,9%, de forma que, de cumplirse este escenario, el nivel de PIB prepandemia volvería a su nivel prepandemia a finales de este año o principios del que viene.

No obstante, augura una desaceleración importante del crecimiento en los primeros meses del año, ya que el avance del PIB pasaría del 2,4% en el que habría cerrado el cuarto trimestre de 2021 a apenas un repunte de cinco y seis décimas en el primer y segundo trimestre, lo que supone que la economía española crecerá cuatro veces menos de lo que lo hizo en el último tramo del año.

Esto se debe, según han explicado Sicilia y Doménech, al menor crecimiento de la economía de la Eurozona, que restará 1,4 puntos de crecimiento a las exportaciones españolas de bienes, así como a la persistencia de la interrupción en las cadenas globales de suministro por los cuellos de botella, con especial impacto en la automoción (entre 7 y 17 puntos), unido al encarecimiento del combustible y el impacto de la electricidad, que restó 1,1 puntos de crecimiento el año pasado y volverá a quitar siete décimas al PIB este año.

La demanda interna aportará este año 6,3 puntos al crecimiento, mientras que la externa restará ocho décimas, algo que se intensificará en 2023, cuando la demanda interna contribuirá con 6,7 puntos al PIB, restando en cambio la externa 1,9 puntos.

Impacto limitado de ómicron y la importancia del consumo

Con todo, Doménech ha apuntado que en la medida que los efectos de la variante ómicron y los cuellos de botella fueran menos importantes sobre la actividad económica «podría haber razones para un sesgo al alza» del crecimiento en el primer y segundo trimestre. En la marcha económica será determinante el impulso que pueda tener en el gasto de los hogares la bolsa de ahorro embalsado de 70.000 millones de euros, que hasta ahora apenas ha sido destinado a consumo.

De hecho, Doménech ha subrayado que los indicadores en tiempo real muestran un impacto económico «limitado» de la sexta ola de contagios, «incluso se observa un mayor dinamismo del gasto en consumo», al tiempo que tanto la afiliación a la Seguridad Social como las compras con tarjeta apuntan a que los cambios no están siendo significativos respecto a las tendencias que se venían observando.

Aunque ha indicado que el consumo de no residentes en territorio español habría ralentizado su avance en el cuarto trimestre de 2021 por las restricciones y el empeoramiento de la pandemia, el consumo de no residentes con tarjetas extranjeras ha recuperado el 60% del nivel prepandemia y en la medida en que la incertidumbre sanitaria disminuya prevé que España recupere a finales de 2023 alrededor de un 90% del consumo de no residentes que se registraba antes del inicio de la pandemia.

Con todo, los expertos de BBVA Research estiman una mejora económica progresiva con el transcurso del año, gracias al aumento de la inversión con la llegada de los fondos europeos y con la normalización de las cadenas de suministro y la desaparición progresiva de los cuellos de botella.

Los fondos europeos y los principales riesgos: IPC, energía y cuellos de botella

Además de la evolución de la pandemia, Doménech ha hecho hincapié en la trascendencia de los fondos europeos. De acuerdo a la información conocida, hasta noviembre de 2021, la administración central realizó desembolsos por importe de 9.118 millones de euros, un 42% del total previsto para 2021, pero la ejecución final, es decir, el volumen de fondos que llegó a las empresas fue inferior a los 3.000 millones de euros.

Esta situación «va a cambiar en 2022, 2023 y 2024 y esperamos una ejecución mucho mayor con un impacto más significativo», ha apuntado Doménech. Asimismo, Cardoso ha pronosticado un gasto de entre 10.000 y 15.000 millones de euros este año, frente a los 25.000 millones planificados, lo que aportará al crecimiento del PIB «entre medio punto y un punto dependiendo del momento en el que se realice la ejecución y el tipo de proyectos».

En cuanto a los riesgos, se han referido al nivel de inflación, que calculan que cerrará este año con una media anual del 3,2%, una décima más que el año pasado, así como la respuesta de los bancos centrales ante la retirada de estímulos monetarios, aunque descartan que se pueda producir una subida de tipos a priori en 2022.

Ven necesario acelerar la implementación de los fondos relacionados con el NGEU y, a medio plazo, creen que el sesgo de los riesgos dependerá de las reformas que se adopten en los próximos meses, valorando el acuerdo de la reforma laboral aunque ven «dudosos» los efectos disuasorios penalizadores y cuestionan los cambios en negociación colectiva, pero valoran los contratos formativos y la flexibilidad de los mecanismos RED (futuros ERTE).

Contención salarial

El mismo día en el que el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha vuelto a pedir un «pacto de renta» para distribuir el coste de la inflación entre trabajadores y empresarios, abogando por la moderación de los salarios, en BBVA Research han recodo el guante y se han posicionado en línea con la cautela respecto a las subidas salariales.

El responsable de Análisis Económico de BBVA Research, Rafael Doménech, ha advertido de que la inflación ha continuado sorprendiendo al alza pero ha matizado que no volverá a presentar niveles tan elevados como los observados durante la mayor parte de 2021 y habrá una revalorización de rentas que compense, en parte, la pérdida de poder adquisitivo del año anterior.

Según Doménech, hay que evitar que el alza de la inflación, también la subyacente, se enquiste y aparezcan efectos de segunda ronda (aumento de márgenes, salarios y precios), tras enfatizar que buena parte del aumento de los precios ha sido «absorbido por los márgenes de las empresas», ya que las rentas salariales prácticamente han recuperado los niveles de 2019 pero los excedentes brutos de explotación y las rentas mixtas (márgenes empresariales) están aún un 8,5% por debajo del nivel de 2019.

La contención de precios a través de los márgenes empresariales ha tenido un «impacto positivo» en la creación de empleo, ya que sin ello la tasa de paro habría aumentado dos puntos. Ante esta absorción de precios por los márgenes salariales, Doménech ha pedido ser «sensible» a las ganancias de productividad y los efectos «tremendametne heterogéneos por sectores».

Así, cree que hay que acometer acuerdos de subida salarial en función de la evolución de la productividad en cada sector. «Necesitamos que los salarios aumenten más para favorecer la reasignación sectorial de factures productivos hacia nuevas empresas», ha enfatizado, si bien ha enfriado las expectativas al recordar que la inflación subyacente (descontando alimentos no elaborados y la energía) ha subido un 2%.

«No podemos entrar en un círculo vicioso», ha recalcado en línea con las palabras del Banco de España, ya que sería «totalmente contraproducente para la recuperación económica, la creación de empleo».

Déficit y empleo

También ha alertado Doménech sobre la «amenaza» que supone para la estabilidad presupuestaria la tendencia al alza de la deuda si no se ve compensada por medidas a través del gasto público o los ingresos, para contrarrestar el déficit público. Para ello reclama un esfuerzo en la inversión en intangibles mediante los fondos europeos y lograr ganancias de productividad.

La reforma de las pensiones que vuelve a indexar las pensiones al IPC aumentará el déficit. Con todo, BVA Research cree que el déficit cerró 2021 en el 6,8% y bajará este año al 4,8% del PIB, en ambos ejercicios por debajo del pronóstico del Gobierno, que augura un 8,4% y un 5%. Para 2023 cree que se situaría en el 3%, por lo tanto en el límite del actual procedimiento de déficit excesivo, aunque esto dependerá del cambio en las reglas fiscales que ultima la Comisión Europea, previsiblemente a conocer en verano.

También presenta buenos datos el mercado de trabajo, con una estimación de que la tasa de pro baje del 15% al 13,6% este año y al 11,4% el próximo, aunque Doménech ha avisado de que el mayor coste de extinción por el efecto sobre la temporalidad de la reforma laboral podría condicionar la creación de empleo.

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