Opa a Naturgy: el Gobierno somete a IFM a la “prueba del algodón”

El fondo australiano enmudece tras las duras condiciones del Consejo de Ministros mientras La Caixa alcanza el 26% de la energética

MADRID, 03/08/2021.- La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, durante la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros, este martes, en el complejo del Palacio de la Moncloa. EFE/Juan Carlos Hidalgo

La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. EFE

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IFM está digiriendo las “inéditas” y “enormemente garantistas” condiciones que, en palabras de la vicepresidenta Teresa Ribera, el Gobierno ha impuesto a su oferta parcial por Naturgy. Este martes, una breve muestra de “satisfacción” por el hecho de que, finalmente, el Consejo de Ministros haya aprobado la opa.

Estas condiciones son la “prueba del algodón” para las intenciones del fondo australiano, asegura una fuente cercana a la empresa energética. “Si como dice, viene a largo plazo y apoya la transición energética, no tendrá problema. Pero si está conchabado con GIP y CVC para sacar el máximo beneficio, ¿a ver qué hace ahora?”, prosigue.

Como decía el mayordomo de Tenn en el famoso anuncio de los 80, “el algodón no engaña”. Este empleado del hogar usaba la prueba del algodón para ver si en una superficie aparentemente limpia, había rastros de suciedad; las condiciones del Gobierno pueden aflorar oscuras intenciones tras la aparentemente amistosa oferta de IFM.

“Aparentemente amistosa” porque La Caixa, primer accionista de Naturgy con ya el 26% de las acciones, dejó claro –con hechos, no con palabras– que el fondo no era bienvenido y el presidente de la energética dijo sin pelos en la lengua hace justo una semana que la opa “no era solicitada”.

Pero volviendo a IFM, su reacción este martes a la aprobación de su opa fue cuanto menos sorprendente. Se limitaron a mostrar su “satisfacción” con el hecho de que, al fin, el Gobierno le hubiera dado luz verde, pero ni media palabra más. No se pronunció sobre las condiciones, esperará unos días para hacerlo.

Preguntados acerca de la continuidad o no de la opa por Economía Digital, optaron por el manido no comment. No aseguraron que vaya a seguir para adelante, tampoco lo contrario. Solo más silencio, a la espera de analizar detalladamente las condiciones.

En IFM esperaban una aprobación con condiciones; todo el mundo lo esperaba, se estaba filtrando que así sería desde hacía semanas. Pero quizá no las esperaban de tal calibre: si prospera y triunfa, sus miembros en el consejo de administración de Naturgy tendrán las manos atadas durante cinco años, bajo amenaza de sanciones y querellas.

El Gobierno impide la pinza de fondos en Naturgy

Las condiciones son contundentes. Durante un lustro, IFM deberá votar, tanto en el consejo –si tiene algún miembro, que por porcentaje debería tenerlo si triunfa su opa por el 22,69% de Naturgy– como en las juntas de accionistas, a favor de las inversiones en España y de todas aquellas iniciativas que promuevan la transición energética.

A su vez, deberá rechazar cualquier iniciativa que suponga desinversiones estratégicas, pérdida de empleo en España o la pérdida de la sede social en el país. La única condición que no es a cinco años, sino a tres, es rechazar la exclusión de cotización de la empresa, cuyo free flow quedaría ya muy mermado si la opa termina con éxito.

Debe favorecer, además, una política de dividendo “moderada”, condición que el Gobierno impone para evitar la pinza de los tres grandes fondos, que podrían sumar dos tercios de las acciones de Naturgy, por maximizar beneficios en lugar de la “protección y buena gestión de los activos regulados y las infraestructuras críticas”, línea roja para el Gobierno de Pedro Sánchez.

El presidente de Naturgy, Francisco Reynés, que impulsará un proyecto para construir 38 hidogeneras en España. EFE
El presidente de Naturgy, Francisco Reynés. EFE

La pinza de los fondos era el gran temor del Gobierno, especialmente de Podemos y algún otro detractor, como Iván Redondo, el gran oráculo del presidente hasta la crisis de Gobierno. Y es lo que, a la práctica, evitan las condiciones impuestas por el Consejo de Ministros.

Y es que con Criteria controlando el 26%, el voto de IFM, con entre un 17% y un 22,69% según como vaya la opa, casi sumarían mayoría para, en el hipotético caso de una rebelión de los fondos, imponerse y frenar tal osadía. Es algo que no ha pasado, pero hay cierto runrún acerca de las ganas de maximizar el beneficio por parte de los fondos.

GIP y Rioja (CVC y Corporación Financiera Alba) tienen algo más del 20% cada uno, con lo que con la suma de IFM, tres fondos rondarían dos tercios del capital. Suficiente para, si se ponen de acuerdo, hacer bailar a Reynés al ritmo de su música pese a que el primer accionista toque otra melodía.

IFM ha negado intenciones oscuras hasta ahora, pero no todos le creen. De hecho, ha apoyado explícitamente al equipo gestor de Naturgy capitaneado por Francisco Reynés y se ha mostrado encantado de ser socio de La Caixa.

Fainé y Reynés no ven con buenos ojos a IFM

Sin embargo, el modus operandi de los australianos no ha gustado ni en la energética ni, sobre todo, a su principal accionista. Isidro Fainé entiende los negocios como algo entre caballeros. Es decir, si yo te quiero comprar, antes hablemos y lleguemos a un acuerdo.

Pero en La Caixa se enteraron de la opa como quien dice por la prensa. A penas ha tenido contactos con IFM y eso terminó por decantar la balanza en las torres negras de la Diagonal de Barcelona después de que su mandamás estuviera meses dándole vueltas.

Criteria, el holding de La Caixa, decidió no vender sino hacer lo contrario, comprar acciones hasta un máximo del 29,99% para no tener que lanzar una opa. Ya ha llegado al 26%, según la última actualización en su web.

Isidro Fainé concibe los negocios como algo entre caballeros y no entendió el ‘modus operandi’ de IFM para entrar en Naturgy

Naturgy tampoco parece favorable a la opa. Reynés, a quién situó en la presidencia de la energética el propio Fainé, su antecesor, dijo la semana pasada claramente que la oferta “no era solicitada”. Solo son palabras, pero con hechos también ha dificultado la entrada de IFM.

La compañía ha dado dos dividendos que han obligado al fondo a corregir la oferta a la baja para compensarlos. El primero estaba previsto pero el segundo, anunciado también la semana pasada, no.

Esta decisión ahogó todavía más una opa cuyo éxito está cuestionado por una cotización que se ha movido a menudo por encima del precio ofrecido. ¿Por qué van a ir a una opa los accionistas si pueden vender en el mercado más caro? La acción de Naturgy cerró este martes en 21,90 euros, ligeramente por debajo de los 22,07 que pagará IFM.

El balón está ahora en el tejado del fondo australiano. Falta que dé su aprobación la CNMV, pero es un trámite; de hecho, el supervisor suele ser más rápido y lleva meses esperando la decisión del Gobierno. Sin embargo, probablemente no se pronuncie hasta septiembre.

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