Los planes de reestructuración de Mr. Wonderful no dan resultado y se ven abocados al concurso de acreedores

La Audiencia de Barcelona anula el plan de rescate de la firma de productos motivacionales al considerar que sus previsiones no son realistas y abre la puerta a un proceso concursal

Una tienda de Mr. Wonderful

Una tienda de Mr. Wonderful. Foto: Gran Plaza

El intento de reestructuración de Mr. Wonderful ha terminado en fracaso. La Audiencia de Barcelona ha tumbado el plan aprobado por un juez el pasado otoño, dando la razón a CaixaBank, principal acreedor financiero de la compañía. La entidad, que concentra el 45,47% del pasivo total con una deuda de 6,8 millones de euros, había impugnado la viabilidad del proyecto al considerar que las previsiones de ventas y flujos de caja eran “poco realistas” y no se sustentaban en una base económica sólida.

La sentencia, dictada el 9 de octubre, invalida los efectos del plan y deja a la empresa en una posición crítica. El tribunal considera que las proyecciones de crecimiento no se ajustaban a la realidad de una compañía que lleva años acumulando pérdidas y que no ha logrado recuperar el impulso previo a la pandemia. Con la anulación del plan, Mr. Wonderful se ve abocada a solicitar el concurso de acreedores, aunque todavía podría intentar una renegociación con sus acreedores si presenta una propuesta más creíble.

El papel de CaixaBank y el control de Oquendo

CaixaBank ha cuestionado desde el inicio la forma en que se estructuró la votación del plan. Según el banco, la aprobación se produjo gracias al voto determinante del fondo Oquendo, que controla la empresa tras una primera reestructuración en 2023. Este respaldo arrastró al resto de acreedores sin contar con una mayoría real, algo que la ley concursal reformada en 2022 permite, pero que ha generado controversia.

El tribunal también ha señalado que las previsiones de ventas —que estimaban un incremento de 10 millones de euros entre 2024 y 2028— eran desproporcionadas y no se apoyaban en datos verificables. Para los magistrados, las cifras de crecimiento propuestas no reflejan el contexto actual del mercado ni la situación interna de la compañía.

La Audiencia ha respaldado el análisis del banco y ha reprochado a la compañía sus cálculos excesivamente optimistas. Según la resolución, Mr. Wonderful debería haber basado sus previsiones en los resultados obtenidos antes de la pandemia, cuando su modelo online era su principal fuente de ingresos. Los magistrados subrayan que la pérdida de presencia física y la caída del consumo tras la Covid-19 obligaban a adoptar un enfoque más prudente.

La falta de información fiable también ha sido determinante. El tribunal considera “sorprendente” que la empresa no presentara cuentas auditadas durante el proceso judicial ni datos actualizados sobre sus ventas. Este comportamiento, según la Audiencia, “pone en entredicho la transparencia de la gestión” y evidencia que la situación económica podría ser aún más delicada de lo que se ha comunicado.

Mr. Wonderful evita la quiebra
Mr. Wonderful evita la quiebra

De fenómeno positivo a marca en crisis

La historia de Mr. Wonderful es la de un ascenso meteórico que no supo consolidarse. Fundada en 2011 por Ángela Cabal y Javier Aracil, nació como un pequeño estudio de diseño especializado en invitaciones de boda personalizadas. Su tono alegre y su estética colorida conquistaron al público, y en pocos años la marca se convirtió en un fenómeno de consumo con productos como tazas, libretas o agendas con mensajes motivacionales.

En 2016 alcanzó su punto álgido, con 30 millones de euros en facturación y presencia en grandes cadenas como El Corte Inglés y Fnac. Sin embargo, la apuesta por abrir tiendas propias resultó arriesgada. La crisis sanitaria de 2020 truncó esa expansión: el confinamiento obligó a cerrar locales y redujo drásticamente las ventas, especialmente en el canal físico.

En 2023, Oquendo asumió el control de la empresa tras una primera reestructuración. El fondo capitalizó parte de su deuda, inyectó 1,7 millones de euros adicionales y se comprometió a sanear las cuentas con una reducción de plantilla y el cierre de tiendas. De los 31 establecimientos que la marca llegó a tener, se mantuvieron solo ocho.

Pese a estos ajustes, las pérdidas siguieron creciendo. En 2022, Mr. Wonderful acumuló 11 millones de euros de números rojos, y en 2023 las ventas cayeron hasta los 25,8 millones, con pérdidas adicionales de siete millones. Ante este deterioro, la compañía presentó un nuevo plan de reestructuración en julio de 2024, avalado inicialmente por el Juzgado de lo Mercantil número 11 de Barcelona.

El plan contemplaba una quita del 66,75% de la deuda y una nueva aportación de capital por parte de Oquendo. Sin embargo, CaixaBank apeló la decisión y finalmente ha logrado su anulación, al considerar que las proyecciones financieras carecían de respaldo documental.

Un futuro incierto, pero con opciones

A pesar del revés judicial, la marca no está completamente perdida. Fuentes jurídicas apuntan que el concurso de acreedores no implica necesariamente la liquidación. Mr. Wonderful podría mantener el control operativo si logra pactar un nuevo plan con sus acreedores principales, entre ellos CaixaBank, Deutsche Bank, Santander y Sabadell.

El reto ahora es recuperar la credibilidad financiera y redefinir su propuesta de valor. La empresa aún conserva una identidad reconocida y una comunidad fiel, pero necesita adaptarse a un mercado mucho más competitivo, en el que el mensaje de “buen rollo” ya no basta para diferenciarse.

El optimismo, que fue su seña de identidad, deberá transformarse en un modelo de negocio sostenible. Sus fundadores y el fondo Oquendo tienen por delante el desafío de volver a conectar con un consumidor más exigente y realista, y de demostrar que la marca que llenó de mensajes felices las papelerías de toda España todavía puede escribir un nuevo capítulo.

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Alba Carbajal

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