El Sabadell desmonta el paquete de medidas anticrisis de TSB

La filial del banco presidido por Josep Oliu reduce los tipos de interés de los productos de ahorro, ante la normalización de la situación comercial

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Banco Sabadell recupera el pulso en el Reino Unido. La filial británica del banco presidido por Josep Oliu está revisando sus políticas comerciales en el país; más concretamente el paquete de medidas anticrisis que diseño para evitar la fuga de clientes y tratar de atraer nuevos usuarios tras los problemas generados por la caída de su sistema informático durante la migración de la antigua plataforma de Lloyds a la del banco español tras la adquisición de TSB.

Así, en junio, TSB ha comunicado que reducirá los intereses con los que retribuye a los clientes de sus productos de ahorro a la vista -tanto premium como básicos-. Los nuevos tipos de interés serán aplicables a partir del 10 de septiembre. En paralelo, el banco ha dejado de comercializar algunos productos. De la gama de ahorro, los únicos que mantendrán las condiciones actuales de retribución son los diseñados para los más jóvenes, aunque solo en el caso de que los saldos sean inferiores a las 20.000 libras. 

En términos medios, para los productos no bonificados, los nuevos tipos de interés caerán a partir de mediados de septiembre a menos de la mitad, pasando del 0,40 o 35% actual, al 0,15% con el que empezará retribuir a la vuelta del verano.

Tras la comunicación pública, ahora el banco abre un periodo para que los clientes se puedan mover si así lo desean. «Tiene la opción de cerrar su cuenta o transferir su dinero fácilmente a otra cuetna con nosotros u otro banco, sin cargo, en cualquier momento», señala. 

Banco Sabadell, un paso atrás en la crisis

La filial británica del Sabadell habría dado este paso ante la normalización de la actividad comercial y más de un año después de que comenzaran los problemas tecnológicos en su plataforma. En 2019, la entidad española espera un impacto neutro de TSB en sus cuentas; con la posibilidad positiva de que la situación se pueda voltear con las medidas que implemente la nueva su consejera delegada, Debbie Crosbie, que se ha incorporado recientemente al británico.

Está previsto que Crosbie presente una nueva hoja de ruta para TSB en octubre o noviembre de este año, que se anticipa bastante más ambiciosa que las actuales medidas de tipo de comercial que está adoptando el banco. Por el momento, Banco Sabadell ha retrasado los objetivos de su plan estratégico un año a la espera de la revisión de TSB y confía en su buen ritmo en el mercado español para sostener su resultado. 

Uno de los pasos que el Sabadell quería dar en TSB era abrir el abanico de clientes para comenzar a explotar el sector de los autónomos y pequeños comercios, algo que estaría comenzando a hacer este ejercicio. Además, está reforzando su negocio de crédito. En este sentido, también en junio, el banco ha revisado su política comercial en este segmento, reduciendo los tipos para las contrataciones a medio plazo (entre tres y cinco años) y elevando los a más largo plazo (a partir de 10 años).

El mercado tendrá pronto noticias de la evolución de TSB y Banco Sabadell, ya que está previsto que el español presente sus resultados del primer semestre el próximo viernes 26 de julio.

La entidad frena las desinversiones

Desde que en 2018 comenzaran los problemas tecnológicos de TSB, Banco Sabadell ha sido muy activo tratando de atar en corto los problemas en Reino Unido y gestionando desinversiones, con las que reforzar su capital sin comprometer el objetivo de dividendo dado al mercado: repartir un 50% de su beneficio. Asimismo, en línea con otras entidades, fue muy activo en la venta de cartera no productiva.

Además de sus problemas particulares en TSB, que le supusieron un cargo adicional de 330 millones de libras el año pasado, el Sabadell se ha visto negativamente afectado por los problemas de baja rentabilidad de la banca, que se han magnificado con el reciente cambio en las expectativas de tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE), que no descarta incluso volver a reducirlos si la economía no se recupera

Tampoco ha corrido a su favor su puntuación en los test de estrés de la EBA, publicados en noviembre, donde se quedó a la cola de la banca española. El banco se vio perjudicado porque los datos que se habían tomado de referencia no contabilizaban el impacto positivo en la solvencia de las ventas de cartera y está trabajando en convencer al mercado de su capacidad de generar capital.

En la presentación de sus resultados del primer trimestre, ya avanzó a los analistas que esperaba que al cierre de este año, teniendo en cuenta ciertas desinversiones, su ratio CET 1 Fully Loaded se acercara hacia el nivel del 12%. En concreto pronosticó que manteniendo su objetivo de dividendo, este ratio al menos cerraría el año en el nivel de 11,6%. Cuarenta puntos básicos provendrían de la venta de NPAs (activos no productivos) y de la generación orgánica de capital.

La guinda para ir más allá sería la venta de su promotora Solvia, que estaría a punto de concluirse y que, previsiblemente, se la quedará Oaktree, que ha sido su principal socio en la venta de activos malos relacionados con el mercado inmobiliario. Con esta operación, el banco podría completar sus objetivos sin tener que realizar otras desinversiones. En los últimos meses se ha especulado con la posibilidad de que vendiera una parte de su gestora o su negocio de crédito al consumo.

 

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