La banca precisará otros 50.000 millones para tapar el agujero del ladrillo

El Gobierno está revelando las necesidades del sistema financiero poco a poco. Los expertos del sector aseguran que De Guindos se ha quedado corto en su último cálculo

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Las necesidades de capital reales del sistema financiero español se están dando a conocer muy poco a poco. El pasado 27 de octubre, Bruselas cifraba en 26.000 millones las necesidades de los cinco principales grupos bancarios españoles y ya por entonces muchos advertían que la cantidad real era bastante superior.

Dos meses después, el nuevo Ministro de Economía, Luis de Guindos, sube la cifra: otros 50.000 millones. Pero todo indica que este destape aún no ha terminado, según la ronda de expertos consultada por Economía Digital.

«Cada vez hay más consenso en cifrar entre 120.000 y 150.000 millones de euros las provisiones totales que tendrá que llevar a cabo el sistema financiero español para hacer frente a la burbuja inmobiliaria», asegura un experto bien conocedor del mercado.

El Banco de España ya calculó en 175.000 millones los activos problemáticos vinculados con el ladrillo, especialmente crédito promotor. La morosidad de estos créditos es cada vez más alta entre créditos impagados y subestándar (en previsión de impago) y apunta a unas pérdidas potenciales que no se quedarían en ese «4% del PIB» que cifró Guindos.

El autor de La burbuja inmobiliaria española, José Luis Campos, destaca que «hay 60.000 millones de euros que ya están provisionados, otros 50.000 son esta provisión nueva que dice De Guindos y yo añadiría otros 50.000 de capacidad de provisiones del sistema bancario. Razonablemente las cifras que se han dicho deberían de multiplicarse por dos. Esta cantidad habría que aportarla mediante un nuevo esfuerzo bancario extra en forma de concentración bancaria y el Frob».

Se apunta a tres entidades en el centro de esta concentración bancaria por venir: Bankia, Nova Caixa Galicia y CatalunyaCaixa.

«Terrenos por edificios»

«Tenemos conocimiento de un banco mediano español que tenía apuntados en sus balances como edificios terminados lo que eran terrenos yermos. Si los había valorado, imaginemos, en un millón de euros, y resulta que era un terreno vacío, su valor es próximo a cero. Y esa pérdida, tarde o temprano, habrá que reconocerla», asegura Borja Mateo, autor de La verdad sobre el mercado inmobiliario español.

Y digerirlo no será fácil. «Aún quedan cuatro años de reestructuración del sistema financiero, mínimo. Los bancos pensaban en un principio ir reconociendo pérdidas poco a poco porque España volvería el crecimiento. Y como no es así la única forma de generar beneficios es inflar las valoraciones de sus activos inmobiliarios para tratar de colocarlos a un precio superior al de mercado», dice Mateo.

El ritmo de venta de viviendas parece, en cualquier caso, insuficiente para el sector.

El banco malo

Un banco malo hubiera permitido desviar estos activos mal valorados y ponerlos al día. Pero al mostrarse en contra el nuevo Gobierno de esta medida, la solución que queda a las entidades financieras es realizar ellos mismos esta depreciación, tratando de recuperar el máximo posible al dinero prestado.

«Calculo la tasa de recuperación de lo invertido por encima de un 15% aunque tendrá muchas variables. Si por ejemplo es un banco que tiene mucho suelo, como Bankia que tiene 30.000 millones en suelo, su recuperación será muy baja. Sin embargo, la recuperación de lo invertido en un piso terminado puede ser del 30% o el 40%», asegura Campos.

Durante estos dos próximos años, mínimo, el sector financiero deberá destinar sus beneficios a estas provisiones, lo que presumiblemente aumentará la carestía de crédito, según las proyecciones de los especialistas consultados.

Economía Digital

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