La pandemia destroza más de un billón de euros de PIB europeo

La actualización de las estimaciones económicas del BCE supone borrar en tres meses un valor equivalente a la aportación de España al PIB de la zona euro

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El 11 de marzo, después de pensárselo mucho y cuando la expansión a Europa era una realidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaraba pandemia a la Covid-19, confinaba a medio mundo y arrojaba al abismo a las economías mundiales. A la zona euro el coronavirus podría costarle 1,1 billones de euros de valor económico, de acuerdo con el nuevo escenario macroeconómico presentado este jueves por el Banco Central Europeo (BCE). Por realizar una comparación, es como si España prácticamente desapareciera de la Eurozona en 2020 -el año pasado nuestro PIB alcanzó los 1,24 billones-.

En marzo, en la era pre coronavirus, el banco central calculaba que la economía de la zona euro crecería un 0,8% este año. Esa expansión hacía posible que por primera vez en la historia el PIB de la zona euro pudiera aspirar a superar los 12 billones de euros. Con la actualización realizada este jueves, que ha virado al completo hasta anticipar una contracción del 8,7% en 2020, la Eurozona se juega perder cuatro años de crecimiento.

En 2016, de acuerdo con datos de Eurostat, el PIB de los 19 países que forman la zona euro fue de 10,82 billones de euros. Un ajuste de la magnitud que espera el BCE para 2020 dejaría al PIB de la zona euro ligeramente por encima de los 10,87 billones de euros en 2020.

El BCE, además, ha abierto la puerta a un escenario más apocalíptico, donde un posible rebrote ampliaría la contracción económica hasta el 12,6%. En este caso, el viaje al pasado de la zona euro sería mucho más largo, porque el PIB marcaría su mínimo desde 2014.

Christine Lagarde, más Mario Draghi que nunca

Con este escenario -y muchas incógnitas por delante-, Christine Lagarde fue este jueves más Mario Draghi que nunca; no tanto por el tono -sus intervenciones suelen ser más suaves que las del italiano pero igual de firmes-, sino porque no está escatimando esfuerzos para mantener controlados a los mercados, mientras que presiona a los países europeos para que avancen en las herramientas para relanzar la economía.

Después de aprobar un incremento de 600.000 millones de su programa de compra de deuda específica para la pandemia (PEPP), dando más gasolina a la zona euro de la que esperaban los analistas, Lagarde dejó claro -y por escrito- su apoyo a la propuesta de la Comisión Europea de poner en marcha un fondo de 750.000 millones para financiar la reconstrucción económica post pandemia. Reconoció, no obstante, que es un primer punto de partida sobre el que habrá que negociar.

«El consejo de gobierno urge mayores y más fuertes esfuerzos para sostener y soportar la recuperación. Damos la bienvenida a la propuesta de la Comisión Europea de un plan de reconstrucción enfocado a apoyar a las regiones y los sectores más severamente dañados por pandemia, para reforzar el mercado común y construir una recuperación perdurable y próspera», señaló la presidenta, implicando al resto de bancos centrales.

España está sacando partido al posicionamiento y a las políticas del BCE. Solo con cargo al PEPP, el banco central ha adquirido un volumen de deuda equivalente al 15% de las emisiones realizadas por el Tesoro hasta finales de mayo, que suman compras por 22.391 millones.

Con la misma participación de España en las adquisiciones del BCE a través del PEPP (aproximadamente un 12%), y el incremento de volumen del fondo anunciado este jueves, el banco central podría absorber hasta 162.000 millones en deuda española. Es decir, más de la mitad de casi 300.000 millones que España necesita financiar este año en el mercado, entre vencimientos y nuevas emisiones.

 

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