El pinchazo de Nueva Pescanova: incumple su plan estratégico

Nueva Pescanova obtiene ingresos y beneficios de explotación a la baja, lejos del objetivo marcado en el plan estratégico a cuatro años que culmina en 2020

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El plan estratégico de Nueva Pescanova es papel mojado. Presentado en octubre de 2016 como la hoja de ruta que devolvería a la compañía a la senda de la excelencia, lo cierto es que las directrices básicas de ese plan contrastan con la incapacidad del grupo pesquero para mantener el pulso firme pretendido. Esta situación no pasa desapercibida para los grandes grupos bancarios que apostaron en su día por capitalizar deuda y convertirse en sus propietarios, liderados por Jacobo González-Robatto desde la presidencia de la multinacional.

Dos eran los pilares básicos del crecimiento que ahora semejan desdibujados: ventas y beneficio de explotación, que deja al margen los gastos financieros y, por tanto, es la mejor variable para conocer la salud del negocio sin contar con el coste de la deuda.  El objetivo del plan, que era a cuatro años y no se ha actualizado desde su presentación, pasaba por firmar un ebitda de 139 millones en 2020, frente a los 35 millones que había tenido un año antes de presentarse el plan; es decir, al cierre de 2015.

Ebitda a la baja y en dirección opuesta

Lo cierto es que a cierre de 2018, el beneficio de explotación (ebitda) de Nueva Pescanova se situó en 75 millones de euros, frente a los 80 millones que había logrado un año antes, en 2017. Es decir, fue a menos, haciendo prácticamente inverosímil ese objetivo de los 139 millones para el próximo año. Esa caída que reflejan los datos, que proceden de la memoria  del grupo presentada en el Registro Mercantil, también se observa si se excluye el ebitda de aquellos negocios en los que se ha desinvertido, de forma que resulte comparable el dato de uno y otro año.

Así, en cifras comparables, excluyendo las desinversiones, el ebitda de 75 millones de 2018 se compara a un 2017 en el que Nueva Pescanova registró una beneficio de explotación de 77 millones. Las principales desinversiones correspondieron con las ventas de harinas, pienso, y operaciones y servicios marítimos en África, dice la compañía. «El impacto negativo del negocio de langostino (especialmente causado por la operación de Nicaragua) es la principal razón de empeoramiento del ebitda durante el ejercicio», explica el grupo en su memoria.

Y menores ventas, lejos del objetivo

Turno para los ingresos. El objetivo marcado en el plan estratégico de la compañía que preside González-Robatto preveía en 2016 incrementar en un 50% su cifra de ventas, pasando de los 1.000 millones de euros de ese año a los 1.500 millones en el ejercicio de 2020. Lo cierto es que después de un 2017 en el que la multinacional viguesa logró mejorar su facturación hasta los 1.081 millones de euros, el año pasado volvieron los recortes de ingresos.

Nueva Pescanova camina en dirección contraria a sus objetivos tanto en ebitda como en ventas. Frente a esa meta de los 1.500 millones de ingresos en 2020, el grupo vio recortados sus ingresos sensiblemente el año pasado, hasta los 1.008 millones, desde los citados 1.081 millones de 2017. Si se descuentan los ingresos por prestaciones de servicios, las ventas de situaron en al ciere de 2018 en 996 millones. Es tal el desajuste con los planes marcados que algunas fuentes de la banca acreedora, ahora accionista, dan por hecho el Nueva Pescanova acabará el presente año en pérdidas operativas pese al relativo mantenimiento de sus ingresos.

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