El récord de Navantia: lleva un presidente por año desde que llegó Pedro Sánchez

La salida de Belén Gualda rumbo a la SEPI obliga a Navantia a buscar al que sería su quinto presidente desde abril del 2017

Belén Gualda

Belén Gualda, presidenta de Navantia, durante su visita al astillero de Ferrol

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Navantia activa su casting para encontrar a un nuevo presidente. El ascenso de Belén Gualda, máxima responsable de la empresa pública desde el pasado mes de octubre, para llevar las riendas de la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI) deja vacante la presidencia de Navantia justo en un momento marcado por la sequía de contratos e inversiones en Ferrol.

La persona que suceda a Belén Gualda será la quinta que asuma la presidencia de Navantia en apenas cuatro años. Y es que desde la salida de José Manuel Revuelta en abril del año 2017, Navantia ha vivido un carrusel de ceses, dimisiones y nombramientos en su presidencia.

El mandato de García Vilasánchez

A Revuelta le sucedió en el cargo el mugardés Esteban García Vilasánchez (histórico del naval en la Ría de Ferrol), que durante su etapa protagonizó la firma del macrocontrato de cinco corbetas para la Armada de Arabia Saudí. El encargo, valorado en 1.800 millones de euros, ha sido asumido por los astilleros de la Bahía de Cádiz, que en agosto de 2019 protagonizaron la puesta de quilla al primero de estos cinco buques.

Por aquel entonces, la presidencia de Navantia ya tenía nuevo inquilino. La moción de censura a Mariano Rajoy y el posterior nombramiento de Pedro Sánchez como jefe del Ejecutivo central en junio de 2018 implicaron una cascada de nombramientos en organismos y empresas públicas y, entre ellas, Navantia.

De Susana de Sarriá a Belén Gualda

El Gobierno cesó a García Vilasánchez y designó a Susana de Sarriá, que previamente había ocupado cargos como la subdirección general de Energía, Industria y Minas o la coordinación en la Viceconsejería de Empleo, Empresa y Comercio de la Junta de Andalucía, fue la encargada de estampar la firma a la orden de ejecución de las cinco fragatas F-110. Se trata del contrato que insuflará carga de trabajo al astillero de Ferrol a partir de mediados del próximo año en un programa que, según ha podido saber Economía Digital, se desarrolla con retrasos sobre los plazos previstos.  

Susana de Sarriá ocupó la presidencia de Navantia desde julio de 2018 hasta el pasado mes de septiembre, cuando se anunció el nombramiento por sorpresa de Belén Gualda como nueva responsable de la empresa pública. El eterno equilibrio de poder entre Galicia y Andalucía al frente de Navantia volvía a decantarse en favor de la única comunidad autónoma que supera los 8 millones de habitantes justo en plena escalada de tensión en Ferrol por una sequía de contratos puente que destruirán 2.000 empleos en las empresas auxiliares del histórico astillero gallego (la antigua Bazán).

Ahora, con la salida de Gualda apenas seis meses después de su nombramiento, Navantia busca a contrarreloj un nuevo presidente con la inversión en el nuevo dique de Ferrol (para el que el propio PSOE ferrolano y el PP gallego han sumado fuerzas para pedir su inclusión en la candidatura a fondos europeos) y el vacío de carga de trabajo en Galicia como principales tareas pendientes- Estos serán los retos del futuro máximo ejecutivo de una empresa pública que va a un ritmo de más de un presidente por año desde que Revuelta abandonó el cargo en 2017.

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