El socio argelino de Reganosa amenaza con encarecer el gas a España por el giro sobre el Sáhara

La estatal argelina Sonatrach, propietaria de un 11,8% de la matriz de Reganosa, abre la puerta a encarecer el gas que vende a Naturgy como represalia por el respaldo del Gobierno al plan de Marruecos para el Sáhara

Reganosa

Imagen de archivo de las instalaciones de Reganosa en Mugardos

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Sonatrach amenaza con represalias a España por el giro del Gobierno sobre la posición sobre el Sáhara. La compañía estatal argelina, socia de la gallega Reganosa, ha abierto la puerta a una subida en el precio del gas que vende a Naturgy ante la crisis diplomática desatada por la decisión del Ejecutivo de respaldar el plan de autonomía de Marruecos para el Sáhara.

«Desde el comienzo de la crisis en Ucrania, los precios del gas y del petróleo se han disparado. Argelia ha decidido mantener unos precios contractuales relativamente correctos para todos sus clientes. Sin embargo, no se descarta un recálculo de precios con nuestro cliente español», ha avanzado el director ejecutivo de la compañía pública argelina, Toufik Hakkar, a través de la agencia de noticias gubernamental APS.

Sonatrach controla el 11,8% de Reganosa Holdco (una participación solo superada por el 59,6% del Grupo Tojeiro y el 28,6% de la Xunta de Galicia). Del grupo cuelgan tres sociedades: Regasificadora del Noroeste, a través de la cual se articula la inversión en la regasificadora de Mugardos, en la que participa con un 15% la japonesa Sojitz; Reganosa Servicios, y Reganosa Asset Investments, especializada en la inversión.

Plan millonario de inversión

El consejero delegado de Sonatrach ha explicado que el grupo energético quiere invertir unos 40.000 millones de dólares -unos 36.200 millones de euros al cambio actual- en los próximos cuatro años para investigar y explotar yacimientos de petróleo y gas. Según Harkkar, este plan permitirá duplicar la capacidad argelina de gas, motivo por el cual ya vaticina unas «perspectivas prometedoras».

Pese a estas previsiones, está todavía por ver si España puede asegurarse una mayor cantidad de gas y reducir así su dependencia de Rusia, país que suministró alrededor del 6% importado a lo largo del pasado mes de febrero.

Y es que el giro del Gobierno sobre el Sáhara llevó a que el propio Gobierno argelino llamase a consultas a su embajador en Madrid como muestra de malestar. Además, las autoridades argelinas frenaron la entrada y salida de los vuelos chárter que trasladan cada semana a los trabajadores de empresas afincadas en Madrid desde el enclave petrolífero de Hassi Messaoud.

Esta crisis diplomática impacta de lleno sobre un país que ha comenzado a plantear inconvenientes a la fase de pruebas de la ampliación del gasoducto Medgaz. El propio Ejecutivo argelino ha deslizado la posibilidad de utilizar a Italia en un futuro como puerta de entrada a Europa de su producción de gas.

Economía Digital Galicia

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