La batalla campal entre Iberdrola y el Gobierno se libra en Galicia

En Galicia, con inversiones prometidas de 4.400 millones y 1.200 megavatios eólicos y otros 900 hidráulicos en la nevera, las tensiones entre la compañía de Sánchez Galán y el Ejecutivo de Pedro Sánchez polarizan también el debate político

Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola; Teresa Ribero, ministra de Transición Ecológica y Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta

Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola; Teresa Ribero, ministra de Transición Ecológica y Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta

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De los presidentes de las grandes eléctricas que operan en España, es Ignacio Sánchez Galán, de Iberdrola, quien, con diferencia, más beligerante se muestra públicamente con el Gobierno central tras las medidas impulsadas para reducir el recibo de la luz y que, en líneas generales, supondrán una minoración de los beneficios que obtienen las empresas en el mercado mayorista con las centrales que no emiten C02. En este escenario, aunque la guerra por los planes gubernamentales la disputan la cotizada y el Gobierno de Pedro Sánchez, muchas de las grandes batallas entre ambas se libran en Galicia.

A fin de cuentas, la comunidad acumula numerosos proyectos de Iberdrola de energía eólica e hidroeléctrica que podrían ahora quedar guardados en el cajón debido al decretazo del Ministerio de Transición Ecológica. Además, en una comunidad en la que la cotizada está expedientada por la propia Xunta de Galicia por los drásticos desembalses que acometió en dos de sus presas este verano, el debate político en las últimas semanas gira, precisamente, en torno a la figura de Sánchez Galán. El BNG ha iniciado una campaña en la que acusa al presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, de “connivencia” con la eléctrica. Lo hace recordándole una foto tomada tras su primera victoria electoral en la que recibe un cordial abrazo del ejecutivo de origen salmantino.

Debate político

Un debate político que, ahora, da una nueva vuelta de tuerca después de que, este fin de semana, trascendiese que el socialista Antonio Carmona, con una trayectoria política forjada en la Comunidad de Madrid y especialmente crítico con la gestión de Pedro Sánchez, será el nuevo vicepresidente de Iberdrola España.

El nombramiento, entendido por muchos como un órdago de la eléctrica al Gobierno que ha vuelto a poner el foco en puertas giratorias, impactará, con toda probabilidad, en el debate político en Galicia, teniendo en cuenta que tanto como el Bloque de Ana Pontón como el PSOE de Gonzalo Caballero acusaron al PP la pasada semana de bloquear en el Parlamento una comisión de investigación para esclarecer las responsabilidades de eléctricas y administraciones públicas en el vaciado de los embalses, insistiendo en que la Xunta tiene «interés en favorecer» a las eléctricas.

Cinco grandes proyectos eólicos

Pero, al margen de los cruces de acusaciones en el Parlamento de Galicia a causa de Iberdrola y su guerra con el Gobierno central, ¿qué repercusión puede tener esta situación en cuanto a desarrollo de proyectos? Este martes, en un acto ante proveedores en Bilbao, Sánchez Galán manifestó de forma meridiana que las medidas del Gobierno central la obligan a poner en cuarentena sus inversiones. “No queda más remedio que revisar los planes de inversión”, dijo, insistiendo en que, para llevarlos a cabo, una compañía debe acudir a los mercados de deuda en busca de financiación. Así, indicó que con la nueva regulación, los parques eólicos no serán rentables.

Iberdrola toma esta determinación con cinco grandes proyectos eólicos en cartera en territorio gallego. Suman más de 1.200 megavatios y, por su envergadura, son tramitados por el ministerio de Teresa Ribera.

Casi mil megavatios se concentran solo en los dos proyectos con los que la compañía pretende impulsar la eólica marina en la comunidad. Se trata de los parques de San Brandán y San Cibrao, que proyectan la puesta en marcha de unos 70 aerogeneradores en las aguas frente a Ortegal. En tierra, cuenta con tres grandes proyectos en cartera: el parque de Pedrabante, de 90 megavatios, el de Berdoias, de 76,5 y el de Pena do Corvo, de 58,5 MW.

El negocio hidráulico

Además, los de Sánchez Galán también plantean en Galicia otro proyecto relacionado, en este caso, con la energía hidráulica y que pasa por la puesta en marcha de una megacentral de bombeo de 900 MW en Vilariño de Conso (Ourense) que empleará dos embalses ya existentes y bajo su explotación para producir y almacenar energía.

Según la información expuesta por el Ministerio de Transición Ecológica, la central de bombeo se ubicará “en el margen izquierdo del río Conso, entre los embalses de Cenza y Bao”. El proyecto pasa por la “construcción de un circuito subterráneo que conecte ambos embalses y una central en caverna equipada con tres grupos turbina”. “Mediante la construcción de este aprovechamiento se aumentará la potencia de turbinación y bombeo en 900 MW”, apunta.

Sobre la cuantías de inversión, este verano, antes de que se iniciase la drástica subida de los precios de la energía y de que se produjesen los polémicos episodios de vaciado de embalses en Galicia, en un acto en A Coruña y ante el propio presidente Feijóo, el también CEO de Iberdrola indicó que la compañía presentó planes a desarrollar en la comunidad por 4.400 millones de euros para los fondos Next Generation, unos proyectos que, además, llevarían aparejados unos “20.000 empleos”.

Con todas estas cifras sobre la mesa, queda clara la importancia que tiene Galicia como escenario en el conflicto eléctrico que afronta el país estas últimas semanas.

Investigación de Competencia

Lejos de aminorar, la tensión parece ir a más. Este martes, mientras Galán acusaba al Ejecutivo de un “intervencionismo terrorífico”, en el Senado, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, anunció que ha pedido a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMV) que haga un seguimiento para esclarecer si hay empresas que, tras lanzar el Gobierno la nueva regulación, han frenado a propósito la oferta de energía eólica y solar en el mercado mayorista.

Aunque Ribera no ha mencionado directamente a Iberdrola, sí manifestó al senador del PP Carlos Floriano que su partido tenía «la misma» argumentación que una empresa eléctrica, al afirmar que el decreto del Gobierno estaba “cerrando en España el sol y el viento”. A reglón seguido indicó que esa misma compañía «aparentemente ha parecido no ofertar al mercado esa energía eólica y solar».

«Hemos pedido a la CNMC que haga un seguimiento de qué es lo que ocurre», espetó Ribera, iniciando un nuevo capítulo de la batalla entre Gobierno e Iberdrola que, de nuevo, podría acabar teniendo repercusión en el territorio gallego.

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