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La multinacional alemana Saria desembarca en la startup gallega Blue Marine Oil
La compañía del grupo familiar Rethmann especializada en la valorización de residuos orgánicos entra como consejera en la firma coruñesa impulsada por los investigadores Tomás de la Calzada y Javier Cisneros, que acomete una ampliación de capital

Nueva operación de desembarco de un gigante industrial en una startup gallega. La multinacional alemana Saria, especializada en la fabricación de productos de nutrición animal, agricultura y acuicultura, además de generación de energías renovables, ha aterrizado en la firma coruñesa Blue Marine Oil, que se define como “experta en la revalorización de descartes de pescado, moluscos y crustáceos”. Fundamentalmente, su objeto de negocio es la obtención de compuestos bioactivos y sustancias de alto valor a partir de descartes de la pesca y la acuicultura.
Constituida en 2022 y con firmas colaboradoras como Anfaco o Bioga, además del Virate, el Clúster Galego de Solucións Ambientais e Economía Circular, Blue Marine cuenta como CEO y socio fundador al experto en negocios biotecnológicos Tomas de la Calzada, estando al frente de la dirección científica del proyecto Javier Cisneros, doctor en Química Orgánica por la Universidade de A Coruña.
Según los datos del Registro Mercantil consultados por Economía Digital Galicia, hasta principios de junio De la Calzada (ex de firmas como Euroespes o Keybiological) figuraba como administrador único de la compañía. No obstante, el pasado día 9, la compañía pasó a tener un consejo de administración presidido por el ejecutivo y con Javier Cisneros y la sociedad Saria Spain and South America Holding como consejeros. Esta operación vino acompañada de una ampliación de capital, pasando el mismo de 700 a algo más de 3.700 euros.
El domicilio social de la sociedad Saria Spain and South America Holding está en Granollers, Barcelona, y es la misma que la de Saria Bio-Industries España, base de operaciones en el país del grupo alemán en manos de la familia Rethmann.
Consultada por Economía Digital Galicia, desde Blue Marine Oil rechazaron este martes hacer cualquier tipo de valoración sobre el desembarco de la multinacional germana, que cuenta con una fábrica de piensos, Sarval Bio-Industries Noroeste, antiguamente conocida como Ártabra, ubicada en Suevos, en el concello de Arteixo.
Entre las distintas áreas de negocio del gigante alemán destaca Sarval, que se dedica a los piensos para animales y tiene, como antes se mencionó, en Arteixo, una de sus principales factorías, además de Bioceval, cuyo objeto de negocio pasa por “procesar los subproductos de pescado procedentes de las conserveras, mayoristas, lonjas de pescado y los transforma en proteínas animales y aceites de pescado utilizados en alimentación animal, cosmética e industria farmacéutica”.
Valorización de descartes de pescado
No es de extrañar, por tanto, el interés de la multinacional en la startup coruñesa «experta en la revalorización de descartes de pescado». “Las mermas, subproductos, productos derivados o descartes (sin explotación comercial) de animales acuáticos (pescado y moluscos, entre otros) constituyen una parte importante del volumen total de la pesca extractiva y de producción acuícola (se estima que más del 50% del volumen total)», explica la web de la firma coruñesa sobre Acualar, uno de sus últimos proyectos.
«Estas materia primas –que son de obligada gestión medioambiental– no se están utilizando en múltiples ocasiones para desarrollar nuevos productos, mediante modelos de economía circular, o, en el mejor de los casos, se están utilizando para desarrollar productos de bajo valor añadido, como harinas de pescados, con altos costes de producción, contaminantes y que, además, degradan las propiedades (proteínas, etc.) de la materia prima origen por el proceso de elaboración (cocción, etc.)”, apuntan.
El proyecto Acualar está orientado a la valorización avanzada de estos subproductos mediante el uso de diferentes tecnologías, como la del ensilaje en sus diferentes variantes (química, biológica y enzimática) así como otras metodologías que permitan la extracción de compuestos bioactivos de gran valor en mercado.
La conexión gallega de Saria
Saria es un gigante en toda regla. En su último informe de sostenibilidad indica que, a cierre de 2024, sumaba más de 12.500 empleados en todo el mundo, gestionando 200 plantas de producción en 26 países. Su cifra de negocio consolidada supera los 3.300 millones de euros.
Fue en 2006 cuando el conglomerado alemán culminó la compra de la antigua Ártabra, empresa dedicada a la fabricación de la harina de pescado y que en su tiempo se encargó de los residuos orgánicos procedentes de las vacas locas.
A través de su antigua filial española Dimargrasa, el grupo germano se hizo con la compañía gallega en una operación que se valoró en unos 50 millones de euros.