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El dueño de Sargadelos reanuda la actividad y carga contra Rueda y los sindicatos
Segismundo García avanza que la planta de Cervo volverá al trabajo este miércoles mientras busca un CEO para dirigir la empresa; afirma que el presidente de la Xunta parece un "liberado sindical" con sus declaraciones "amenazantes"
El dueño de Sargadelos, Segismundo García, a su salida de la fábrica, a 28 de noviembre de 2025, en Cervo, Lugo, Galicia (España). El dueño de Sargadelos, Segismundo García, ha vuelto a ordenar que pare la producción en la histórica planta de cerámica de – Carlos Castro – Europa Press
El propietario de Sargadelos, Segismundo García, ha anunciado que reanudará la actividad en la planta de Cervo (Lugo) este miércoles día 3, «si no surgen inconvenientes». El dueño de la histórica firma gallega planteó días atrás aplicar un ERTE y paró la fábrica, en la particular cruzada que mantiene con la Inspección de Trabajo y que ya provocó un episodio similar el pasado abril. En un comunicado remitido a los medios, el dueño dice que retomarán la actividad, «aunque la empresa siga pendiente de cubrir la plaza de CEO».
El anuncio de la reapertura se produce un día después de que el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, lanzase una advertencia a la dirección de Sargadelos, y cinco días después de la decisión del propio García de volver a parar la producción, tras una nueva visita de Inspección de Trabajo relativa a deficiencias en materia de seguridad laboral en las instalaciones.
Reformas sin hacer
Este martes, los trabajadores de producción –pendientes de cobrar la nómina de noviembre– se han quedado un día más a las puertas de la factoría, al igual que ocurrió el pasado viernes y este lunes. En un entorno de presión sindical y política para que la situación retorne a la normalidad, el dueño de la emblemática firma de cerámica, que ha optado también por dimitir de sus funciones ejecutivas, recuerda que «la propiedad de una empresa es de su dueño (o de sus accionistas)», si bien avanza que este miércoles reanudará la actividad, aunque con las reformas que le requiere Inspección «sin hacer» y sin entrar en sus «planes» acometerlas «a corto plazo».
«La autoridad laboral, los políticos y los sindicalistas es cierto que en estos tiempos de cambio y confusión (tiempos líquidos), ejercen un desmedido poder», opina. Pero advierte de que «ellos no arriesgan ni su patrimonio ni su salud en la gestión». «Es verdad que, en nuestra era, la mayoría de los gestores son contratados. De ahí su apego al exceso de normativa y a la connivencia con el poder establecido aunque perjudique a su empresa», valora.
El «amenazante» Rueda
Explica que paralizó la actividad productiva «ante la situación de alarma causada por la inconcebible actuación de la Inspección» y para «garantizar la seguridad de los trabajadores». En concreto, dice que la visita de Inspección «generó alarma en la empresa, sobre todo a la vista de la puesta en escena que realizaron los comisarios acudiendo con un atuendo que hacía sospechar grave riesgo para los trabajadores».
En su comunicado a la prensa, Segismundo García destaca que «si ahora la Xunta insta a continuar la actividad, alguien miente o exagera» y avisa de que «las últimas declaraciones amenazantes del señor presidente de la Xunta no contribuyen a pacificar la situación». A Rueda le anima «a que por delegación o personalmente se decida a ejecutar sus severas admoniciones», que ve «más propias de un ‘liberado sindical».
Los sindicatos, una «lacra»
De los sindicatos «nada» tiene que decir «salvo» criticar «su pésimo desempeño de la actividad empresarial cuando la han ejercido» y reitera, como en anteriores ocasiones, su satisfacción por que Sargadelos carezca de representación sindical desde hace años –después de su llegada como administrador único–: «Nos hemos librado de tal lacra», asevera. «Si el empresariado asumiese su gestión con responsabilidad, buen criterio y afán competitivo muchas de las ocurrencias y necedades que imponen las autoridades (incluidos los sindicatos) carecerían de hueco en el mundo laboral», afirma.
Considera que «es buena pauta empresarial no aferrarse en exceso ni a la propiedad ni al dinero» y concluye que, «entre tanto, habrá que ir ‘tirando». «Aunque a nosotros nos guste más ir ‘recogiendo’, y por eso, si la Xunta garantiza la salubridad de nuestras instalaciones abriremos la planta de producción de Cervo», sentencia, «advirtiendo, eso sí, que las requisitorias y reformas que exige la inspección de Lugo están sin hacer y no entra en los planes de esta compañía acometerlas a corto plazo».