Navantia y Urovesa, más allá de los contratos de Defensa en Europa: buscan crecer en la Commomwealth
Mientras los astilleros públicos recuperan la confianza de Australia con un contrato de ingeniería, el grupo gallego de vehículos especiales ha abierto un nuevo mercado con un contrato con Nueva Zelanda

El Ministerio de Defensa de Nueva Zelanda recibe el prototipo del vehículo especial Vamtac, tras el contrato firmado por la gallega Urovesa para dotarlos de 60 vehículos especiales. Foto: Ministerio de Defensa de Nueva Zelanda
Los grandes grupos del ámbito de la defensa se revalorizan ante las presiones de la UE y la OTAN para que los Estados aumenten su gasto en el sector. No obstante, dos de los gigantes gallegos en el ámbito, el grupo de astilleros públicos Navantia, así como la compañía de vehículos especiales Urovesa han dado pasos firmes en los últimos meses en los mercados de la Commonwealth.
En realidad, los astilleros de Ricardo Domínguez ya tienen una amplia trayectoria, ahora renovada, en este mercado, pero Urovesa ha dado un salto significativo. El pasado noviembre, el grupo con sede en Santiago de Compostela y planta en Valga cerró un contrato valorado en 56 millones de euros para suministrar 60 vehículos especiales al Ministerio de Defensa de Nueva Zelanda. En concreto, el encargo se realizará a partir de 2027 y la compañía suministrará 40 Vamtac modelo CK3 y otros 20 de la versión ligera ST5.
Nueva Zelanda alaba a Urovesa
Esta misma semana, en declaraciones a Economía Digital Galicia, el presidente de Urovesa, Justo Sierra, destacó lo significativo de este contrato, dado que suponía su desembarco en Oceanía. “Supuso un hito porque no deja de ser un nuevo continente y un nuevo cliente que pertenece a ámbitos culturales y sociales diferentes, como la Commonwealth, por lo que es un paso importante”, explicó.
Al margen del mercado nacional y europeo, su producto estrella, en Vamtac, ha cosechado un considerable éxito en distintas zonas de Oriente Medio como Omán, además de en el mercado de Asia-Pacífico, con Indonesia, Malasia y Singapur como clientes recurrentes.
En el momento de la firma de contrato, la subsecretaria de Defensa de Nueva Zelanda, Sarah Minson, destacó: “Los vehículos Vamtac ST5 y CK3 son modernos, eficientes y adecuados para su propósito. Cuentan con una trayectoria probada, con más de 20 países de todo el mundo utilizándolos, incluyendo Singapur, además de España y varios otros países de la OTAN”.
Por otro lado, hace tan solo unas semanas, Urovesa envió al país un prototipo del Vamtac solicitado para que pudiese ser probado antes de la construcción de la nueva flota. Minson destacó de nuevo las bondades del fabricante gallego. “La construcción y las pruebas de este prototipo de vehículo representan un hito importante para el equipo del proyecto, que trabaja para entregar 60 nuevos vehículos utilitarios ligeros y medianos Vamtac ST5 como parte del primer tramo del proyecto”, indicó en un comunicado.
“Los vehículos de Urovesa son conocidos por su diseño versátil, eficiente y robusto. La nueva flota Vamtac estará equipada para conducir con seguridad todoterreno en condiciones difíciles, con una gran distancia al suelo gracias a la tracción 4×4 y bloqueos de diferencial entre ejes y ruedas. Este vehículo mediano alcanzará una velocidad máxima de 110 kilómetros por hora”, explicaba el Ministerio de Defensa del país. “La movilidad todoterreno de la nueva flota se verá mejorada aún más gracias al sistema central de inflado de neumáticos del vehículo, que permite al conductor seleccionar y ajustar la presión de los neumáticos desde la cabina”, exponían.
Navantia crece en Australia
En marzo, Navantia, con una filial propia en el país, recuperó la confianza del mercado australiano al anunciar que firmaba un contrato para proporcionar un servicio integral de diseño e ingeniería a todos los barcos que han sido diseñados por la compañía de Ricardo Domínguez para la Marina Australiana.
Se trata en concreto esta flota de dos destructores de la clase Hobart, construidos por transferencia tecnológica, dos portaviones de la clase Canberra, estos construidos en Ferrol, doce lanchas de desembarco que fueron fabricadas en San Fernando y otros dos buques de aprovisionamiento de la clase Supply que también se llevaron a cabo en los astilleros gallegos.
La compañía dependiente de la SEPI indicó que se trataba de un hito significativo para la filial Navantia Australia, que, de esta forma, era reconocida como una empresa estratégica para el Estado, también por el hecho de que generará trabajo para auxiliares locales.
Trabajo con proveedores locales
El Gobierno de Anthony Albanese emitió un comunicado en el que indicaba que “había conseguido más trabajo para australianos en el mantenimiento y sostenimiento de buques de la Armada mediante un contrato de 400 millones de dólares australianos (unos 230 millones de euros) con Navantia Australia«. “Este contrato, de siete años de duración, garantiza unos 200 empleos locales, principalmente en Sidney, Melbourne y Perth, a la vez que subraya el compromiso del Gobierno con el apoyo a las pequeñas y medianas empresas, esenciales para la industria de defensa y la seguridad nacional de Australia”, exponía.
La firma de este contrato se produjo después de dos reveses de la compañía pública en Australia. En 2018, el grupo español perdió la opción de construir nueve buques de la marina australiana y el año pasado quedó fuera de otro macrocontrato para nueve fragatas.
Por otro lado, habrá que ver si, en un futuro, la reciente adquisición por parte de Navantia del astillero británico Harland&Wolff puede influir en una mayor captación de contratos no solo en Reino Unido, sino también en economías de su órbita.
La firma española cerró a principio de año la adquisición de cuatro astilleros de la famosa compañía inglesa. La operación estuvo coordinada con el propio Gobierno del país y con la que el grupo español se aseguró el cumplimiento del macrocontrato de cerca de 2.300 millones de euros al cambio, que había suscrito para la construcción de tres buques de apoyo logístico para la Royal Navy, con lo que blinda su futuro en el territorio.