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Ribera Salud se lanza a por cuatro hospitales en Portugal tras reducir a menos de la mitad las pérdidas en Galicia
El dueño de Povisa y principal grupo sanitario privado de la comunidad obtuvo beneficios en el Polusa de Lugo y en el Juan Cardona de Ferrol en 2023, cuando también rebajó a la mitad las pérdidas del hospital vigués

Elisa Tarazona, consejera delegada de Ribera Salud / Ribera Salud
El dueño de Povisa y principal grupo sanitario privado en Galicia, Ribera Salud, pone sus ojos en Portugal. La consejera delegada, Elisa Tarazona, desveló este jueves los planes de la compañía para optar a la gestión de cuatro hospitales en el país vecino si el Ejecutivo que salga de las elecciones del próximo domingo mantiene los planes del actual primer ministro, Luís Montenegro, de privatizar la gestión de varios centros sanitarios.
Concretamente, el ministro de Presidencia António Leitão Amaro dijo el pasado marzo que los hospitales de Loures, Amadora-Sintra, Vila Franca de Xira, Garcia de Orta (Almada) y Braga iniciarían «un proceso de adjudicación de cinco colaboraciones publico-privadas», al entender que se trataba de un modelo que permite ofrecer «mejores servicios con un menor coste».
Tarazona mostró el interés de Ribera Salud por estas colaboraciones, refiriéndose a cuatro hospitales y vinculándolo al modelo de gestión que está en el nacimiento del propio grupo sanitario, el modelo Alzira: «Es lo que hicimos hace 26 años en Valencia», zanjó la directiva durante su participación en la jornada anual Paco Pons organizada por AVE y APD en Valencia.
De hecho, la entrada de la también dueña de los hospitales Polusa y Juan Cardona entró por primera vez en Portugal en 2023 el hospital de Cascais, el último que continuaba bajo este modelo público-privado después de que otros centros recuperaran la gestión totalmente pública durante el Gobierno de António Costa.
Proyección internacional de Ribera Salud
Ribera Salud cuenta con unos 9.000 trabajadores y gestiona 16 hospitales y otros 74 centros médicos, con los que alcanza un volumen de negocio de 900 millones anuales. En manos de la francesa Vivalto Santé desde 2022, la compañía tiene actividad en siete comunidades españolas y también en Portugal, República Checa y Eslovaquia. «Si todo va bien a finales de año entraremos en otro país europeo», afirmó Tarazona.
En Galicia se convirtió en el principal operador de la sanidad privada en poco tiempo, fruto de la compra a José Silveira de Povisa, el mayor centro privado de la comunidad. Después se haría también con el centro lucense Polusa, el ferrolano Juan Cardona y las clínicas Santo Domingo, profundizando así en el proceso de concentración que vivió el sector desde mediados de la década pasada. Una decena de hospitales gallegos cambió de manos desde 2014.
Con sus adquisiciones en Galicia, Ribera Salud llegó a acaparar el 70% de la actividad concertada, es decir, el 70% de los fondos públicos que la Xunta destina a los centros privados, principalmente por el contrato con Povisa, que este año cambiará de tipología tras una difícil negociación con el Sergas.
Enderezando los números
A Ribera Salud todavía no le va del todo bien en Galicia, aunque sí bastante mejor que cuando aterrizó. La compañía pasó de acumular más de seis millones en pérdidas en la comunidad a rebajarlas a menos de dos millones. Así sucedió en el ejercicio de 2023, el último en el que ha presentado cuentas, merced a la caída en los números rojos de Povisa, que pasó de un resultado negativo de 5,8 millones a uno de 2,4 millones.
Según la memoria de ejercicio del holding Primero Salud, Polusa generó beneficios de 537.000 euros, y el Juan Cardona de Ferrol salió de pérdidas y aportó unas escuetas ganancias de 41.000 euros. Finalmente, las Clínicas Santo Domingo dejaron 24.000 euros de beneficio. Teniendo en cuenta los ajustes de consolidación y la participación en el resultado de socios minoritarios, Ribera Salud pasó de perder en Galicia 5,95 millones en 2022 a 1,63 millones en 2023, menos de la tercera parte.