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Atlas Urbano: Pontevedra, referente y modelo de éxito
La tercera edición del Atlas Urbano de la Sostenibilidad en Galicia sitúa la ciudad del Lérez en quinta posición en la comparativa entre las principales urbes gallegas y sus respectivas áreas de influencia y destaca su modelo de ciudad reconocido a nivel internacional por su urbanismo sostenible, movilidad peatonal y calidad de vida

Puentes sobre el río Lérez en la ciudad de Pontevedra EFE/Salvador Sas
Pontevedra se erige como modelo de ciudad media europea en urbanismo sostenible, movilidad peatonal y calidad de vida urbana, hasta el punto de ser reconocida a nivel internacional por su modelo peatonalizado, que se ha consolidado como “un laboratorio de innovación urbana”. Así se destaca en la tercera edición del Atlas Urbano de la Sostenibilidad de Galicia, proyecto editado por Economía Digital Galicia, que sitúa a la ciudad en quinta posición en la comparativa entre las principales urbes gallegas y sus respectivas áreas de influencia con una puntuación de 40,92 puntos sobre 100, por detrás de Santiago, A Coruña, Vigo y Lugo.
La ciudad consigue una valoración de «excelente» en el indicador relativo a la demografía y población gracias a un patrón de crecimiento moderado pero sostenido que evidencia su capacidad para atraer población joven y cualificada, algo que contrasta con la tendencia al estancamiento o incluso al declive observados en numerosos núcleos urbanos gallegos. A pesar de ello, el Atlas subraya “el acusado envejecimiento de la población y una baja inserción en los flujos migratorios internacionales”.
Respecto a la vivienda, Pontevedra y su área de influencia – Marín, Soutomaior y Poio– cuenta con un mercado sobre el que se ha incrementado la presión precisamente por el éxito del modelo urbano, la atracción de nuevos residentes y la atracción turística. Todo ello se traduce en una mayor tensión de los precios de compra y alquiler, sobre todo en los centros históricos y áreas adyacentes. “ Los precios en Poio y Soutomaior son más altos que en Pontevedra”.
El de sostenibilidad ambiental es el tercero de los indicadores en los que Pontevedra obtiene buena calificación. El Atlas destaca que “el desempeño ambiental del área urbana revela una realidad dual”. Por un lado, se constata una calidad del aire razonablemente aceptable aunque se observan desequilibrios respecto a las emisiones de gases contaminantes y vulnerabilidades frente a eventos climáticos extremos entre la ciudad y su área de influencia.
Innovación y crecimiento económico
Crecimiento económico e innovación y tecnología son las variables en las que Pontevedra obtiene una calificación de «regular». En el primer caso, a pesar de exhibir un perfil económico que está razonablemente equilibrado también “evidencia signos de estancamiento estructural y un margen de mejora considerable”.
La estructura productiva de Pontevedra genera el 3% del PIB gallego y «se basa principalmente en el sector terciario». En cuanto a las tasas de actividad y empleo están por debajo de la media europea y las de desempleo con elevadas, especialmente en Soutomaior, donde alcanzan el 13,09%.
En cuanto a la innovación y tecnología, su ecosistema ofrece un perfil desigual caracterizado por una clara concentración de recursos en la capital provincial, donde se encuentra un notable número de empresas tecnológicas y startups. Además de ello concentra la mayor parte de las empresas del alto rendimiento y crecimiento del área.
Asignaturas pendientes de Pontevedra
Dos son los indicadores en los que Pontevedra y su área de influencia no consiguen aprobar. El primero de ellos es el de movilidad y transporte. A pesar de contar con un modelo de ciudad peatonalizada de éxito y reconocida con numerosos premios internacionales, la conectividad urbana e interurbana presenta desafíos significativos debido a la limitada oferta ferroviaria, la dependencia de la red viaria para las conexiones con Vigo y Santiago, además de la ausencia de un sistema de transporte público metropolitano “robusto y eficiente”.
La misma calificación consigue en la tercera edición del Atlas al indicador que analiza el turismo, con un mercado que muestra un perfil moderado o de baja intensidad pero activo. La ocupación hotelera media se sitúa en los 1,91 días, una cifra inferior a las otras urbes gallegas “lo que sugiere un turismo de paso”.