¡Letal para Ourense!

¿Ustedes dejarían su patrimonio y el futuro de su familia en manos de presuntos corruptos para su gestión?

Gonzalo Pérez Jácome

El alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome

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«Para Ourense sería letal que…». ¿Les suena esta frase lapidaria de hace cuatro años? Pues sí, el autor de la frase acertó de pleno, por si le sirve de consuelo, aunque lo dudo. Me había prometido a mí mismo pasar de puntillas por este periodo electoral en el que ya estamos inmersos, escribiendo y analizando exclusivamente temáticas totalmente ajenas al periplo político de mi ciudad. Y me había hecho únicamente el propósito de acercarme, la tarde-noche del domingo 28 de mayo, por el plató que Telemiño y La Región suelen montar en las elecciones municipales para compartir impresiones, distendidamente, con las personas que habitualmente suelen asistir y a las cuales conozco.

Pero los hechos conocidos lo han cambiado todo. Al igual que han cambiado el ahora imprevisible resultado de las urnas tras una judicializada campaña electoral como no se recuerda en la historia democrática de la ciudad. Todas las encuestas realizadas hasta la fecha por los diversos medios de comunicación, y los sondeos internos de las propias formaciones políticas, han quedado a los pies de la nada.

Cómo va modular el resultado electoral toda la información conocida es aún una incógnita. Aunque, creo, el voto en estas municipales va ser más reflexionado que nunca, lo cual sería un ejemplo de coherencia colectiva. Lo que suceda en la gestión de lo público en los próximos cuatro años en Ourense lo vamos decidir los ourensanos, única y exclusivamente, en pocos días. Y mi primera reflexión es: ¿ustedes dejarían su patrimonio, el futuro de su familia y el suyo propio en manos de presuntos corruptos para su gestión y administración? ¿Lo dejarían?

¿Y dejarían la gestión de lo público a un candidato a alcalde investigado por la Fiscalía,-la cual ya ha abierto diligencias por los presuntos delitos de coacción al funcionariado, suplantación de identidad, falsedad documental,  malversación de caudales públicos, prevaricación, cohecho, tráfico de influencias y financiación ilegal-, y que no suenan nada, pero que nada bien?

¿Cómo hemos llegado a esta esperpéntica situación? ¿Qué ha fallado en el sistema? Siempre es positivo hacer un ejercicio de memoria para analizar cómo se ha llegado a este penoso momento. Toda está historia empieza cuando el plan general del año 2003 fue anulado, entre otras causas, por haber introducido cambios sin una posterior fase de información y exposición pública. Nueve sentencias del TSXG, una tras otra. La última de ellas, el 17 de abril del 2008, fue la mas grave, ya que lo anuló porque el documento expuesto al público no se correspondía con el documento aprobado. Ahí, en ese preciso momento, se tumbo una buena parte del futuro de Ourense. Y ahí también comenzó a generarse el recelo y desconfianza de los ourensanos.

Un caldo de cultivo que se fue alimentando y engordando en las sucesivas legislaturas municipales, con episodios dantescos, grotescos y surrealistas, hasta generar un rechazo, y crear un hastío total y absoluto en una buena parte de la sociedad ourensana. De aquellos barros estos lodos.

Mi conclusión final: los que han creado el problema, directa o indirectamente, no son ahora la solución de nada, de absolutamente nada.

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