Subvencionada, intervenida, dopada

The Economist parece respaldar la estrategia del Gobierno al analizar cuatro variables económicas en 2022: España sale como la cuarta mejor economía entre las 34 estudiadas mientras que Francia ocupa la posición 9, Estados Unidos la 20 y Alemania la 30

Nadia Calviño y Pedro Sánchez escuchan la intervención de Alberto Núñez Feijóo en el Senado / EFE

Nadia Calviño y Pedro Sánchez escuchan la intervención de Alberto Núñez Feijóo en el Senado / EFE

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Es común encontrar en la prensa española artículos o simples opiniones que califican la española como una economía subvencionada, o intervenida, o incluso dopada. Se refieren, obviamente, a los sucesivos programas de ayuda aprobados por el Gobierno español con el fin de compensar los altos costes de alimentos, energía o financieros que han de soportar las clases menos pudientes de la sociedad por mor de las tensiones económicas y geoestratégicas que nos ha traído el año 2022 que ahora termina.

En las críticas, subyacen dos intenciones básicas: la de descalificar el papel del Estado como agente económico encargado de disminuir las desigualdades sociales, por un lado, y la de desgastar la imagen de un Gobierno al que se califica de comunista, marxista, autoritario o, en el mejor de los casos, intervencionista. Cabe preguntarse, ¿son coherentes tales acusaciones? Aquí les dejo, por si es de su interés, el caso de tres países que se tienen por liberales en el terreno económico, ninguno de ellos con gobierno de izquierdas a día de hoy:

Estados Unidos: En 2020, después de que la economía se tambalease por la pandemia mundial de Covid-19, el presidente Donald Trump firmó la Ley de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica contra el Coronavirus que distribuyó más de 2 billones de dólares. El programa incluía cheques ingresados directamente a los ciudadanos. En 2021, su sucesor, el presidente Joe Biden, firmó el Plan de Rescate Estadounidense, que asignaba otros 1,9 billones de dólares en fondos de socorro.

Alemania: Además del fondo de 600 mil millones de euros que el Gobierno alemán movilizó para ayudar a empresas y autónomos a superar la crisis provocada por la Covid-19, en setiembre pasado Berlín anunció un programa de ayudas públicas masivas, dotado con 200.000 millones de euros y financiado por deuda pública, para aliviar los efectos en la población de la crisis energética.

Francia: en la campaña para su reelección, el presidente Macron, confeso liberal, apostó por la planificación económica y el intervencionismo del Estado (sin descartar nacionalizaciones), para resolver “las vulnerabilidades y dependencias del país especialmente en los ámbitos de la energía y las materias primas”.

The Economist parece respaldar la estrategia del Gobierno español. En un estudio publicado hace días sobre el comportamiento de 34 países del mundo durante 2022, analizó la evolución de sus economías a partir de las variables crecimiento del PIB, inflación, cotización bursátil y variación de la deuda pública. Resulta que España sale como la cuarta mejor economía entre las 34 estudiadas mientras que Francia ocupa la posición 9, Estados Unidos la 20 y Alemania la 30. Pero ya saben: la economía española está subvencionada, intervenida, dopada…

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