Cuadros del PP temen un ‘atrincheramiento’ de Casado que agrave la crisis

García Egea llama a los presidentes provinciales para medir sus apoyos y Casado convoca al comité de dirección, formado por sus afines, tras la manifestación ante Génova que pidió su dimisión

Partidarios de Ayuso se manifiestan ante la sede del PP en Génova para pedir la dimisión de Casado / EFE

Partidarios de Ayuso se manifiestan ante la sede del PP en Génova para pedir la dimisión de Casado / EFE

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Partidarios de Isabel Díaz Ayuso colapsaron este domingo las inmediaciones de la sede de Génova para pedir la dimisión de Pablo Casado, al que no le sirvió la voluntad de llegar a un acuerdo con la presidenta madrileña para evitar otra imagen para la historia: el PP se manifiesta contra el PP. El presidente del partido, que lidia con una presión asfixiante, movió ficha y convocó para este lunes a su comité de dirección.

La reunión de la cúpula de los populares es un encuentro entre afines, muy diferente a la junta directiva nacional que exigían los críticos. Se citan los portavoces del partido, el secretario general, los vicesecretarios y poco más. Normalmente tienen como cometido fijar semanalmente la estrategia a seguir hasta nueva orden, establecer las ideas fuerza a nivel de discurso y consensuar algún asunto del momento, por ejemplo, el expediente a Ayuso que Génova cerrará sin más, tras utilizarlo como arma contra la presidenta madrileña. La situación actual, claro está, no es normal en absoluto.

Teodoro García Egea, el secretario de organización en el disparadero, dedicó el fin de semana a llamar a un buen número de presidentes provinciales para pulsar sus fuerzas y conocer su posición en la crisis. Ambos factores, la reunión convocada por Casado y las llamadas de García Egea, han extendido el temor en las filas populares de que el presidente se atrinchere y la guerra se enquiste.

Tres escenarios: Feijóo, Sánchez y Ayuso

Todo indica que la posición que adopte será clave para saber si Alberto Núñez Feijóo y el resto de barones dan un paso hacia delante para forzar la convocatoria de un congreso extraordinario y colocar al presidente gallego al frente del partido. Actualmente, los mensajes que llegan a Génova desde muy diversos sectores, desde el cuadro de afines a Mariano Rajoy a lo que queda de las huestes de Esperanza Aguirre, piden a Casado que se haga a un lado.

Los críticos tratan de convencerlo de que no tiene futuro electoral y de que están corriendo el riesgo de que Pedro Sánchez adelante las generales con un PP derruido, un Podemos reducido a su mínima expresión y Yolanda Díaz con su proyecto por armar. Casado mostrará a partir de mañana si lo han convencido, pero todo hace pensar que no.

El otro riesgo añadido es Isabel Díaz Ayuso. La invitación del presidente del partido, de la persona que la impulsó a la presidencia de la comunidad en tiempos de amistad, para firmar un acuerdo que cerrara de aquella manera la crisis fue rechazado por la dirigente madrileña, que da a entender que está dispuesta a mantener el pulso y doblárselo si hace falta. Ya no se trata lo que tan bien sabe Mariano Rajoy, que no es sencillo controlar el partido enfrentado al PP de Madrid, especialmente si no tienes tampoco demasiado peso en los territorios, sino del daño electoral que genera dilatar sine die la imagen de división interna.

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