El Inega, la baza de la Xunta para entrar en proyectos de energía renovable

El Gobierno gallego debe decidir todavía cómo articulará su participación en los proyectos renovables en alianza con las promotoras y otras empresas y administraciones; el Inega, que ya es socio de eólicas, tiene entre sus funciones participar o crear nuevas empresas

Rueda y Conde participan en una visita al parque eólico experimental de Sotavento

Rueda y Conde participan en una visita al parque eólico experimental de Sotavento. – David Cabezón – Xunta de Galicia

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La Xunta ha decidido volver a participar en proyectos de energía renovable en pleno proceso de descarbonización, un momento de proliferación de solicitudes para este tipo de instalaciones y de aparición de nuevas tecnologías en el mapa gallego como el hidrógeno verde o la eólica marina.

El Gobierno tiene, por ahora, poco más que unos principios básicos para completar el objetivo. Los formuló Alfonso Rueda en su visita al parque eólico experimental Sotavento, situado en Xermade, a finales de marzo. El presidente de la Xunta explicó que crearán una empresa mixta, dando entrada al capital privado y a otras administraciones, para promover el desarrollo de fuentes de energía renovable, y bajo la premisa de que las instalaciones deben generar un beneficio social en el territorio donde se implanten.

Este principio estará previsiblemente recogido en la nueva ley de aprovechamiento de los recursos naturales, que Rueda tenía intención de presentar en sus líneas básicas a Ursula von der Leyen antes de que cancelara su reunión. La nueva normativa está llamada a dar cobertura a la empresa mixta, a definir en qué consiste el beneficio social que deben producir los proyectos, y a la manera en la que el Gobierno gallego participará en ellos.

El papel del Inega

A falta de concretar cómo se instrumentalizará la toma de participaciones ni qué sociedades privadas están dispuestas a aliarse con la Xunta para formar parte de la empresa mixta, el Ejecutivo gallego tiene un as bajo la manga: el Inega. El Instituto Enerxético de Galicia, una agencia pública autónoma pero adscrita a la Consellería de Economía, tiene entre sus funciones «formular propuesta de creación de sociedades mercantiles o fundaciones o participar en ellas», cuando esto contribuya al mejor cumplimiento de los fines para los que fue creada y tengan un objeto acorde a sus objetivos.

El Inega, que está controlado por un consejo rector, ya participa en varias sociedades con porcentajes minoritarios, siendo el más relevante el de Sotavento, donde alcanza el 30,5% del capital. Con participaciones que van del 3% al 4%, está presente en Sistemas Energéticos Mañón Ortigueira, Eox Pax II, Energías Ambientales de Somozas, Energías Especiales de Careón, Parque Eólico de San Andrés y Sistemas Energéticos Chandrexa. También controla el 5% de Biomasa Forestal.

Para el actual ejercicio, el Instituto cuenta con el presupuesto más alto de su historia, tras elevarse un 46% hasta casi 80 millones. La Xunta lo fortaleció para hacer frente a la crisis energética, ya que la agencia que dirige Pablo Fernández Vila se encarga del bono eléctrico, el fomento del autoconsumo en hogares y pymes, o del programa Moves para la adquisición de coches eléctricos y la instalación de puntos de recarga. Además de estas tareas, el Inega funciona como un gran centro de documentación sobre las instalaciones eléctricas, el consumo energético y el resto de aspectos que tengan que ver con este ámbito en Galicia.

Sociedades instrumentales

El Inega tiene capacidad para participar directamente en proyectos renovables o en la nueva sociedad creada por la Xunta para tal fin, que intentará incorporar a socios privados y a otras administraciones. Una vez constituida, la idea es que el Gobierno gallego tome participaciones en sociedades instrumentales que utilicen los grupos para canalizar la inversión en cada proyecto.

«Entraremos solo en los que creamos oportuno hacerlo, en los que veamos que el beneficio y el retorno sería indudable», dijo Rueda, quien también aseguró que le gustaría que entrasen inversores locales a la nueva sociedad mixta. La Xunta está ahora, de hecho, intentando captar el interés de posibles socios.

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