Campaña de última hora para salvar la movilización de la Diada

Torra y Puigdemont se vuelcan en llamamientos a participar en la convocatoria de la ANC para el 11 de septiembre ante el temor de que pinche

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La cifra de inscritos no va todo lo bien que cabría esperar, así que el independentismo se ha volcado en los llamamientos a participar en la concentración que la Assemblea Nacional Catalana (ANC) organiza coincidiendo con la Diada. El último, el del expresidente Carles Puigdemont y el resto de los integrantes del que fue su gobierno, excepción hecha del exconseller Santi Vila, que dimitió horas antes de que el Parlament declarara la independencia y el Gobierno reaccionara aplicando el artículo 155 en Catalluña.

Puigdemont y los exconsellers han emitido un comunicado conjunto en el que recuerdan que la Diada se celebra este año “en unas circunstancias excepcionales”, en referencia a su situación procesal -de los 13 firmantes, cinco están instalados en el extranjero y ocho en prisión provisional-. Por ello insisten en la importancia de que “se repitan todos los éxitos de las diadas anteriores”. En la de este año, dice el comunicado, “reforzamos los valores de la república”, por lo que insisten en reclamar “una gran participación, un espíritu de concordia y transversalidad, y un insobornable compromiso con la no-violencia.

Campaña para remontar

El llamamiento, enmarcado en una campaña de última hora, se suma al que efectuó el martes en el mismo sentido el sucesor de Puigdemont al frente de la Generalitat, Quim Torra, que insistió durante su conferencia en el Teatre Nacional de Cataluña en la importancia de participar en la concentración, y al que Torra y Puigdemont hicieron a dos voces el miércoles desde Bruselas, donde el grupo parlamentario de Junts per Catalunya (JpC) permanece reunido hasta mañana viernes.

La insistencia no es baladí. El gobierno catalán centra su estrategia otoñal en una movilización permanente, que debería culminar en una marcha “por los derechos civiles, sociales y políticos”, en palabras de Torra, a la manera de la que encabezó Martin Luther King en Washington en 1963. Y esa estrategia del president y su ejecutivo de fiar los próximos meses su vanguardia política a la fuerza de la calle tiene en la Diada su primera piedra de toque. Pero las inscripciones para participar en la protesta no avanzan al ritmo esperado.

Objetivo: repetir la remontada de 2017

Las concentraciones promovidas por la ANC el 11 de septiembre siempre han sido multitudinarias, pero las últimas ya no lo han sido tanto como las de los primeros años: 2012, 13 y 14. Y este año, el número de inscritos preocupa. El 20 de agosto, la ANC anunció que se habían apuntado 40.000 personas, 10.000 menos que a las mismas alturas del año pasado, cuando finalmente se alcanzaron los 450.000 inscritos, según la entidad

Claro que eso fue porque hubo remontada los últimos días gracias a la inyección de adrenalina que supuso para el soberanismo la aprobación de las leyes del referéndum y de desconexión del pleno del Parlament del 6 y 7 de septiembre, del que ahora se conmemora el primer aniversario.

La presidenta de la ANC dijo el martes que habían alcanzado los 200.000

La campaña de Torra y Puigdemont para reactivar la convocatoria busca repetir ese efecto remontada, y se ha activado a una semana de la Diada, para la que la presidenta de la Asamblea, Elizenda Paluzie, dijo el martes en una entrevista en el diario Ara que habían alcanzado los 200.000 inscritos.

Por comparar, en 2013, cuando la apuesta fue organizar una cadena humana de 400 km, a finales de julio ya había 250.000, y al final la cifra alcanzó el medio millón. Y en 2014, cuando los concentrados llenaron  11 km de la avenida Diagonal y la Gran Vía de Barcelona, se alcanzaron los 550.000 inscritos, siempre según la organización. Ese año, el gobierno cifró la participación en 520.000 personas, y la Guardia Urbana, dependiente del Ayuntamiento, entonces en manos de CiU, en 1,8 millones.

Solo un tramo lleno

Ya nunca se han vuelto a manejar cifras tan elevadas como esa. El año pasado, tras el subidón del pleno del 6 y el 7 de septiembre y alcanzar aquellos 450.000 inscritos, la ANC y la Guardia Urbana cifraron la participación en un millón de personas, el gobierno, en 350.000, y la entidad contraria a la independencia Sociedad Civil Catalana, en 225.000.

En esta edición, la organización divide la Diagonal en 38 tramos y, este jueves, a cinco días de la cita, solo uno, el de la cabeza de la protesta, reservado a autoridades e invitados, está lleno. De los otros 37, según consta en la propia web de la ANC, seis aún constan con pocos inscritos; 17, con una ocupación media, y los otros 14, con una ocupación alta pero aún lejos de echar el cartel de completos.

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