CiU teme ahora que Trias no pueda retener la alcaldía de Barcelona

Los problemas en la candidatura de ERC y la posibilidad de un frente de izquierdas han encendido las alarmas

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En las últimas semanas las cosas han cambiado. El proceso soberanista no pasa por sus mejores momentos, y, aunque el President Artur Mas ha lanzado ahora una hoja de ruta hasta las elecciones del 27 de septiembre, con un cierto consenso con Esquerra Republicana, eso no calma las aguas.

Esquerra tiene su propia estrategia. Y la joya de la corona, Barcelona, está en peligro. Dirigentes de CiU temen que Xavier Trias no pueda retener la alcaldía.

Las razones son diversas. La primera, que Esquerra se decante por un acuerdo con las fuerzas políticas de izquierda. Pero antes de que eso suceda, lo que se pone también en duda es que las dos candidaturas, la de Trias y la que encabeza Alfred Bosch, puedan sumar la mayoría absoluta, situada en 21 concejales.

La irrupción de la candidatura que lidera Ada Colau, Barcelona en Comú, ha roto todos los pronósticos, porque provocará, con mayor o menor éxito, una pérdida de concejales para todos los partidos, que hará casi imposible los acuerdos a dos bandas. Se necesitará, en todas las combinaciones, un tercer elemento.

El proceso soberanista, herido de muerte si Trias pierde la alcaldía

Pero Barcelona, además, se ha situado como la plaza determinante para el futuro inmediato de la política catalana. Si Trias no retiene la alcaldía, y si ello es responsabilidad directa de Esquerra, el proceso soberanista «quedará ya muy tocado, y difícilmente se podrá seguir el guión establecido de cara a las elecciones autonómicas», asegura un dirigente de Convergència.

CiU quiere jugar la baza del «valor refugio», y presentará a Trias como el único candidato que puede ejercer de alcalde, lejos de la «inestabilidad» que puede provocar Colau, con su propia candidatura, o con un acuerdo con ERC y PSC.

En un sondeo del Instituto de Ciencias Políticas y Sociales, ICPS, aparece Barcelona en Comú, la marca que ha resultado de la confluencia entre ICV-EUiA, Procés Constituent y Podemos, en primera posición. Sin traducirse en concejales, alcanza en intención directa de voto el 20,9%.

Aunque ese porcentaje surge después de sumar la intención directa de voto a Podemos, a Guanyem, el nombre anterior de Barcelona en Comú, y a ICV, porque el sondeo se realizó en diciembre de 2014, antes de la confluencia entre esos distintos partidos.

El desgaste de las siglas de CiU y la «juventud» de Trias

La segunda fuerza es CiU, con un 13,3%, seguida del PSC, con el 9,7%, y de ERC, con el 9,2%. El PP se quedaría con el 1,5%; Ciutadans con el 3,6%, y la CUP, con el 2%.

Pero eso es ahora una posible tendencia del voto. El temor de los dirigentes de CiU se centra en el desgaste de las propias siglas, y de Trias, que deberá batirse con candidatos generacionalmente mucho «más jóvenes», y que quieren trasladar la idea de cambio.

Pero, principalmente, el miedo se sitúa en Esquerra, que mantiene un discurso errático en su campaña en Barcelona. Su candidato, Alfred Bosch, muy centrado en el proceso soberanista, varía su discurso en función de sus interlocutores y no tiene un conocimiento profundo de las cuestiones locales. La pérdida de intensidad del proceso soberanista repercute directamente en Esquerra, que debería ahora reorientar la campaña para centrarse en problemas específicos de la ciudad de Barcelona.

Trias pierde apoyos, pero mantiene la primera posición

Algunas encuestas internas de los partidos sitúan a Trias en primer lugar, pero con una pérdida de votos significativa. De los actuales 14 concejales, podría pasar a 11 o 12. Por detrás, aparecen Barcelona en Comú y PSC, con Jaume Collboni de candidato.

Y Esquerra quedaría en una posición cercana al PP. Mientras los populares de Alberto Fernández podrían perder concejales, de nueve ahora a seis o siete, Esquerra subiría de los actuales dos a seis o siete. También hay que contar con la entrada de Ciutadans, que lidera en el Ayuntamiento Carina Mejías, ex diputada del PP; y la posible aparición de la CUP, que no ha designado candidato.

Esa situación obligará a acuerdos. Y si Esquerra considera que debe prevalecer su apuesta por la autonomía municipal, –orillando el apoyo a Trias– el alcalde de CiU también puede hacer lo propio con un acercamiento con Jaume Collboni, con quien ha aprobado este año los presupuestos.

Convención convergente para rearmarse ante las municipales

Pero lo que se consiga en Barcelona, «y eso será una evidencia», –según los dirigentes de CiU– será determinante para preparar el futuro gobierno de la Generalitat tras las elecciones del 27 de septiembre.

Por eso, las alarmas, ahora sí, se han encendido en las sedes de los dos partidos, de Convergència, y de Unió, que, hasta las municipales, quieren seguir unidos. 

Para comprobar el estado de forma de todos sus candidatos, Convergència reunirá este viernes y sábado en Seva a más de 600 alcaldes, con la participación muy activa, precisamente, de Xavier Trias. 

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