David Rieff: »La Unión Europea ahora es Alemania y punto final»

El analista norteamericano, autor de 'El oprobio del hambre', cree que la construcción europea ha renunciado a sus ambiciones morales y sólo rigen los intereses económicos

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David Rieff (Boston, 1952) se inquieta cuando se percibe en sus palabras algún atisbo de optimismo. No es que desee pasar por todo lo contrario, pero analiza y estudia el escenario internacional y sólo ve una enorme incertidumbre. Rieff considera que la Unión Europea pasa por sus peores momentos, porque «ha abandonado sus ambiciones morales, no ha sido consciente de la geografía, y sólo se rige por intereses económicos».

Rieff ha estado esta semana en Barcelona, donde participó en una conferencia organizada por la entidad Clac, tras publicar hacer unos meses su último libro, El oprobio del hambre (Debate) en el que critica a las organizaciones humanitarias, pero también a los filántropos que creen que podrán acabar con el hambre con las innovaciones tecnológicas.

El analista y pensador ha trabajado como reportero de guerra durante más de 20 años en países como Ruanda, Bosnia, Kosovo, Palestina, Israel o Irak. Autor de Una cama para una noche: el humanitarismo en crisis (Taurus, 2003), o de A punta de pistola: sueños democráticos e intervenciones armadas (Debate, 2007), ha reflexionado sobre la necesidad de olvidar por parte de muchas sociedades, como reflejó en Contra la Memoria (Debate, 2012). También homenajeó a su madre, la escritora Susan Sontag, en Un mar de muerte (Debate, 2008).

Sin capacidad para construir Europa

En una entrevista con Economía Digital, Rieff sostiene que uno de los problemas de Europa «es una falsa idea de su propia geografía, es como si no lo hubiera querido admitir, pero muy cerca se encuentra con la pobreza, con la miseria en la Africa subsahariana, y con el mundo islámico, que vive una enorme crisis interna. Tampoco quiere admitir que el proyecto socialdemócrata, que eso es Europa, depende de la demografía».

Ante todo eso, Rieff considera que ya no se puede hablar de Europa como una construcción de diferentes países. «La Unión Europea ahora es Alemania y punto final», sentencia, tras defender que sólo se persiguen intereses económicos, y que el resto de estados no tienen capacidad para compensar el papel de los alemanes.

Una de las cuestiones que preocupan a Rieff es la capacidad real de las sociedades para cambiar las realidades socio-económicas. Y se refiere, cuando se le pregunta por las posibles reacciones, al caso de Grecia. Si después de convocar un referéndum, que ganó el gobierno griego sobre las medidas que se debían tomar para reorientar la economía, las autoridades europeas acabaron imponiendo un plan todavía más drástico, «se podría pensar que la democracia no sirve para nada».

La crisis interna del Islam

Su idea es que alguien debe pensar cómo puede Europa superar esos problemas, que él centra en el propio sistema productivo, que no genera puestos de trabajo, en cómo asegura el futuro de los trabajadores, y en la inmigración, en un entorno cada vez más desigual.

Pero Rieff es atrevido y no tiene ningún reparo en incidir en la guerra interna que sufre el Islam, atizada por dos países que se juegan la hegemonía geoestratégica en la región, Irán y Arabía Saudita, entre el chiismo y el sunismo. Y considera que «la crisis de seguridad es un producto directo de la crisis del Islam».

La aseveración implica que la inmigración tendría otras connotaciones sin ese componente religioso, aunque Rieff, preguntado sobre si eso acaba sirviendo como excusa para que Europa haga prácticamente nada en relación a la crisis de los refugiados, acepta que, efectivamente, las autoridades europeas han sido incapaces de responder. Y recuerda que sólo Alemania lo ha hecho, con consecuencias electorales para la canciller Angela Merkel.

¿Mejor con un estado más pequeño, como Cataluña?

Rieff conoce bien lo que ocurre en España y en el conjunto de la Unión Europea. Es profesor del Instituto de Estudios Políticos de París (Sciences Po) –estudió en el Liceo francés de Nueva York—y valora lo que ocurre en Cataluña en relación al movimiento independentista. «Existe una ilusión y es que con un estado más pequeño, en el caso de Cataluña, se podría funcionar mejor, pero no estoy nada seguro de ello, además de considerar que sería muy complicado que en el seno de la UE se reconociera», asegura.

Cuando se le cita otros casos, cree que Escocia se encuentra en una situación similar, y que tendría «enormes problemas de todo tipo si fuera independiente». En el caso de Bélgica, sin embargo, «se trata ya de una realidad múltiple, porque Bélgica como país prácticamente ya no funciona como tal».

Pero todo eso dependerá de cómo afronte su futuro la Unión Europea. Rieff insiste en que «ahora está resultando un fracaso, con un camino muy diferente al que proyectaron los padres fundadores, con Robert Schuman a la cabeza».

Indonesia, el próximo conflicto

Y llega la visión de futuro sobre su propio país, Estados Unidos. ¿Qué pasa con una victoria de Donald Trump? «No veo esa victoria, no la veo, aunque Hillary Clinton no sea la gran panacea, y que mantendrá una política exterior muy cuestionable. Creo que los votantes de Sanders decidirán por ella».

¿Guerras a la vista? «Nadie presta mucha atención a lo que ocurre en Indonesia, pero será el próximo punto de conflicto, marcado, de nuevo, por la división del Islam, aunque pueda parecer que no influye». Rieff insiste en que los conflictos bélicos persistirán, y que Indonesia, con 250 millones de habitantes, el país musulmán mayor del mundo, puede ser el primero en iniciar una época todavía más complicada.

Por ello, casi no se le ha escapado ningún brote optimista, pero no renuncia a serlo. Eso sí, siempre que «los responsables políticos sean capaces de tomarse las cosas en serio y decidan pensar». En ese caso, se abrirán las puertas de una sonrisa.      

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