El enigma del 28-A: arrecian las dudas en la juventud y el centro

Los jóvenes, las personas que se definen dentro del centro político y las mujeres son los votantes más indecisos a dos semanas del 28-A

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Esta semana, en el podcast ‘La plaza‘ de Economía Digital, los tertulianos abordaron el enigma de las elecciones generales del 28-A a través de la cifra de indecisos recogida en el último estudio del CIS, superior al 40%. Una de las posibilidades comentadas es que, en el amplio grupo de votantes con dudas, se acabará practicando la «identificación negativa», en palabras de Miquel Porta Perales: «No voto a quien prefiero sino a quien va a castigar a quien no quiero que sea elegido».

Hay muchas lecturas posibles al analizar los datos de indecisos transmitidos esta semana desde «la cocina» de José Félix Tezanos. La juventud, por ejemplo, siempre ha sido un grupo demográfico vinculado a la incertidumbre ante los comicios, pero si se comparan los datos con las elecciones de 2015 y 2008, se puede concluir que nunca antes hubo tantos votantes entre 18 y 24 años indecisos: un 57%, frente a un 53% en 2015 y un 36% en 2008.

De hecho, la correlación entre dudas y edad es irrefutable: conforme se incrementan los años de vida se acusa más determinación a la hora de votar. Este último CIS apunta a una indecisión del 49% entre los electores de 25 a 34 años, que va bajando paulatinamente en los demás grupos: un 45% en los de 35-44 años, un 42% en los de 45-49 años, un 39% en los de 55-64 años y un 34% en los mayores de 64 años.

Algo importante a destacar sobre los votantes por edad es que, en 2016, un 28% de los jóvenes reconocieron que no votaron en las elecciones, por lo que convencer a este grupo es una de las tareas más importantes y difíciles que enfrentan los partidos este 28-A, según datos recogidos por El País.

Hacia el 28-A: la incertidumbre en el centro

El espacio político del centro sufre el paradigma de la diversidad de opciones. De la misma forma que internet, por ejemplo, multiplica la cantidad de información a la que las personas tienen acceso, esta oferta informativa puede acabar siendo un dolor de cabeza para los internautas, que pueden terminar refugiándose en burbujas informativas para encontrar un poco de claridad ante un mar de datos que muchas veces parecen contradecirse o no tener sentido.

Al votante de centro le pasa parecido. Es una secuela del fin del bipartidismo: era más fácil elegir cuando solo había dos opciones sobre la mesa. Ahora, con al menos cinco partidos compitiendo por el protagonismo, estos electores recurren a una indecisión que muchas veces se extiende hasta el momento justo de enfrentarse a las urnas. El 51% de los votantes que se consideran de centro no saben aún a quién votar.

En cambio, los españoles que se definen de izquierdas o de derechas no tienen el mismo problema, pues su indecisión no alcanza el 30%. El 21% de los de derecha aún no se decide, por un 27% de los de izquierda. El problema con los votantes de centro es que, como apuntan los expertos, en este grupo se suelen concentrar muchos abstencionistas. Otra novedad interesante es que los indecisos de la derecha ahora son más: pasaron de ser un 9% en 2015 a un 21% en 2019.

Otras lecturas de la indecisión recogida por el CIS son una mayor presencia de dudas entre las mujeres (un 45% por un 38% de los hombres), un aumento de la incertidumbre entre gente con estudios (el 42% de los españoles con estudios universitarios no saben a quién votar) y un dilema entre los ex votantes de Ciudadanos, PP y Podemos, mayor que el de los del PSOE.

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