El Gobierno, ante los CDR: silencios, amagos y desmentidos

El ejecutivo de Sánchez tardó 48 horas en reaccionar a la crisis de las autopistas catalanas y lleva dos días lanzando mensajes contradictorios

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Los últimos desórdenes de los llamados Comités de Defensa de la República, en forma de bloqueo primero y levantamiento de barreras después en la AP-7 y la A-2 el pasado fin de semana, ha pillado al gobierno de Pedro Sánchez a contrapié, si atendemos a los bandazos que ha ido dando el ejecutivo. 

El Gobierno guardó primero silencio. Un largo silencio. Tanto el sábado, cuando los activistas independentistas cortaron la autopista, como el domingo, cuando levantaron las barreras. Pero el mutismo ha sido sustituido por una sucesión de mensajes contradictorios que indican que lo que reina en el seno del Gobierno ante el último desafío del independentismo es una desorientación considerable.

Amagos y cartas

Abrió el baile la vicepresidenta Carmen Calvo, que el lunes calificó de «intolerables» las acciones de los CDR durante el fin de semana y reprochó a Quim Torra y a su gobierno la inhibición de los mossos d’esquadra. Calvo anunció medidas, pero no concretó ninguna. Y dio por prácticamente descartado volver a aplicar el 155, como exigen PP y Cs.

Esa misma mañana, la portavoz del Comité Electoral del PSOE, Esther Peña, sí amagaba en cambio con la posibilidad de una eventual nueva intervención de la Generalitat a través del artículo 155, mientras anunciaba también que en breve se aplicarían medidas «valientes».

Esas medidas se concretaron horas después en forma de una reclamación de explicaciones y una advertencia a la Generalitat. La primera, por la «dejación de funciones» de los mossos, y la segunda, de cara a la celebración del consejo de ministros.

Todo, por escrito y por partida triple, en forma de cartas firmadas por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; el de Fomento, José Luis Ábalos, y la vicepresidenta, Carmen Calvo, y enviadas respectivamente al conseller de Interior, Miquel Buch; el de Territorio y Sostenibilidad, Damià Calvet, y el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès

Aviso de Grande-Marlaska a Buch

Calvo pidió a Aragonès aclaraciones sobre la actuación de los mossos y adviertió de que el Gobierno evaluará «los posibles incumplimientos del ordenamiento jurídico que se hayan producido», y Grande-Marlaska instó a Buch a «dar las instrucciones necesarias» para que los mossos actúen cuando vuelvan a producirse «graves alteraciones de orden público» y le adviertió de que, en caso contrario, ordenará «la intervención de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, cuando proceda y en términos de proporcionalidad y necesidad».

Sin embargo, Marlaska ha evitado hasta el momento es instar a Torra a convocar la Junta de Seguridad de Cataluña, el organismo mixto de coordinación entre el departamento y el ministerio del Interior.

Ábalos, desautorizado

Claro que ese mensaje no casa con el globo sonda lanzado este martes por Ábalos. El ministro de Fomento y secretario de Organización del PSOE abrió la puerta a la posibilidad de no celebrar la reunión del gobierno en Barcelona, aunque a título personal, dijo, y la Moncloa se ha apresuró a desautorizarle y descartar esa opción.

Con todos esos desajustes en la coordinación de las distintas voces que hablan por el PSOE y el Gobierno, quien todavía no ha abierto la boca sobre el asunto es el presidente del Gobierno. La previsión es que lo haga mañana, miércoles, en el debate monográfico que se celebra en el Congreso sobre la situación en Cataluña.

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