Sánchez aprovecha la grieta interna del PP para presionar a Iglesias

El PSOE amenaza con la repetición de comicios, aprovechando las dudas del PP y la debilidad de Iglesias, antes de la ronda de contactos para la investidura

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El presidente del gobierno en funciones, Pedro Sánchez, está dejándose querer de cara a las reuniones que mantendrá este martes con Podemos, Ciudadanos y el PP para hablar sobre posibles acuerdos para su investidura.

El inesperado discurso de algunos miembros del PP reflexionando sobre si sería oportuno abstenerse en la sesión de investidura para impedir que Sánchez pacte con Unidas-Podemos y los partidos independentistas, presiona a estos últimos para que rebajen sus exigencias en la ronda de contactos, ante la posibilidad de que el PSOE busque otros aliados.

Además de la fractura en el PP, que ha provocado que el secretario general del PP, Teodoro García Egea, haya desautorizado a la candidata a presidir la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y haya insistido que el PP solo jugará la carta de bloquear la investidura de Sánchez, los socialistas se están acercando en Cs en algunas localidades durante las negociaciones para alcanzar acuerdos a nivel municipal y autonómico.

Esta presión se suma al mal resultado de Unidas-Podemos el pasado 26-M, que ya forzó a la formación morada a reconocer que su capacidad de negociación había menguado y a una reorganización del partido.

El ministerio social de Unidas-Podemos

Pablo Iglesias, líder de Unidas-Podemos, ha puesto sobre la mesa en los últimos días algunos de los puntos clave que quiere negociar este martes con Sánchez: entrada en el gobierno con el peso de una cartera social, echar por tierra la reforma laboral, aplicar un paquete social (subida del SMI hasta los 1.200 euros o una renta mínima de 600 euros), incrementar del IRPF a partir de una renta de 100.000 euros y un recargo de 10 puntos en el impuesto de sociedades para la banca.

Su otra medida impositiva, la aplicación de una tasa de transacciones financieras, ya forma parte de la propuesta del PSOE, que ya trató de impulsarla en los últimos compases de la anterior legislatura. 

Los socialistas, por su parte, prefieren dar una de cal y otra de arena a Pablo Iglesias. Mientras que José Luis Ábalos cerró la puerta este lunes a la entrada de Podemos en el gobierno, y ha recordado que paralizar la investidura significaría repetir las elecciones, la ministra de Trabajo en funciones, Magdalena Valerio, ha dejado la puerta abierta a revisar la última reforma laboral.

Aunque el gobierno socialista ha cambiado a lo largo de los últimos meses su discurso sobre si mantener o no los cambios introducidos por el PP durante la crisis, en el mercado laboral, Valerio ha apostado este lunes por derogar los aspectos más lesivos de la Ley del PP.

«No quiero adelantar acontecimientos, ha añadido, pero lo cierto es que en el programa electoral del PSOE y en las pretensiones de este Gobierno, ahora en funciones, ha estado el diálogo con los grupos políticos para retocar los aspectos más lesivos de la reforma laboral», apuntó la ministra en declaraciones recogidas por EFE.

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