Ciudadanos desaparece de Madrid tras el harakiri de Murcia

El partido naranja con Edmundo Bal como candidato no consigue ningún escaño y sale de la Asamblea de Madrid, donde entró en 2015

La líder de Cs, Inés Arrimadas, y el portavoz adjunto, Edmundo Bal, durante un pleno del Congreso, el 29 de septiembre de 2020 | EFE/FV/Archivo

La líder de Cs, Inés Arrimadas, y el candidato a las elecciones madrileñas, Edmundo Bal. EFE

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Ciudadanos desaparece de la Asamblea de Madrid y se dirige a un futuro incierto. El candidato de la formación naranja, Edmundo Bal, no ha logrado ningún escaño.

Las elecciones de Madrid han sido la puntilla, pero el declive empezó con las elecciones generales de noviembre de 2019, cuando su mal resultado le dejó con apenas 6 diputados de los 56 escaños que ya tenía.

El desplome en las urnas llevó a su presidente y fundador, Albert Rivera, no solo a dimitir y dejar el escaño, también a abandonar la política. Y lo hacía tras liderar el partido durante 13 años.

El partido naranja nació y creció en Cataluña, región en la que ganó las históricas elecciones de diciembre de 2017, tras la declaración unilateral de independencia. El partido naranja, con Inés Arrimada como candidata, ganó en votos y en escaños, convirtiéndose en el primer partido no nacionalista en conseguirlo.

Sin embargo, la formación naranja no podía gobernar porque el bloque independentista sumaba los diputados necesarios para obtener por mayoría. La situación fue muy distinta a la que tuvieron en las últimas elecciones catalanas, las celebradas el pasado mes de febrero. En estas últimas, la formación perdió 30 escaños y se vio sobrepasada por Vox.

El harakiri de Murcia

El harakiri (un ritual de suicidio japonés) de Cs en Madrid, llega después de unas elecciones anticipadas que tuvo que convocar la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, el pasado 11 de marzo con el propósito de evitar una hipotética moción de censura.

La misma que hicieron Ciudadanos y el PSOE en Murcia para echar al PP solo un día antes, aunque no les salió como esperaban pues finalmente tres diputados tránsfugas de Cs frenaron y la Asamblea de Murcia tumbó la moción.

El partido que lidera Pablo Casado gobierna de manera conjunta con Cs en Murcia, Madrid, Andalucía y Castilla y León. Con el fin de evitar el efecto dominó y que Ciudadanos hiciera lo mismo en todas las regiones, el PP daba un paso al frente.

“Si no tomo esta decisión es porque Ciudadanos y el PSOE hubieran presentado una moción de censura, algo que ya habían hablado en reiteradas ocasiones», explicó Ayuso en una comparecencia.

PSOE y Más Madrid habían presentado sus propias mociones en la Asamblea de Madrid, pero el partido naranja siempre ha negado que lo fuera a hacer. Sea como fuere, lo cierto es que desde ese momento PP y Cs se distanciaron, y en el partido naranja (liderado por Inés Arrimadas desde marzo de 2020) se abrió una crisis interna sin precedentes que ya arrastraba los pésimos resultados de Cataluña y la moción fallida de Murcia.

El líder de Ciudadanos en Valencia, Toni Cantó, fue el primero en abandonar la Ejecutiva del partido naranja. Un día después dos diputados en la Asamblea de Madrid, Sergio Brabezo y Marta Marbán (que además fue que fue la primera concejala de Ciudadanos en la Comunidad de Madrid hace diez años) decidieron dimitir y abandonar el partido.

Los parlamentarios denunciaron presiones para firmar una moción de censura contra Ayuso en sus cuentas de Twitter, aunque el partido negó estas acusaciones. Dos días después hacía lo propio otro diputado del partido en Madrid, Enrique Martínez Cantero.

En medio de esta tormenta, Ciudadanos decidió prescindir de Ignacio Aguado, que era el líder regional y gobernaba junto a Ayuso como vicepresidente, y eligió como candidato a presidir la Comunidad de Madrid a Edmundo Bal.

El objetivo ha sido intentar sobrevivir como formación política y no desaparecer de la Asamblea de Madrid, donde entraron por primera vez en las elecciones municipales de 2011. También ese año, UPyD obtenía ocho diputados y entraba por primera vez en el Parlamento regional, pero esta formación, que además era su predecesora como partido de centro, terminó por extinguirse el pasado diciembre de 2020, un futuro que muchos vaticinan ahora para Ciudadanos.

En las últimas elecciones madrileñas, Ignacio Aguado consiguió 26 escaños, un 19,42% de los votos, y terminó firmando un acuerdo de Gobierno en la Comunidad de Madrid para cuatro años con Isabel Díaz Ayudo. La gestión de la pandemia separó a los populares de Ciudadanos, aunque los dos políticos mostraron sus desacuerdos desde el inicio.

En los comicios anteriores, los de 2015, Cs consiguió 17 diputados; en los de 2011, la primera vez que conseguía algo de representación, obtuvo un 0,16%. Edmundo Bal cierra este martes un importante capítulo en la historia de Ciudadanos, que queda sin ninguna representación en la Asamblea madrileña pese a obtener el 3,4% de los votos y pierde sus 26 escaños.

Ciudadanos, «el antídoto de los extremos «

El candidato de Ciudadanos, ha expresado que es «un mal resultado» paro sabía que se enfrentaba «a una situación difícil» pues tenía que convencer a mucha gente de que España debía seguir apostando «por la concordia, la unión y la convivencia».

Bal ha asegurado que en Cs seguirán trabajando porque saben que «lo correcto es ser antídoto de los extremos, de la crispación y polarización». El partido se emplaza para dentro de un año y medio para estar otra vez en el gobierno de Madrid.

El mismo ha felicitado a Isabel Díaz Ayuso, porque ha obtenido «un resultado espectacular» en estas elecciones autonómicas del 4 de mayo de 2021.

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