Crecen las voces de Junts a favor de volver a la mesa de diálogo para salvar el Govern

Cada vez más dirigentes del partido de Puigdemont creen que se equivocaron al borrarse de la reunión porque no quieren poner en peligro su presencia en el Govern

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, junto a su vicepresidente, Jordi Puigneró (i), durante la reunión semanal del gobierno catalán. Foto: EFE/Quique García

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Junts per Catalunya está en una situación complicada. Después de que el partido se autoexcluyera de la mesa de diálogo, pese a acusaciones de un supuesto «veto» de Moncloa que ERC ha desmentido, hay quien desde la formación de Carles Puigdemont plantea la necesidad de sentarse en este órgano. Por lealtad, a ERC y al pacto de gobierno.

Una formación que forma parte del Govern, que firmó un pacto de legislatura donde asumía la mesa de diálogo con el Gobierno que proponía ERC, y del que se desmarcó en 48 horas. «Hay gente que más que querer estar en la mesa, lo que quiere es evitar la ruptura del Govern», han explicado fuentes conocedores a Economía Digital.

Desde el partido asumen para mantener la estabilidad del gobierno catalán del que forman parte hay que «comerse» la mesa de diálogo: «Por muy irreal que sea todo, es un tema que guiará la legislatura, o al menos al inicio. Es muy diferente estar dentro o estar excluido«.

«ERC tiene un objetivo, ganar elecciones»

El partido deberá abordar en profundidad la situación actual en la que se encuentra inmerso en el Consell Nacional del próximo sábado. El órgano de gobierno de la formación, que representa a los cuadros y a los militantes, deberá debatir sobre la situación actual, donde Junts ha quedado al margen de la fotografía entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès.

La desorientación planea sobre el espacio posconvergente. Hay quien desde Junts critica la falta de una ‘hoja de ruta’ que marque cuáles son los propósitos de la formación. «ERC tiene un objetivo, ganar elecciones, y eso ya te encamina en cómo actuar. Nosotros estamos pensando en 2025 sin tener en cuenta que por el medio hay 48 meses«.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en el Palau de la Generalitat antes de reunirse para la mesa de diálogo | Jordi Bedmar

El plante de Junts a la mesa ha supuesto la primera gran crisis de la legislatura. Pese a que los posconvergentes llevaban meses torpedeando este órgano de Gobierno, aseguraron su presencia si Pedro Sánchez se comprometía a formar parte. Finalmente, tras proponer a los indultados Jordi Turull y Jordi Sànchez, Aragonès les vetó y ellos respondieron dejando sillas vacías.

El «reinicio» de las conversaciones

Y con Junts fuera, la mesa escenificó el «reinicio» de unas conversaciones que parten de posturas «muy alejadas», aunque con voluntad de encontrarse periódicamente. ERC y el PSOE escenificaron el inicio de este órgano defendido por ambos, sin injerencias, ni maniobras del partido vacante para torpedear la reunión.

Aragonès volvió a trasladar su propuesta de autodeterminación y amnistía, mientras Sánchez volvió a ceñirse a su Agenda para el Reencuentro, basada en una lluvia de millones y competencias. El presidente del Gobierno, eso sí, pidió que no se tenga en cuenta el tiempo, sino el resultado: «No me pongan plazos».

Aunque Aragonès también intenta salvar un pacto de Govern que nació débil desde la investidura. Este jueves se ha reunido con Jordi Puigneró para trasladarle lo abordado en la mesa de diálogo. Una reunión donde el republicano le ha trasladado a su número dos en el Consell Executiu su malestar por la crisis, y donde se ha intentando blindar al Ejecutivo.

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