La excarcelación de los presos del 1-O alivia a los funcionarios de Lledoners

Los trabajadores de la prisión barcelonesa denuncian “presiones” para dar un “trato preferente” a Junqueras, Romeva, Forn, Rull, Turull, Sànchez y Cuixart

De izquierda a derecha: Jordi Sànchez, Oriol Junqueras, Jordi Turull, Joaquim Forn, Jordi Cuixart, Josep Rull y Raül Romeva, en la cárcel de Lledoners. Foto: Òmnium

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El indulto a los condenados del procés ha sido celebrado por el Govern, los partidos y plataformas independentistas… y también por los funcionarios de Lledoners. Los trabajadores de la cárcel barcelonesa se sienten “aliviados” tras la salida de los líderes del 1-O. Concluyen tres años muy difíciles para ellos. 

Desde el principio sabíamos que íbamos a tener problemas”. Así relata a Economía Digital un funcionario de la prisión de Lledoners lo que han vivido él y algunos de sus compañeros desde julio de 2018, cuando Junqueras y otros condenados por el 1-O ingresaron en la citada prisión. 

Ya entonces, afirma la misma fuente, se llevó a cabo una reorganización de la plantilla, para situar en el módulo de los presos independentistas a “personas afines”. El objetivo era claro: “Querían que los trataran personas próximas a su causa”. 

Querían que los trataran personas próximas a su causa

La imposición fue asumida por unos y contestada por otros. La dirección de la cárcel empleó entonces la apertura de expediente disciplinario como arma arrojadiza contra todo aquel que protestara por las instrucciones que se daban a favor de los políticos presos. 

Ya en 2018, el jefe de seguridad de la prisión tuvo “problemas” por denunciar la celebración de cumpleaños de Jordi Sànchez, sin ningún tipo de restricción para los internos. Un año después, se le abrió expediente por rechazar la orden de poner protección especial a Jordi Cuixart. Una orden que, en su opinión, se dio sin razones objetivas. 

Obligados a “blindar los privilegios” 

«Al final, el problema era que Junqueras, Cuixart, y los demás tenían una serie de privilegios que comprometían a los funcionarios”. Por un lado, añaden, “había presiones para darles ese trato preferente” y, por el otro, “algunos temían una rebelión de los otros presos”. 

Como ejemplo, las fuentes consultadas destacan las “constantes reuniones políticas” realizadas en la sala de vis a vis de Lledoners. La estancia, afirman, se llegó a convertir en el “despacho oficial” de Junqueras y Jordi Sànchez. 

Por allí, añaden desde Lledoners, “pasaron todos los políticos imaginables”. Desde Pablo Iglesias a Pere Aragonès, pasando por Quim Torra, Roger Torrent… y hasta líderes sindicales como Pepe Álvarez. 

Ese uso exclusivo de la sala “perjudicó a otros presos” y puso a los funcionarios en una situación complicada. No obstante, reconocen desde la prisión, “ningún interno dijo nada, ya que la mayoría los apoyaba”. Lo mismo pasaba con los permisos penitenciarios: “La Junta de Tratamiento priorizaba sus peticiones, pero nadie protestaba”. 

Después de tres años, los presos del procés han salido de la cárcel y los funcionarios de Lledoners respiran tranquilos: “En el fondo, estábamos más preocupados de las órdenes que nos daban y de la reacción del resto de la población penitenciaria ante esos privilegios”. 

En el fondo, estábamos más preocupados de las órdenes que nos daban y de la reacción del resto de la población penitenciaria ante esos privilegios

La vida en la prisión será, a partir de ahora, “más tranquila”, aunque lo cierto es que “todo el mundo llegó a asumir que esta gente merecía un trato especial y se llegó a normalizar en el día a día”. 

Jesús Ortega Echevarría

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