El PP de Cataluña, inmóvil ante la crisis de Ciudadanos

Críticos del PPC cargan contra la parálisis a la hora de comerse al partido naranja en Cataluña, en su momento de debilidad más extrema

El líder del PP catalán, Alejandro Fernández, en un acto del partido durante la campaña electoral del 14-F

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Ciudadanos está en proceso de implosión, aunque desde el PP catalán parezcan no darse cuenta. Los populares de Cataluña viven en un segundo plano la crisis política que atraviesa la formación naranja, con bajas masivas tras los criticados movimientos de Inés Arrimadas y traspasos de cuadros y militancia a la formación de Pablo Casado.

Al PPC parece que la crisis política que vive la formación naranja le pilla lejos, y más tras los paupérrimos resultados electorales, donde el PSC y Vox se comieron la bolsa de votos naranja. «Si el listón baja pero tú no haces nada, por muy bajo que esté algo tienes que hacer, no van venir todos a ti», explican fuentes críticas dentro de la formación en Cataluña.

Estos críticos con la dirección actual dudan que la línea tomada por Alejandro Fernández ayude: «Con el liderazgo este que tenemos… No sé yo». Aspiran a la unidad del centro-derecha también en Cataluña, aunque asumen que su posición es compleja, y más tras el paupérrimo resultado que les dejó con 3 diputados y casi fuera del Parlament.

«Va de su casa al Parlament, y del Parlament a casa»

Otras fuentes internas atribuyen la parálisis política dentro del PPC a la «bunkerización» de su líder regional. «Alejandro Fernández no se relaciona con las bases, con las juntas locales, él se relaciona con su grupo de amiguetes que dirigen el partido», lamentan críticos.

«Va de su casa al Parlament, y del Parlament a su casa. Han habido carpas estos días donde ni estaba ni se le esperaba, quien sí que ha venido ha sido la diputada Lorena Roldán«. Creen que el partido está congelado incluso para acercarse a los afiliados naranjas: «Hay parálisis a la hora de acercarse, de venderse, de abriles la puerta».

Tal y como publicó Economía Digital, el PPC vive uno de sus momentos más turbios, al sufrir un goteo de bajas continuas y cuadros del partido enfadados con Alejandro Fernández por su gestión interna. En esto han vuelto a insistir algunas fuentes consultadas, que incluso se preguntan que «si tan bueno era», por qué no sacó representación por Tarragona, su provincia.

También hay quien matiza las críticas. Pese a reconocer que la ejecutiva autonómica «no ha respirado» desde el 14-F, señalan también que Génova «va perdida respecto a lo que se tiene que hacer tras las elecciones catalanas», y que el tema de la renovación ha quedado paralizado por Murcia y Madrid. Además, lamentan las posiciones que consideran destructivas de algunos críticos tras el batacazo: «Esto les va como anillo al dedo para seguir sin hacer nada».

Pese a la parálisis, de momento el PPC tiene que renovar algunos de sus órganos. El Comité Ejecutivo autonómico debe convocar el congreso del partido en la provincia de Barcelona. También se vislumbra la renovación en NNGG Catalunya, donde se planteará quién relevará a Irene Pardo del cargo.

PSC y Vox, los grandes beneficiados del fin de Cs

Aunque las elecciones catalanas se produjeron antes del estallido de Murcia y Madrid, Ciudadanos ya llevaba tiempo en caída libre. La formación naranja redujo al mínimo su territorio más fuerte: Cataluña. Los naranjas pasaron de liderar la oposición con 36 diputados, a quedar penúltimos –solo por encima del PP– con seis representantes.

Los principales benefactores de esos votantes, que en la contienda de 2017 escogieron la papeleta de Inés Arrimadas, han sido otros partidos. El PSC se ha llevado la mayor parte del pastel, al convertirse en la formación más votada de Cataluña con 33 diputados. La candidatura de Salvador Illa liderará con toda probabilidad la oposición en el Parlament.

Pero Illa no ha sido el único que ha absorbido voto naranja. Vox también ha sido capaz de canalizar votos de Cs descontentos desde el flanco derecho. El partido dirigido por Ignacio Garriga entró por primera vez al Parlament, al conseguir un total de 11 diputados y convertirse en cuarta fuerza parlamentaria.

El PP intentó infructuosamente pescar en río revuelto. Tras ser defenestrada por Ciudadanos como candidata, Lorena Roldán decidió abandonar el partido naranja para saltar a la lista de Alejandro Fernández, de la que ha sido electa diputada. El objetivo de desmoralizar y absorber a los naranjas no les salió bien, y lejos de conseguirlo perdieron un parlamentario.

Sergi Ill

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