Sánchez reconoce el fracaso de Radar Covid cuatro meses después de su estreno

El presidente del Gobierno reconoce que "no son suficientes" las 5,5 millones de descargas que ha registrado la aplicación

Pedro Sánchez hace balance del año tras la última reunión del Consejo de Ministros de 2020.

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El coronavirus ha llevado al Estado a desplegar todos los mecanismos a su alcance para detener la propagación de la crisis epidemiológica. La app de rastreo Radar Covid, al igual que ha sucedido en gran parte de países de dentro y fuera de Europa, ha sido una herramienta más, pero su resultado no ha sido el deseado.

Era un secreto a voces, pero ahora el mismo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien no se ha cansado de recordar a los ciudadanos la necesidad de descargar la app, ha sido el encargado de reconocer que el balance no es positivo cuatro meses después.

Durante la evaluación de la gestión del Gobierno en este 2020, el jefe del Ejecutivo mencionó el estado del proyecto, cuya implantación ha corrido a cargo de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial (SEDIA), dirigida por Carme Artigas.

Los más de 5,5 millones de descargas de la app «no son suficientes», según las propias palabras de Sánchez, que contrastaron con el resto de su extenso discurso, en el que repasó con un tono triunfalista sus compromisos cumplidos al cierre del año.

El volumen de descargas ahora mismo representa poco más de la mitad de usuarios deseados y necesarios para que la app cumpla con sus expectativas (un 20% de usuarios en España). 

Para poder trazar y seguir los focos de contagios y realizar rastreos de manera eficaz se necesitan, al menos, 9 millones de usuarios, que se traducirían en una reducción del contagio del 30%, según aseguraron desde distintas administraciones.

Pocas descargas y poco uso  

Una cosa es descargar la aplicación y otra es utilizarla. Este segundo aspecto también ha sido un punto débil de Radar Covid si se analizan algunos datos, como que se han notificado poco más que 25.000 positivos de coronavirus por este canal.

La cifra se diluye si se compara entre el total de contagiados diagnosticados durante toda la pandemia o únicamente con los casos acumulados en las últimas semanas. Solo durante las últimas 24 horas se han diagnosticado 7.848 nuevos casos en España.

Imagen de Radar Covid en un teléfono
La aplicación Radar Covid en un smartphone. Fuente: EFE

Otro motivo que explica el poco uso de Radar Covid ha sido la difícil transición desde el primer anuncio de la llegada de la app hasta la implantación definitiva en todo el territorio, con las correspondientes adopciones del sistema en las 17 comunidades autónomas, que no se han caracterizado precisamente por su celeridad.

Y es que desde la fase piloto en la isla de La Gomera (Canarias) hasta el uso generalizado en toda España han pasado varios meses, con el agravante de que regiones como Cataluña, Comunidad Valenciana y Madrid  — suman el 40% de la población —  figuraron entre las últimas incorporaciones.

Tampoco ha ayudado el papel de parte de la población. Los ciudadanos de dos de estas tres regiones mencionadas (Cataluña y Madrid) están entre quienes menos han utilizado Radar Covid, según un estudio publicado por la consultora Smartme Analytics.

Así han funcionado las aplicaciones de rastreo en otros países

La iniciativa de España no ha sido la única con mal resultado. Países como Francia, Portugal o Reino Unido han corrido la misma suerte y tienen resultados similares.

Por ejemplo, en Portugal la aplicación contra el coronavirus fue duramente criticada por asociaciones de defensa de los consumidores por la posibilidad de un uso indebido de los datos personales.

Otras críticas en el país vecino llegaron porque buena parte de los móviles de los portugueses (cerca de un millón de dispositivos) no podían instalar la aplicación debido a la incompatibilidades de software, según un resumen de France Press.

Fracaso sin paliativos fue el caso de Reino Unido, donde el Gobierno británico inició su aplicación centralizada de la mano de Google y Apple, pero el proyecto, tras varias tiranteces con los gigantes tecnológicos, naufragó. El desenlace: el Ejecutivo de Boris Johnson optó por hacer la guerra en solitario.

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