Sánchez repite la farsa de la moción: dice que no negociará con Bildu pero espera sus votos

Los socialistas han pasado del triunfalismo a la incomodidad con Bildu y evitarán la foto de los Presupuestos para mantener la unidad en sus filas

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. EFE/ Biel Aliño

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El Gobierno vende ahora un distanciamiento con Bildu pero espera su ‘sí’ a los Presupuestos. Los socialistas han pasado del triunfalismo a la incomodidad, de considerarlo socio principal a trasladar que no es imprescindible para sacar las cuentas públicas y desligar su apoyo de las mismas a la política penitenciaria.

El Ejecutivo de Pedro Sánchez lo vuelve a hacer. Si en los anteriores Presupuestos Generales del Estado (PGE) aseguró no contar con el voto de Bildu, para escenificar que no negociaban con la formación que no condena el terrorismo de ETA. La historia se repite y, en voz baja, muchos admiten haberse «pasado de frenada» con las declaraciones de Otegi.

Fuentes gubernamentales intentan desligarse ahora del apoyo a Bildu señalando a Economía Digital que «no los consideramos imprescindibles» para sacar adelante los Presupuestos. El Ejecutivo dice que está centrado con sus principales socios: ERC y PNV.

Y lo cierto es que las cuentas le podrían encajar a Sánchez si suma el apoyo de PSOE y Podemos (155), ERC (13), PNV (6) y faltarían dos votos de los partidos minoritarios como Teruel Existe, que siempre le vota, o Compromís, Más País y algunas formaciones regionalistas hasta conseguir la mayoría de 176 apoyos.

Pero fuentes socialistas confirmaron hace una semana que los contactos con Bildu, de cara a negociar los Presupuestos, se mantenían y que contaban con sus dos votos. Es decir, la misma estrategia que cuando aprobaron los últimos Presupuestos.

A diferencia de que ésta vez, si el acuerdo llega, no saldrá Pablo Iglesias antes de hora a anunciar el apoyo de Otegi a las cuentas y a celebrarlo como sí hizo el expresidente. Algo que molestó entonces profundamente a los socialistas.

Otegi rompe la unidad del PSOE

Las palabras de Otegi han tenido otro efecto colateral en los socialistas y es que el líder de Bildu ha roto la unidad del partido a cuatro días de su 40 Congreso Federal.

Los socialistas celebraron de antemano en su Congreso los diez años del fin de ETA. El presidente del Gobierno atacó al PP de Pablo Casado asegurando que su partido utiliza los crímenes de la banda como argumento político para dañarles. Sin embargo y según aseguran fuentes de Moncloa, el relato estaba asegurado.

Pedro Sánchez ya tenía defensa a lo que pudiera decir el PP esta semana sobre Otegi respaldando los conceptos de «reconciliación, futuro y unidad». Sin embargo, las palabras del coordinador general de Bildu les pillaron con el pie cambiado. El marco del perdón se rompió con el discurso del exlehendakari Patxi López.

El dirigente socialista habló de «punto de inflexión» e, incluso, llego a decir que el líder de EH-Bildu había dado un cambio de discurso por reconocer por primera vez y públicamente a las víctimas. Desde el Gobierno se apresuraron en deslegitimar las palabras de su compañero exigiendo más gestos y el perdón. Pero el enfado ya estaba desatado en varias comunidades socialistas.

El expresidente del Gobierno, Felipe González, en una imagen de archivo. Foto: EFE

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page y el expresidente Felipe González se desvincularon este miércoles de las palabras de López y de Ferraz para dejar claro que «no estamos dispuestos a heredar la propaganda de Bildu», señaló Emiliano García-Page.

González tachó de «inaceptables» las palabras de Otegi, mientras que el presidente en las Cortes de Castilla-La Mancha, Fernando Mora, las tachó de «vergonzosas». La líder del PSE, Idoia Mendia, también aseguró que Otegi «alentó a mucha gente a ser terrorista».

Todo ello enmienda la imagen de unidad que vendió Sánchez en su cónclave socialista y también el giro al centro que buscan los socialistas de cara a ensanchar las bases en las próximas elecciones.

El PSOE enmienda el giro de Pablo Iglesias

Los socialistas vuelven a su socio vasco habitual, el PNV, pese a las presiones de Unidas Podemos por buscar un nuevo tripartito con PSE y EH-Bildu en el País Vasco.

El empeño del expresidente Pablo Iglesias de buscar pactos con Bildu e incluir como socio prioritario formaba parte de una estrategia para sacar fuera de la ecuación al PNV, tanto en el País Vasco como a nivel nacional. Los morados aseguran que se sienten más cómodos con la formación de Otegi que con la de Ortuzar «en muchos asuntos del día a día».

De hecho, Podemos considera «positivas» las palabras de Otegi y consideran que «ha pedido perdón». Los nacionalistas vascos han sido desde 2015 la llave de los gobiernos en Madrid, primero de Mariano Rajoy y luego de Pedro Sánchez, pero tras las negociaciones con Bildu, Podemos aseguró que sus votos ya no son imprescindibles.

Cabe recordar que en las últimas elecciones autonómicas, la candidata de Podemos, afín a Iglesias defendió un pacto con Bildu y el PSE para sacar a Iñigo Urkullu de Ajuria Enea; acuerdo finalmente imposible porque no sumaba mayoría y además los socialistas vascos dejaron claro que preferían seguir gobernando con el PNV.

Según ha podido saber Economía Digital, la dirección de Podemos sigue apostando por «fortalecer» los apoyos más a la izquierda y sumar a más fuerzas independentistas al gobierno de coalición de cara a las próximas elecciones.

Ione Belarra e Irene Montero en el Congreso de los Diputados. Foto: EFE

Tras la salida de Iglesias de Podemos, los morados siguen pensando en apuntalar «una alianza plurinacional» que garantice el gobierno a la izquierda en los próximos años y en ese proyecto prefieren a Bildu antes que al PNV porque los de Urkullu en un momento dado podrían apoyar al PP como ya hicieron con Rajoy o Aznar, señalan fuentes de la formación.

Un asunto que descartan completamente los socialistas. La dirección del PSOE intentará rebajar los próximos días la tensión con el PNV, quienes siguen recelosos por la «tranquilidad» con la que ven a Sánchez en la negociación presupuestaria. «Solo hablan de medidas sociales y no hemos avanzado en lo mollar», señalaron a Economía Digital.

La formación vasca no descarta en estos momentos plantear una enmienda a la totalidad de los Presupuestos, como estrategia de presión para evitar una negociación exprés que mine sus concesiones.

Barones socialistas como el extremeño Guillermo Fernández Vara; el aragonés Javier Lambán y dirigentes históricos como Ramón Jauregui ya mostraron su disgusto por las negociaciones de los anteriores Presupuestos con un grupo que sigue recibiendo a presos etarras como héroes y no ha condenado con claridad los atentados de ETA.

En el Gobierno ya señalan que Bildu no es «imprescindible» y tratarán de evitar la foto para mantener la unidad en sus filas, pero esperan su ‘sí’ para sacar adelante las que podrían ser las últimas cuentas públicas antes de las elecciones.

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