El cantante español que se ha colado en la lista Forbes: patrimonio, puesto y vida
El único representante del mundo artístico vuelve a destacar en la lista Forbes de grandes fortunas españolas
Forbes mantiene a un único artista dentro del ranking de los españoles más ricos pese a la caída general del mercado
Julio Iglesias vuelve a destacar este año en la lista Forbes de los 100 españoles más ricos, y no precisamente por ascender posiciones. El cantante madrileño se mantiene como el único artista presente en el prestigioso ranking económico, un hecho que por sí solo subraya la excepcionalidad de su trayectoria y la magnitud de su patrimonio. Con una fortuna valorada en 630 millones de euros, Iglesias ha descendido de la posición 59 al puesto 81, un retroceso que sin embargo no empaña su condición de figura singular en un listado dominado casi en exclusiva por empresarios, grandes compañías familiares y herederos de multinacionales.
La revista Forbes, que cada noviembre radiografía la riqueza en España, sitúa este año a Amancio Ortega de nuevo en el primer lugar. Pero en una clasificación donde reinan las fortunas ligadas a sectores como la banca, la energía, la moda o la distribución, llama la atención la presencia de un único representante del mundo cultural. Y no uno cualquiera: Iglesias es, desde hace años, la excepción que confirma la regla.
Un imperio más allá de los escenarios
Aunque retirado de los escenarios desde hace tiempo, Julio Iglesias continúa siendo una marca global cuyas cifras superan a las de muchos ejecutivos del Ibex 35. A lo largo de más de cinco décadas, su carrera musical —más de 350 millones de discos vendidos y reconocimientos internacionales en los cinco continentes— le ha permitido construir una base económica sólida. Pero no ha sido la música, al menos no en exclusiva, la que ha cimentado su fortuna.
Forbes destaca que buena parte de sus ingresos actuales proceden de un entramado de inversiones diversificadas. Iglesias ha sabido capitalizar su fama para levantar un auténtico imperio inmobiliario, con propiedades y participaciones en algunos de los enclaves más cotizados del planeta. Entre sus activos figuran terrenos y urbanizaciones en Punta Cana, inversiones en complejos turísticos y campos de golf, propiedades en Miami y Florida, una finca en Marbella e incluso una islita privada en las Bahamas. A ello se suman negocios vinculados a la hostelería, productos de consumo y marcas comerciales, desde vodka hasta cosméticos, así como bodegas de vino espumoso.
Es precisamente esta diversificación la que ha permitido al artista mantenerse durante años en la órbita de las grandes fortunas españolas, pese a la ausencia de nuevos éxitos discográficos o giras internacionales.

Un patrimonio con estructura empresarial
El patrimonio de Iglesias está, según recuerda Forbes, cuidadosamente articulado a través de un entramado societario que gestiona junto a su esposa, Miranda Rijnsburger. La organización de sus bienes se apoya en varias empresas registradas en diferentes países, incluidas sociedades radicadas en las Islas Vírgenes Británicas. Estas compañías forman parte de un fideicomiso conocido como Julio Iglesias de la Cueva Revocable Trust, un instrumento habitual entre grandes fortunas internacionales, que permite ordenar la sucesión y proteger los activos a largo plazo.
La existencia de este trust no es nueva, pero contribuye a reforzar la imagen de Iglesias como un artista que supo transformarse en empresario global. Su perfil financiero, más cercano al de un magnate que al de un intérprete retirado, es una de las razones por las que año tras año sigue apareciendo —y resistiendo— en la lista Forbes.
La caída en el ranking y su significado
La pérdida de 120 millones de euros respecto al ejercicio anterior sitúa a Iglesias en el tramo bajo del top 100, pero la revista insiste en que se trata de fluctuaciones habituales en patrimonios dependientes de activos inmobiliarios y derechos musicales. Este retroceso no modifica, sin embargo, el hecho central: Julio Iglesias continúa siendo un rara avis, el único artista entre los grandes bolsillos de España.
Su presencia en el ranking tiene, según analistas consultados por Forbes, un valor simbólico y económico. Simbólico, porque demuestra que la cultura y el entretenimiento pueden mover cifras comparables a las de sectores tradicionalmente dominantes. Económico, porque evidencia la importancia de la gestión patrimonial en carreras largas, especialmente en un mercado musical que ha cambiado radicalmente con la irrupción del streaming.
El legado de un pionero
A punto de cumplir seis décadas en la industria, Iglesias mantiene intacta su capacidad de generar interés mediático y valor financiero. Su imperio empresarial sigue activo y su figura continúa siendo referencia para artistas que buscan modelos de gestión más allá del escenario.
La lista Forbes no solo certifica su fortuna: también lo consagra, un año más, como el único artista capaz de codearse con los gigantes económicos del país. Y, visto lo visto, no parece que vaya a ceder ese puesto fácilmente.