Crece el miedo entre los vigilantes de seguridad por las agresiones en los hurtos en tiendas
El proceso formativo para ser vigilante, aunque exigente, no compensa las condiciones: el curso tiene un coste de unos 1.600 euros
El sector de la seguridad privada en España está ante retos significativos para cubrir puestos de trabajo, especialmente en el ámbito del retail o comercio, donde las agresiones a vigilantes y las condiciones laborales precarias dificultan la captación de nuevos profesionales según avanzó The Objective.
Según el Barómetro del Hurto 2025 elaborado por Checkpoint Systems España y la Asociación de Empresas del Gran Consumo (Aecoc), una de cada dos empresas del sector reconoce problemas para contratar personal suficiente debido a la baja atractividad de la profesión.
El informe señala que el 74% de los encuestados reportan incrementos en la agresividad verbal y física hacia vigilantes en comercios, un fenómeno que afecta directamente la seguridad y el bienestar de los trabajadores.
Alberto García, portavoz del sindicato Alternativa Sindical, subraya que el sector tiene una media de edad de 48 años y carece de relevos generacionales debido a que los jóvenes rechazan empleos con salarios bajos y horarios complicados.
El proceso formativo para ser vigilante, aunque exigente, no compensa las condiciones: el curso tiene un coste de unos 1.600 euros y dura cinco o seis meses.
Sin embargo, los futuros profesionales se encuentran con sueldos de alrededor de 1.300 euros mensuales trabajando fines de semana y festivos, un factor que desincentiva su elección.
La situación empeora en el sector retail, donde los vigilantes sufren más agresiones y enfrentan jornadas fragmentadas y localizaciones complicadas, como supermercados y pequeñas tiendas en barrios conflictivos.
Condiciones laborales precarias y denuncias por riesgos de salud
El trabajo de vigilante en comercios implica largas jornadas de pie, de seis a siete horas continuas, lo que provoca afecciones en la salud físicia, especialmente en lumbares y gemelos, situaciones reconocidas por la ley de prevención de riesgos laborales pero que persisten en la práctica.
Se han registrado denuncias contra empresas que incumplen estas normativas, exigiendo mejoras y cuidados para evitar el deterioro físico de estos profesionales.
Además de condiciones laborales difíciles, los sueldos son precarios. El salario base bruto ronda los 1.393 euros, con jornadas laborales específicas que obligan a los vigilantes a trabajar muchos días consecutivos, incluyendo fines de semana.
La precariedad se contrapone con la importancia del rol que desempeñan en la prevención de hurtos y protección de bienes en el comercio, enfrentándose a situaciones cada vez más peligrosas
Impacto económico
La inseguridad en comercios no solo afecta a los trabajadores sino a toda la cadena de distribución, incrementando las pérdidas económicas por hurtos, que en el gran consumo sumaron en 2024 alrededor de 1.856 millones de euros según otro estudio de Aecoc.
La dificultad para cubrir plazas en vigilancia ataca a la calidad del servicio y puede fomentar un incremento en la delincuencia y el vandalismo, con un efecto negativo en la experiencia del consumidor.
Por ello, distintos expertos y sindicatos abogan por mejorar las condiciones laborales, equiparar la carrera de seguridad privada con alguna fuerza pública, y aumentar las retribuciones para hacer el sector más atractivo y sostenible.
Además, destacan la necesidad de mayores recursos y protección legal para los vigilantes, así como un compromiso estatal mayor para proteger a estos trabajadores esenciales.