Coches autónomos y sexo a 100 kilómetros por hora

Los coches autónomos permitirán trabajar o descansar durante los desplazamientos, pero los datos apuntan a que también serán espacios de encuentro sexual

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Ya podemos hacernos una idea de cómo serán las calles en la década de 2040, cuando se espera que los coches autónomos ya sean productos de consumo normales. Liberados del trabajo de manejar, los otrora conductores podrán usar el tiempo que antes pasaban frente al volante haciendo otras actividades, como adelantando trabajo, durmiendo o disfrutando de un bocadillo.

Cuando imaginamos el futuro en función de los avances tecnológicos que conocemos, estilamos pensar en escenarios relacionados con las actividades diurnas como el trabajo y las labores del hogar. De lo que pocos hablan es de lo que ocurre en el horario nocturno y de cómo la tecnología transformará aquellos actos menos lícitos que usualmente suceden en la oscuridad.

Uno de esos asuntos es el sexo. No es casualidad que una escena predecible de casi cualquier película de adulto contemporáneo involucre lujuria y los asientos de un vehículo, porque –ya sea por necesidad o placer– a la mayoría de las personas parece gustarles practicar sexo en un lugar tan incómodo como un coche.

De hecho, cerca del 60% de los estadounidenses han tenido relaciones sexuales en un coche, según los datos de un estudio de 2016. Con esa cifra a mano, no es imposible proyectar un porvenir en el que la automatización convertirá los coches autónomos en una suerte de litera romántica –o, en su defecto, libidinosa– en movimiento.

La prostitución y los coches autónomos

La firma Annals of Tourism Research publicó un informe en el que hace un cruce de datos entre las ciudades y los coches autónomos para pronosticar el impacto que tendrá uno sobre otro. Uno de los hallazgos que encontró es la alta probabilidad de que la autonomía vehicular dispare el porcentaje de relaciones sexuales que toman lugar en los coches.

«Uno de los puntos de partida es que los coches autónomos brindarán nuevas formas de competición para los hoteles y los restaurantes. Las personas dormirán en sus vehículos, lo que tendrá implicaciones para los hoteles sobre ruedas. Y comerán en coches que funcionarán como restaurantes», explicó Scott Cohen, encargado del estudio.

«Eso nos llevó a pensar en qué otras cosas harán cuando se liberen del trabajo de conducir», dijo Cohen, director de investigación de la escuela de turismo de la Universidad de Surrey en el Reino Unido. Una cosa llevó a la otra y los datos iluminaron un tema tabú: el sexo. Y, con ello, la prostitución.

«Particularmente en ciudades en las que la prostitución es legal y las regulaciones permiten el desarrollo rápido de los coches autónomos, podríamos ver (la prostitución) surgir rápidamente. Europa es uno de esos lugares», dijo Cohen. «No es imposible imaginar un ‘red light district‘ (prostíbulo de Ámsterdam) en movimiento».

El tiempo libre que tendrán los dueños de coches autónomos no es la única razón para este augurio: se espera que los automóviles sean mucho más cómodos en el futuro, lo que no puede ser menos que un gran aliado para las parejas que no quieren o pueden esperar a llegar a una cama.

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