Francia declara la guerra a Google

En afán de proteger su "soberanía digital", la Asamblea Nacional francesa suprime Google y lo cambia por un buscador que no rastrea a los usuarios

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Francia pasa de Google para proteger su «soberanía digital». La Asamblea Nacional y el ministerio de Defensa declararon esta semana que sus dispositivos tendrán Qwant como buscador por defecto, en detrimento de Google. El buscador financiado por Francia y Alemania se pavonea de no usar «cookies» ni rastrear a los usuarios, y además es una herramienta política de Emmanuel Macron para defender la «independencia digital» francesa.

Qwant tiene ya más de cinco años de intentar competir con Google y es parte de un segmento de buscadores desarrollados en Europa que han surgido a gran velocidad como respuesta a las inconsistencias de seguridad y privacidad de las grandes tecnológicas estadounidenses (Google, Amazon, Apple y Facebook, por mencionar las más importantes). En el grupo de buscadores alternativos también están el británico Mojeek, el alemán Unbubble y el suizo Swisscows.

«Tenemos que dar el ejemplo», manifestó Florian Bachelier, uno de los parlamentarios franceses que forman parte de una comisión de ciberseguridad y soberanía digital formada en abril de 2018. «La seguridad y la soberanía digital están en juego aquí, y este es más que un problema que solo interesa a los geeks«, agregó el diputado. La mencionada comisión fue creada para proteger a las compañías y agencias estatales francesas de ciberataques y de la creciente dependencia de compañías extranjeras.

La decisión de expulsar a Google de los dispositivos de dos de los principales órganos gubernamentales es una declaración de intenciones a dos bandas: primero, Francia quiere que se sepa en todo el mundo que es un país que aboga por la privacidad… y segundo, quiere convertirse en una meca tecnológica para cuando nadie más confíe en las multinacionales estadounidenses.

Francia y la «soberanía digital»

Qwant y la obsesión francesa por el término «soberanía digital» tienen sus raíces en la misma fecha y los mismos hechos: las denuncias de Edward Snowden, que en 2013 reveló que la agencia estadounidense de seguridad espiaba a líderes extranjeros. Lo expuesto por el informante puso en marcha un informe en la esfera política francesa que llamó a revertir el papel de «colonias digitales» de los países europeos, en alusión a su dependencia de países como EEUU y China.

Lo que ha pasado desde que Snowden demostró al planeta la realidad cruda de la vida moderna, como por ejemplo el escándalo de Cambridge Analytica en Facebook y los problemas de privacidad de Google, no ha mejorado la situación en lo absoluto. Dos terceras partes de la sociedad francesa acusaron desconfianza en las redes sociales y mostraron preocupación por el manejo de sus datos, según un estudio de este año.

En los últimos años, Francia ha trabajado en este tema con reformas y propuestas que van desde la legislación hasta el aparato financiero. La guerra declarada a Google desde dos altas instancias del Gobierno es un paso más hacia el objetivo de «soberanía digital» que presuntamente comparten Macron y la mayoría de los franceses.

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