Las fintech encuentran nuevos clientes bancarios en los niños

"La Generación Z ha sido olvidada por los bancos tradicionales" pese a que "el 70% de sus transacciones son digitales", dicen desde la fintech Kard

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Con las nuevas tecnologías financieras y los cambiantes hábitos de consumo de las generaciones más jóvenes llegan los bancos para niños. Históricamente, los jóvenes han entrado en el sistema financiero vía cuentas de ahorro, sin tarjetas de débito y con límites para prácticamente todo excepto para ingresar efectivo. Pero con las fintech dirigidas a clientes menores de edad, sus experiencias bancarias son radicalmente distintas.

Mientras «neobancos» como N26 o Revolut ofrecen cuentas solo para mayores de 18 años, cada vez hay más startups que se vuelcan a los niños. Las fintech francesas Pixpay y Kard, y la estadounidense Step, son algunas de las pioneras de este inicipiente negocio financiero. Aunque hay diferencias entre sus productos para jóvenes, todas comparten el estar volcadas a los pagos online, un enfoque astuto al dirigirse a la Generación Z.

Esta nueva generación «ha sido olvidada por los bancos tradicionales», a pesar de que «el 70% de sus transacciones son digitales», ha comentado el consejero delegado de Kard, Scott Gordon, en una entrevista con Techcrunch. No es solo que muchas veces prefieren el comercio electrónico que el presencial; es también que se dejan dinero comprando disfraces, armas o ventajas en videojuegos online, que no pueden pagar en efectivo.

Así son las fintech para niños

Kard ofrece cuentas bancarias para niños casi idénticas a las de adultos. El producto incluye una tarjeta de débito Mastercard y su propio número IBAN. A la app desde la que se gestionan las finanzas tienen acceso tanto hijos como padres, que a su vez tienen más privilegios, como limitar la cantidad de dinero que se gasta y revisar todos los pagos. Los niños también pueden solicitar fondos a sus padres, con transferencias similares a las de otras fintech.

La también francesa Pixpay ofrece cuentas para niños de más de 10 años. Igualmente, ofrece una tarjeta de débito Mastercard, que se entrega unos días después de crear la cuenta. Los padres y sus hijos pueden interactuar con el servicio a través de una app desde la que se gestiona el dinero. Los padres pueden limitar los retiros de efectivo en cajeros, los pagos online y las compras en el extranjero, además de generar tarjetas virtuales para pagos únicos.

Cada tarjeta de Pixpay tiene un coste mensual de 2,99 euros y permite pagos y retiros en cajeros gratuitos en la zona euro. Las transacciones en monedas extranjeras tienen una comisión del 2% y los retiros de efectivo fuera de Europa tienen un coste de 2 euros. Los padres pueden programar envíos semanales o bien puntuales. En el futuro, la fintech quiere que los jóvenes puedan cobrar por trabajos como cuidar niños directamente a través de la app.

Estados Unidos también experimenta con las cuentas bancarias para niños que permite el universo fintech. La startup Step se ha aliado con Visa para igualmente ofrecer tarjetas de débito a niños de al menos 13 años. «Queremos que sea la primera cuenta bancaria de los adolescentes y su primera tarjeta de gastos», ha explicado su consejero delegado, CK MacDonald, quien también fue el fundador de la plataforma de regalos online Gyft.

«Queremos enseñar alfabetización financiera y responsabilidad de primera mano», ha añadido MacDonald. Los niños modernos no tienen apego alguno por el efectivo, y para realizar sus compras digitales delegan en sus padres, ante la imposibilidad –hasta ahora– de acceder a tarjetas. Estas fintech pueden enseñar conceptos como gestión y consciencia del gasto, y en general impulsar una mejor administración financiera entre los jóvenes.

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