Uber tira del lobby para borrar su huella en la congestión vehicular

La tecnológica destina 9 millones para investigar alternativas de movilidad urbana y apoyar políticas de movilidad en las ciudades

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Las tecnológicas ya asumen como normal que pueden dar con la cura de las mismas enfermedades que ayudan a dispersar. En el mismo orden de los intentos de Facebook para evitar que sus usuarios se hagan adictos a la plataforma (después de años haciendo todo lo posible por alimentar la obsesión), ahora viene Uber. La companía de VTC separó 10 millones de dólares (poco menos de 9 millones de euros) para ayudar a las ciudades a luchar contra la congestión vehicular de la que la empresa es en parte responsabie.

Si bien compañías como Uber y Cabify venden la idea de que son el futuro de la movilidad urbana, en términos reales esto dista de ser completamente cierto. Para existir, estas plataformas necesitan coches y carreteras y clientes que evitan el transporte público, mientras la conversación sobre la movilidad tiende a versar sobre la descongestión vehicular, las energías renovables y el uso de bicicletas y monopatines para relajar la cantidad de motores de gasolina o diésel en los centros urbanos.

Uber reconoce esta contradicción y también sabe que las alternativas de movilidad urbana son prácticamente innegociables y que es muy probable que terminen convirtiéndose en una parte importante de su propio negocio, así que en lugar de luchar contra las críticas y la legislación, la empresa da señales de adoptar otro enfoque. En ese contexto nace su fondo de inversiones para reducir la congestión y los demás problemas de tráfico en las ciudades.

Uber anuncia el fondo para la movilidad sostenible

«Así como la propiedad personal de automóviles tuvo un impacto fundamental en la movilidad en el último siglo, las nuevas formas de transporte están impulsando otra revolución, una que viene con su propio conjunto de desafíos y oportunidades. Hoy estamos en un punto de inflexión: los sectores público y privado deben unirse y colaborar para crear formas más inteligentes, seguras y eficientes de llevar a las personas del punto A al B», explicó Uber en un comunicado colgado en su web.

La compañía reconoce la necesidad de asumir una cuota de la responsabilidad y «apoyar a las ciudades a tomar pasos importantes para resolver sus problemas de transporte». «Estoy orgullo de destinar 10 millones de dólares en los próximos tres años para hacer una campaña de ideas para mantener el statu quo de la movilidad, incluso cuando hacerlo sea políticamente difícil», dijo el nuevo consejero delegado de Uber, Dara Khosrowshahi.

Unos 250.000 dólares serán destinados a una organización sin fines de lucro que pretende que las ciudades compartan sus datos de transportes entre ellas. Otro millón irá a labores de lobby en Nueva York, para aprobar un plan integral de fijación de precios de congestión. «Estamos listos para ayudar a las ciudades que desean implementar políticas inteligentes para enfrentar la congestión, incluso si significa usar nuestro dinero para aprobar un impuesto sobre nuestra actividad principal», agregó Khosrowshahi.

Casi nueve millones de euros podrá sonar como mucho dinero, pero en realidad no es ni un punto porcentual del valor total de Uber de más de 53.000 millones. No obstante, aunque la compañía tiene un evidente interés comercial en el desarrollo de la movilidad urbana, esta nueva serie de donaciones se suma a otros proyectos similares que ya ha puesto en marcha, como la apuesta por las bicis eléctricas, los coches autónomos y los taxis voladores.

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