Usan Instagram para localizar al criminal más buscado de Países Bajos

Gracias al crowdsourcing, la web de investigación Bellingcat consigue dar con la ubicación exacta del fugitivo más buscado de Países Bajos

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Shahin Gheiybe es el criminal más buscado de Países Bajos, pero pese a ello utiliza Instagram como un mortal más. Tras escapar de la cárcel en 2011 y fugarse a Irán –donde nació en agosto de 1983–, la policía neerlandesa lo ha incluido en la cima de la lista de los fugitivos más buscados de Europa a falta de descontar todavía más de 10 años de prisión por doble tentativa de asesinato.

Una suerte de versión iraní del personaje de Leonardo DiCaprio en la película Atrápame si puedes, Gheiybe es un usuario muy activo en Instagram, compartiendo fotos, vídeos y stories una semana sí y la otra también. Le gusta mofarse de la misma policía que le persigue, compartiendo contenido provocador. «Amo mi libertad y el tiempo», escribió en un pie de foto desde su país natal hace unos meses.

Pero esta no es la historia de un criminal que carece de cualquier muestra de respeto por el sistema judicial y penal. Esta es la historia de cómo internet, las redes sociales y el crowdsourcing (usualmente traducido al español como «colaboración abierta distribuida») consiguieron localizar al fugitivo más buscado de Países Bajos profundizando en todos y cada uno de los detalles que revela su cuenta de Instagram.

Los primeros cercos al fugitivo en Instagram

La web de investigación Bellingcat fue la impulsora de esta exploración, que involucró a más de 60 usuarios de Twitter, que a su vez contactaron con fuentes y especialistas para discipar algunas dudas. Al final de cuentas, cerca de un centenar de investigadores ad honorem colaboraron para dar con la ubicación más exacta posible de Gheiybe.

Su perfil de Instagram, que no se hizo privado sino hasta este mes de marzo, contiene más de 170 imágenes y vídeos, la mayoría en Irán. La cuenta fue inaugurada en 2015 y durante casi cuatro años fue pública, hasta que Gheiybe apareció en la lista de los más buscados. Casi nunca ha publicado contenido que explicite su ubicación; a lo sumo pone el nombre de un pueblo o una ciudad. 

Los investigadores descargaron todos los vídeos y las fotos del perfil, y utilizaron una aplicación para descubrir los intereses más ligados a la cuenta. Después, se enfocaron en aquellas imágenes en las que el fugitivo esté visible, como por ejemplo una foto de noviembre de 2018 en la que aparece frente a una estatua. Una simple búsqueda reveló que la estatua está en la isla de Kish, al sur de Irán.

Un día después, Gheiybe compartió una imagen en la que se le ve a la par de un coche de lujo. Tras rastrear el número de matrícula del coche, los investigadores se dieron cuenta de que era un vehículo alquilado en la misma isla. Unas semanas antes había comprado un cuchillo a un vendedor iraní en Instagram. Con esta información respondieron las primeras preguntas: ¿dónde ha estado y con quién ha interactuado?

El contenido de Instagram revela su ubicación actual

La pregunta más difícil era la siguiente: ¿Dónde está ahora? Sus publicaciones más recientes se han compartido de forma tal que no sea sencillo descifrar su ubicación exacta. Pero el crowdfunding dio resultado, porque eventualmente fue posible precisar el lugar casi exacto en el que ha estado durante las últimas semanas: un pueblo iraní llamado Amirdasht.

Llegar a ese dato no fue sencillo. Los investigadores observaron vídeos y fotos repetidamente, compartieron información entre ellos, deliberaron, debatieron y eventualmente dieron con las coordenadas casi exactas del residencial de alta clase en el que se encuentra la casa de una amiga del fugitivo que le dio posada en los últimos meses.

De hecho, los investigadores fueron tan precisos que Gheiybe confirmó en un chat privado que habían descubierto su paradero. Bellingcat entregó toda la información a la policía holandesa, que la agradeció sobremanera, pese a que confirmaba la mala noticia que presentían desde hace meses: al estar el fugitivo en Irán no hay un acuerdo de extradición del que puedan tirar para volverlo a encarcelar.

El jefe de la investigación, Henk Van Ess, dijo que, «si bien esta respuesta puede ser decepcionante, nuestra búsqueda demuestra cómo las redes sociales y el crowdsourcing pueden ayudar a identificar la ubicación de un criminal, incluso si dicho criminal pensaba que estaba jugando un inteligente juego del gato y el ratón».

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