Un siglo de diseño contado por los objetos cotidianos

¿Qué tienen para contarnos objetos de todos los días como aparatos de radio, billetes de metro, fregonas y aceiteras? Una muestra en Barcelona revela la historia que hay detrás de los diseños de los objetos de la vida cotidiana

El mito: la Impala de Milà. / Foto: Museu del Disseny

En esta oportunidad tienen la palabra aquellos objetos cotidianos que todo el mundo reconoce, piezas que por más familiares que sean tienen un concepto de diseño, una evolución histórica y una historia que contar.

Estas pueden ser sillas, bancos, grapadoras, aparatos de radios, batidoras, billetes de metro, máscaras anti-covid, buzones o semáforos acústicos.

Un siglo de historia de más de 270 artículos más se despliegan en la sala B del Museo del Diseño de Barcelona la exposición “Objetos comunes. Historias locales, debates globales”, una relectura de la colección de diseño de producto que también presenta 34 documentos originales.

Reorganización del fondo patrimonial

Esta muestra permanente supone la primera gran reorganización del equipamiento desde la inauguración del museo en 2014 para acercar el diseño a todos los públicos.

En la muestra se exponen 274 objetos cotidianos, como semáforos acústicos, carritos de la compra, envases, mochilas, cuberterías, envases y fregonas

La exposición se ha instalado en un lugar central de la planta 0 del edificio, un espacio muy accesible que la convierte en la puerta de entrada a este complejo, que pretende dar a conocer más a fondo la colección propia del museo, que además cuenta con la incorporación de un centenar de piezas nuevas que la actualizan. 

Interior de la exposición / Foto: Silvia Brenes

La belleza detrás del objeto cotidiano

La muestra busca destacar la belleza de los objetos que forman parte de la vida cotidiana, a los que el diseño da un nuevo sentido gracias a los servicios que prestan.

También puede ser por la novedad de su aspecto, las innovaciones que incorporan, lo que comunican olas emociones que despiertan. 

Para el comisario de la exposición e historiador del diseño Oriol Pibernat, “la singularidad de los objetos comunes se manifiesta de maneras diversas, unos objetos comunes que merecen este adjetivo también por otros motivos: porque forman parte de la cultura popular, representan a la sociedad y se convierten en fragmentos de la memoria colectiva. Y aún más, son igualmente comunes porque algunos son bienes compartidos y otros porque tienen una vocación social”.

Oriol Pibernat. cerebro de la muestra. Foto: Silvia Brenes

Algunas de las piezas ejemplares

Entre las piezas que se pueden ver en la exposición figuran auténticas leyendas del diseño autóctono como la silla Butterfly o BFK, las butacas Catalana y del Gatcpac, las luces Disa de Coderch, el banco Catalano de Òscar Tusquets y Lluís Clotet y la butaca Toro de Miguel Fisac.

La lista sigue: también se ve a la grapadora M-5 de Juan Olave y Juan Solozábal, el sacacorchos de David Olañeta, la lámpara de Miguel Milà, la famosa antorcha olímpica de André Ricard, y cómo no, la impresionante motocicleta Impala de Leopoldo Milà.

“Asociamos el diseño a objetos que están presentes en nuestro día a día, pero también a unos objetos que tienen algo especial”

Oriol Pibernat

Oriol Pibernat explica “asociamos el diseño a objetos que están presentes en nuestro día a día, pero también a unos objetos que tienen algo especial” y continúa: ”son unos objetos comunes a los que el diseño otorga un nuevo sentido gracias a los servicios que nos prestan, a la novedad de su aspecto, a las innovaciones que incorporan, a lo que comunican o a las emociones que nos despiertan”.

Interior de la exposición / Foto: Silvia Brenes

Cómo se organiza la muestra

La muestra se organiza en cuatro apartados. El primero es ‘Itinerario. Historias locales, 1930-2020’, que discurre por el diseño entre esos años, donde destaca la importancia del movimiento social y cultural de esa disciplina en Barcelona, Cataluña y España.

El segundo capítulo, ‘Parlamento. Debates globales’, es más conceptual, y se centra en la etapa 2000-2020, presentada como un abanico de temas y retos que buscan respuestas innovadoras por parte del diseño, y cómo acompaña a cambios sociales y culturales.

El tercer recorrido ‘Exposiciones variables’ es un espacio central que incorpora micro exposiciones para tratar de forma monográfica temas relacionados con la colección del museo y con la actualidad del diseño.

El cuarto apartado, ‘#DISSENY_BARCELONA’, explora virtualmente la idea del museo sin paredes y sale a la calle, invitando al visitante a abrir la mirada y descubrir diferentes aspectos y testimonios del diseño tanto del entorno cercano del museo como de la propia Barcelona. 

Un museo sin paredes

“Cuando sales a la calle empieza el diseño en la vida real. Empiezas a proyectar sobre el entorno con otra mirada”, dice Pibernat. Por ejemplo, “el mobiliario urbano que tenemos alrededor no está en el museo pero entra en diálogo con la exposición”.

A través de un código QR o un plano se puede visitar el mobiliario urbano y los equipamientos cercanos con información detallada sobre las farolas, bancos, papeleras, marquesinas o pavimentos.

a.
Ahora en portada