Luis Paret: El Prado redescubre al maestro del Rococó

Eclipsado por Goya, impactado por los destierros, la obra de Luis Paret es desconocida para muchos. El Museo del Prado le dedica la primera retrospectiva a este pintor del s.XVIII

En la muestra se expone 80 pinturas de Paret. Foto Museo del Prado

La historia del arte no ha sido muy benévola con Luis Paret. Este artista, considerado el máximo representante del Rococó francés, se movía con elegante talento por otros estilos. Pero los destierros y la fuerte presencia de Goya en academias y la Corte eclipsaron su carrera, legado que el Museo del Prado reivindica con una exposición.

Esta es la primera muestra que el museo madrileño dedica a este pintor del siglo XVIII, que desde este 24 de mayo hasta el 21 de agosto se presenta en las salas A y B del edificio Jerónimos.

Allí se podrán ver 80 obras, entre ellas Baile en máscara, La Puerta del Sol, Las hijas de Paret, Vista de Bermeo o El anuncio del ángel a Zacarías, y un extraordinario conjunto de sus dibujos, como la Jura de don Fernando como Príncipe de Asturias.

‘Autorretrato vestido de azul’. Colección Abelló

La carrera paralela con Goya

La exposición se estructura en nueve partes. En la primera se puede ver Aníbal haciendo sacrificios en el templo de Hércules en Cádiz, obra que le sirvió para ganar un concurso, y que tiene un interesante paralelismo con una creación de Francisco de Goya, pintor nacido el mismo año que Paret.

La exposición de El Prado, la primera dedicada a este artista Rococó, está compuesta por 80 obras

Así es posible conocer la gran calidad técnica y compositiva de Paret en esta etapa temprana y de compararla con la de Goya, así como distinguir la fuerte personalidad artística de cada uno a través de los distintos estilos de estas obras.

En la siguiente se exponen dibujos de los primeros años profesionales de Paret, con obras como Baile en máscaras , que revelan cómo el pintor sabía adaptarse a los requisitos del mercado sin dejar de lado su estilo; pieza que se expone con creaciones de pequeño formato y pinturas de gabinete como Escena de tocador, La carta o La tienda de Geniani.

‘Baile de máscaras’, una obra de sus primeros años. Foto Museo del Prado

Paisajes y retratos

Paret también brilló como pintor de motivos naturales, como se ve en La cebra y varios dibujos de aves, realizados para el Gabinete de Historia Natural.

La cuarta parte se dedica a los pocos retratos que hizo Paret, sobre todo entre los años 1770 a 1780, donde en obras como el melancólico Autorretrato en el estudio se revela su angustia por el destierro a Bilbao primero y a Puerto Rico después; que se presentan con obras pequeñas como La naranjera, la Virgen con el Niño y los Floreros.

La circunspección de Diógenes abre la quinta sección, obra que le representó el nombramiento en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando; en una época en que alternaba con la pintura religiosa como se puede ver en La invención de la Santa Cruz  o en El martirio de Santa Lucía, donde se revela su conocimiento de las obras de maestros clásicos.

‘La cebra’, una de las obras de naturaleza de Paret. Imagen Museo Nacional del Prado

Ágiles cambios de estilo

En la sexta parte cambia el registro: se trata de obras de aires clásicos, un toque eróticas, como El triunfo del Amor sobre la Guerra o La Égloga , junto conpiezas que diluyen una crítica social como Escena galante de la alta sociedad y Escena galante de la baja vida o El rezo del rosario.

Luis Paret se movía con soltura por el Barroco y el Neoclásico, con algunos retratos, dibujos de naturaleza y obras de pequeño formato

Paret también era un eficaz paisajista, y para ello en la séptima sección se presentan ocho de las nueve vistas de puertos vascos que fueron encargados por Carlos III.

‘Jura de don Fernando como Príncipe de Asturias’, pintura que cierra el recorrido. Foto Museo del Prado

En la octava se presentan dos lienzos para la capilla de San Juan del Ramo, que son La aparición del arcángel a Zacarías y La visitación de la Virgen a Santa Isabel; donde se puede ver cómo alcanza la cumbre de su técnica, al apoyar su talento en otros estilos como el Barroco y el Neoclasisimo.

En la novena y última parte se encuentran ilustraciones que Paret creó para libros como las alegorías de las provincias de España o el cuadro Jura de don Fernando como príncipe de Asturias, pieza que conduce a la obra inconclusa Jardín Botánico desde el Paseo del Prado, un interesante cierre en el museo que vuelve a abrir las puertas a este artista desconocido para muchos.

a.
Ahora en portada